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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Alemania indemnizará a miles de hombres condenados por ser gays hasta los años 90

Kate Connolly

Berlín —

Alemania anulará las condenas de decenas de miles de hombres gays que fueron criminalizados bajo una ley del siglo XIX. Más de 50.000 hombres fueron condenados y sentenciados a veces a largas penas de prisión entre 1946 y 1969 bajo el infame artículo 175 del Código Penal, que consideraba la homosexualidad como un crimen.

Aunque la homosexualidad se despenalizó en 1969, la ley no fue derogada hasta 1994, y nunca se retiraron las sentencias. Pero el ministro de Justicia ha anunciado que se anularán las condenas y que los hombres que fueron penalizados tendrán derecho a una indemnización a través de un fondo centralizado.

“La carga de la culpa recae en el Estado, porque dificultó mucho la vida de mucha gente”, ha declarado el ministro, Heiko Maas. “El artículo 175 fue inconstitucional desde el primer momento. Las antiguas sentencias son injustas y provocan un daño enorme a la dignidad humana de cada hombre condenado”.

Maas ha indicado que, aunque el Estado nunca podrá resarcir por completo por sus “delitos, sí queremos rehabilitar a las víctimas”. Ha añadido que su ministerio desarrollará un marco legal para permitir una anulación general de las condenas, para garantizar que ninguna persona tenga que luchar individualmente por su caso, y que se establecerá el fondo de compensaciones.

La Asociación de Gays y Lesbianas de Alemania ha instado al Gobierno a llevar a cabo la reforma antes de que acabe esta legislatura. “El tiempo es oro para que se pueda restaurar la dignidad de las víctimas de la persecución a la homosexualidad”, ha manifestado. La decisión del Gobierno se basa en el informe de un experto legal de Múnich, Martin Burgi, que recomendó la “rehabilitación colectiva” de los afectados por esa ley.

El artículo 175 se aprobó en 1872, pero los nazis lo endurecieron en 1935: establecieron que la homosexualidad se pueda castigar con hasta 10 años de trabajos forzados. Alemania occidental heredó la ley inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, lo que produjo frecuentes grandes redadas, numerosos arrestos y miles de procesos judiciales. Muchas víctimas del artículo 175 se suicidaron.

Incluso después de la despenalización de la homosexualidad en 1969, otros 3.500 hombres fueron condenados por ese delito en Alemania occidental. En la Alemania oriental, comunista, la ley fue derogada en 1968. Se calcula que, en los 122 años que duró la legislación, se persiguió con ella a 140.000 hombres. En 2002, el Parlamento alemán aprobó un anexo a la ley que anulaba todas las condenas de la época nazi. Pero eso ignoraba a las miles de personas que fueron condenadas después de la guerra.

La directora de la Autoridad Contra la Discriminación del gobierno alemán, Christine Lüders, señala que la ley destruyó las vidas de miles de ciudadanos y causó estragos en parejas y familias. “Las víctimas han tenido que lidiar con el hecho de que nunca se han anulado sus condenas. Estas injusticias no pueden continuar”, manifiesta. Los expertos explican que en los casos en los que las víctimas hayan muerto, se debería dedicar las indemnizaciones a financiar programas educativos y actividades que fomenten la tolerancia.

En una entrevista en la televisión alemana, un hombre de más de 70 años, que fue condenado por homosexualidad con 17 años a principios de los 60, habló de su esperanza de ser resarcido por lo que pasó. El hombre, que declinó dar su nombre, contó cómo la Policía lo detuvo y lo llevó a la comisaría local. “Me hicieron pasar por toda la identificación por huellas dactilares, me hicieron una foto policial... El procedimiento penal empezaba de inmediato, sin que pudieras defenderte”, explicó.

En 1962 lo condenaron a dos años de libertad condicional y tres fines de semana en régimen de aislamiento en un correccional. “De pronto, era lo que ellos llamaban un 175er”, relató. “Me pusieron apodos como 'pervertido', 'warm brother' o 'rear gunner' (términos despectivos para referirse a los hombres gays), sin que ni siquiera supiera lo que significan esas palabras”.

Traducción de Jaime Sevilla Lorenzo