El apoyo de una superviviente de Bosnia a la demanda presentada por Sudáfrica: “No sólo se juzga a Israel”

Geneva Abdul

18 de febrero de 2024 22:01 h

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Después de que Sudáfrica presentara en diciembre una demanda por genocidio contra Israel en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), Arnesa Buljušmić-Kustura, superviviente de la guerra de Bosnia, se sintió obligada a actuar.

De niña, vivió el sitio de Sarajevo y muchos de sus familiares se encuentran entre las 100.000 víctimas de una guerra que se prolongó de 1992 a 1995. Su padre sobrevivió a un campo de concentración. Los restos de otros familiares aún no han sido encontrados. Cuando ella tenía cinco años, un francotirador le disparó mientras esperaba que le entregaran agua delante de los vehículos de ayuda humanitaria.

Al recordar las atrocidades de la guerra y el genocidio de Srebrenica, teme que el caso histórico presentado contra Serbia por genocidio en La Haya hace décadas —en el que se determinó que sí hubo genocidio en Srebrenica, pero se exculpó a Serbia de intención directa de cometer un genocidio— se convierta en el precedente para otros casos similares. “Es una locura que 30 años después sigamos en el mismo punto, teniendo las mismas discusiones”, lamenta Buljušmić-Kustura, educadora sobre genocidio en Londres. “Estamos ante un momento crucial en el que no sólo se juzga a Israel, sino todo el derecho internacional humanitario y su marco”, señala.

Tras escuchar las primeras sesiones en La Haya, Buljušmić-Kustura reunió más de 1.000 firmas de supervivientes del genocidio y la guerra de Bosnia, Estados Unidos y Reino Unido en una carta abierta a CIJ. En ella pedían al máximo tribunal de la ONU que evitara que se repita la historia y que impulsara las “medidas cautelares” que pidió Sudáfrica para mitigar el riesgo de genocidio, algo que la corte finalmente hizo aunque sin ordenar un alto el fuego como se solicitaba en la demanda sudafricana. Israel había argumentado que las medidas cautelares eran “inconcebibles” y pretendían “frustrar el derecho inherente de Israel a defenderse”.

“La historia nos ha demostrado que el fracaso de la comunidad internacional a la hora de imponer una suspensión de las acciones militares en la antigua República Federativa de Yugoslavia en 1993 tuvo como consecuencia el genocidio, el desplazamiento étnico forzoso y diferentes crímenes contra la humanidad”, dice la carta. “Un alto el fuego a tiempo, como propuso en su día la República de Bosnia y Herzegovina en 1993, sin duda podría haber salvado muchas vidas”.

Revivir el trauma

La guerra de Israel en Gaza, desencadenada tras los atentados transfronterizos de Hamás del 7 de octubre, ha matado a casi 29.000 palestinos. En opinión de Buljušmić-Kustura, seguir la guerra por Internet en tiempo real ha hecho que afloren recuerdos traumáticos de muchos supervivientes, activistas y educadores bosnios. “Todas las personas con las que hablo tienen sentimientos muy similares”, afirma. “¿Y cómo no iban a tenerlos, teniendo que verlo en directo en su teléfono? No puedes escapar de ello”.

En julio de 1995, las fuerzas serbobosnias asesinaron sistemáticamente a unos 8.000 musulmanes bosnios, entre ellos familiares de Ahmed Hrustanović, en Srebrenica. Sigue siendo la única masacre en Europa desde la Segunda Guerra Mundial que ha sido calificada de genocidio. “Nuestros traumas están despertando, estamos sufriendo, estamos recordando lo que sobrevivimos, así que intentamos hacer algo”, explica Hrustanović, que regresó a Srebrenica hace una década y es otro de los firmantes de la carta.

Tras haber sufrido persecución de niña durante la guerra de Bosnia, Emina Ćerimović asegura conocer de primera mano la importancia de la justicia y la rendición de cuentas. Como directora asociada de la división de derechos de las personas con discapacidad de Human Rights Watch, ha hablado con palestinos con discapacidad en Gaza en las últimas semanas. “La gravedad y severidad de los horrores a los que ellos, y todos los palestinos de Gaza, se enfrentan a una escala sin precedentes en la historia moderna de Israel y Palestina hacen que los procedimientos de la CIJ sean muy necesarios”, afirma.

En la demanda presentada ante la CIJ, Sudáfrica argumenta que la comunidad internacional había “fallado repetidamente” a los pueblos de Ruanda y Bosnia, y al pueblo rohingya de Myanmar. “Sudáfrica ha desbloqueado un proceso en el tribunal internacional para examinar de forma fehaciente la conducta de Israel y considerar medidas que puedan evitar el sufrimiento, proteger a los civiles y garantizar el cumplimiento del derecho internacional”, subraya Ćerimović, y hace un llamamiento a los gobiernos de todo el mundo para que apoyen el procedimiento.

Sudáfrica informó el pasado lunes de que ha solicitado “urgentemente” a la CIJ que examine la decisión de Israel de expandir sus operaciones militares en el sur de la Franja de Gaza para impedir “nuevas violaciones” de los derechos del pueblo palestino. Una petición que Israel tachó este jueves de “inadecuada”. En su solicitud, el Gobierno sudafricano se mostró “profundamente preocupado porque la ofensiva militar sin precedentes contra Rafah, anunciada por el Estado de Israel, ya ha causado y tendrá como resultado más ataques a gran escala, matanzas, daños y destrucción”, algo que “constituiría una violación grave e irreparable tanto de la Convención contra el Genocidio como de la orden de la CIJ del 26 de enero de 2024”.

El tribunal de la ONU exigió este viernes a Israel la implementación “inmediata y efectiva” de las medidas cautelares dictadas el 26 de enero para evitar un genocidio en la Franja de Gaza. La CIJ, sin embargo, no considera necesario reclamar medidas adicionales a Israel, tal y como solicitó Sudáfrica por la situación en Rafah. “Esta peligrosa situación exige la implementación inmediata y efectiva de las medidas provisionales indicadas por la Corte en su Orden de 26 de enero de 2024, que son aplicables en toda la Franja de Gaza, incluida Rafah, y no exige la indicación de medidas provisionales adicionales”, señaló la CIJ en una carta a las partes.

En la orden del 26 de enero, el tribunal de Naciones Unidas dio a Israel un plazo de un mes para presentar un informe con todas las medidas adoptadas para aplicar las órdenes de emergencias que dictaminó. Las decisiones de la CIJ son definitivas e inapelables, aunque el tribunal no tiene forma de hacerlas cumplir.

La convención de 1948 –promulgada tras el asesinato masivo de judíos en el holocausto nazi–, que Sudáfrica acusó a Israel de violar con sus acciones en Gaza, define el genocidio como “actos cometidos con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso”.

Traducción de Emma Reverter.