Los aficionados no podrán beber alcohol en los estadios del Mundial de Arabia Saudí de 2034
En el Mundial de Fútbol de 2034 los aficionados no podrán beber alcohol en los estadios. Tras la polémica adjudicación del torneo a Arabia Saudí la semana pasada, la FIFA no ha abordado públicamente la cuestión del alcohol, pero fuentes de alto nivel han dicho al periódico The Guardian que no prevén la posibilidad de vender cerveza durante los partidos.
A diferencia de otros países musulmanes, en Arabia Saudí la venta de alcohol está prohibida, incluso en los hoteles de lujo, desde que el rey Ibn Saud lo impuso en 1952. Una tienda de Riad ha comenzado a vender alcohol desde enero, pero solo para diplomáticos no musulmanes y bajo estrictos controles y cuotas.
Fuentes de la FIFA dicen haber aprendido la lección de Qatar durante el Mundial de 2022. Al emirato lo habían presionado para que permitiera vender cerveza en los estadios, pero dos días antes del comienzo del campeonato la familia gobernante Al-Thani se puso firme y dio marcha atrás a la autorización.
A raíz de eso, hubo que retirar decenas de miles de barriles de Budweiser de los estadios, una medida que costó a la FIFA unos 40 millones de libras esterlinas [unos 48,4 millones de euros] en compensaciones a AB InBev, empresa patrocinadora y dueña de la marca de cervezas Budweiser.
En los estadios solo se podía comprar refrescos y cervezas sin alcohol Bud Zero, salvo en una de las zonas para aficionados FIFA donde vendían Budweiser a un precio de 12 libras esterlinas por pinta [unos 14,5 euros por un poco más de medio litro de cerveza].
A pesar de este episodio, AB InBev extendió hasta el Mundial de 2026 la alianza comercial que mantiene desde 1986 con la FIFA. La empresa de cervezas también ha acordado patrocinar el Mundial de Clubes de 2025. Se dice que AB InBev pidió a la FIFA durante las negociaciones que aclarase sus planes para 2034.
La FIFA ha comunicado que la venta de alcohol en los estadios no está prevista. Pero lo que no está tan claro, a falta de una década, es la regulación sobre el alcohol en hoteles y zonas de aficionados. Arabia Saudí es un país mucho más conservador que Qatar, donde la venta de alcohol está permitida en los hoteles de lujo de Doha, y donde hay varios pubs en la capital.
Fuentes de la FIFA dijeron a The Guardian que no pensaban presionar al gobierno saudí para que flexibilizara sus leyes. La tienda de Riad que vende alcohol no es un primer paso hacia la legalización sino un intento de luchar contra la venta ilegal de los diplomáticos que introducen botellas de licor de contrabando.
El gobierno saudí mantiene una relación muy estrecha con la FIFA, que depende de Riad para su sostén financiero. La compañía petrolera estatal Aramco paga a la FIFA 320 millones de libras por un acuerdo de patrocinio de cuatro años [unos 387 millones de euros]. Por otro lado, el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí está dispuesto a invertir en la empresa de streaming Dazn, que ha pagado 800 millones de libras a la FIFA [unos 968 millones de euros] a cambio de los derechos globales para televisar la Copa Mundial de Clubes.
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