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The Guardian en español

¿Quién es Alexandria Ocasio-Cortez, la nueva estrella progresista de los demócratas en EEUU?

Ocasio-Cortez, en una protesta contra la separación de familias de inmigrantes en Tornillo, Texas, el 24 de junio.

Lauren Gambino

Washington —

Exactamente un año antes de vencer a un poderoso congresista de Nueva York que iba por su décimo mandato y de tener la posibilidad de convertirse en la persona más joven en el Congreso de Estados Unidos, Alexandria Ocasio-Cortez estaba preparando cócteles en el bar Flats Fix de tacos y tequila en Manhattan.

“Se supone que las mujeres como yo no nos presentamos a un cargo público”, afirmaba en un anuncio de la campaña Ocasio-Cortez, una joven de 28 años miembro del partido Socialistas Democráticos de América (DSA).

Pero Ocasio-Cortez no sólo se presentó, sino que ganó.

Su triunfo es parte de una historia mayor que muestra a un Partido Demócrata en estado de rebelión. Una ola de candidatas noveles, mujeres y progresistas está asaltando las murallas de un establishment que no solo ha visto su poder disminuido en cada nivel de gobierno sino que además fracasó al intentar impedir que Donald Trump llegara a la Casa Blanca.

“Nuestra campaña se enfocó en transmitir solamente mensajes específicos sobre dignidad económica, social y racial para los estadounidenses de clase trabajadora, especialmente aquellos que viven en Queens o en el Bronx”, dijo Ocasio-Cortez en una entrevista en MSNBC. 

Su triunfo es aún más destacable si se tiene que en cuenta que su rival, Joe Crowley, gastó en la campaña diez veces más que ella. “Comencé la campaña con una bolsa de papel. Tenía volantes y unos sujetapapeles y fue un no parar de llamar a puertas y hablar con la gente”, explicó.

Ocasio-Cortez es casi un personaje hecho a medida para televisión para complementar al multimillonario nacido en Queens que ocupa el Despacho Oval.

De madre portorriqueña y padre nacido en el Bronx, Ocasio-Cortez creció en una comunidad de clase trabajadora. Viajaba 40 minutos desde su barrio hasta la escuela en Yorktown. Luego estudió economía y relaciones internacionales en la Universidad de Boston, tiempo durante el cual trabajó para el senador Ted Kennedy, según la página web de su campaña.

Varios trabajos y una familia en problemas

Al terminar la universidad, volvió a su casa en el Bronx y consiguió empleo como directora educativa. Pero cuando se desató la crisis económica, se vio obligada a coger otro empleo. Ocasio-Cortez trabajaba “turnos de 18 horas” como camarera para ayudar a su madre, una empleada de limpieza, a evitar el desahucio después de que muriera de cáncer su padre, propietario de un pequeño comercio.

La historia de su vida la formó políticamente. “Mi madre limpiaba casas y conducía un autobús escolar, y cuando mi familia quedó al borde del desahucio, tuve que trabajar como camarera. Comprendo el sufrimiento de la clase trabajadora estadounidense porque lo he vivido en carne propia”.

En 2016, participó en la campaña neoyorquina del senador Bernie Sanders durante las primarias demócratas que este perdió ante Clinton. Se unió a los activistas progresistas que protestaban en Standing Rock contra la construcción de una oleoducto de gas natural que cruzará territorios de las comunidades nativas estadounidenses. Ahora, Trump ha retomado ese proyecto al que había puesto freno Obama.

Tras la victoria de Trump, se sintió obligada a hacer más. En mayo de 2017, se lanzó como candidata de las primarias de Nueva York contra Joe Crowley, con posibilidades remotas según todos. Se rumoreaba que Crowley, que la dobla en edad, tenía posibilidades de convertirse en el líder de los demócratas en la Cámara de Representantes.

Crowley, jefe del partido demócrata del condado de Queens y cuarto en el ranking de demócratas en la Cámara de Representantes, controló durante 20 años el distrito donde se hablan más de 130 idiomas. Él era sinónimo de la maquinaria del partido que los jóvenes demócratas progresistas como Ocasio-Cortez estaban listos para expulsar.

“Nosotros tenemos al pueblo, ellos tienen el dinero”, afirmaba Ocasio-Cortez en un anuncio de la campaña. “Es hora de que nos demos cuenta de que no todos los demócratas somos iguales”.

Contra la élite

Ocasio-Cortez llevó adelante una campaña de bases, llenando el barrio de activistas que se acercaban a los jóvenes negros y latinos para ganarse su voto. Argumentaba que Crowley no conoce a la clase trabajadora de su distrito y que responde a los intereses empresariales y de Wall Street.

La semana pasada, Crowley envió a una sustituta latina a debatir con Ocasio-Cortez, explicando que la razón era un problema de agenda. Ocasio-Cortez se burló de la decisión, acusándolo en Twitter de enviar a alguien “con un leve parecido a mí”. “La maquinaria del partido demócrata de Queens funciona según una política de exclusión”, dijo Ocasio-Cortez a la WNYC tras lanzar su campaña.

La socialista democrática se centró en temas que suelen quedar fuera de la agenda demócrata.

Pidió la abolición del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), una agencia cada vez más criticada por los activistas de izquierda por su tratamiento de los inmigrantes que detienen. También exigió un sistema de sanidad público que garantice el acceso a la sanidad a todos los estadounidenses, una propuesta conocida como Medicare para Todos y apoyada por Sanders. También pidió matrículas gratuitas en las universidades y un sistema de empleo universal, garantizado por el Gobierno para buscar empleos a todos los estadounidenses.

El fin de semana pasado, antes de las elecciones del martes, Ocasio-Cortez dejó su distrito neoyorquino para participar en una protesta en Texas contra la separación de familias inmigrantes.

El martes por la noche, en su fiesta tras la victoria, una visiblemente sorprendida Ocasio-Cortez se tapaba la boca con la mano mientras miraba los resultados por televisión que la daban ganadora.

“¿Cómo te sientes?” le preguntó un periodista de televisión. “¿Puedes expresarlo con palabras?”. “No”, respondió. “No puedo ”.

Durante la entrevista con MSNBC, encontró las palabras para articular una visión muy clara y desafiar al establishment demócrata. “¿Cuál es la visión con la que nos ganaremos el apoyo de la clase trabajadora estadounidense? Lo que tenemos que hacer es diseñar un plan y una visión. No vamos a avanzar peleándonos por Twitter con el presidente”.

Traducido por Lucía Balducci

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