Estados Unidos y otros países occidentales han intercambiado este jueves con Rusia una veintena de prisioneros en el aeropuerto de Ankara, bajo la coordinación de los servicios secretos turcos.
Estas son algunas de las personas que han participado en el canje, considerado el mayor desde la Guerra Fría:
Pablo González
Con doble nacionalidad española y rusa –es nieto de un 'niño de la guerra' y vivió en el país hasta los 9 años–, González es un periodista que ha trabajado durante años para diferentes medios españoles, con frecuencia como enviado especial a Rusia y Ucrania. Fue detenido en Polonia, cerca de la frontera con Ucrania, en marzo de 2022 y desde entonces ha permanecido encarcelado en Polonia sin juicio y en régimen de aislamiento, acusado de ser un espía ruso. La Agencia Polaca de Seguridad Interior dijo que trabajaba para la inteligencia militar GRU, utilizando su condición de periodista como tapadera para viajar por todo el mundo y acceder a zonas de conflicto. González ha negado las acusaciones y organizaciones internacionales de defensa de la libertad de prensa han criticado a Polonia por no hacer públicas las pruebas contra él ni atribuirle hechos concretos.
Evan Gershkovich
Periodista del Wall Street Journal, Gershkovich se convirtió en el primer corresponsal occidental detenido por espionaje en Rusia desde la caída de la Unión Soviética. Fue detenido en marzo de 2023 mientras elaboraba un reportaje en Yekaterimburgo. Las autoridades rusas afirman que estaba recopilando información para la CIA, pero nunca han hecho públicas ninguna de sus supuestas pruebas. Gershkovich, su periódico y el Departamento de Estado estadounidense han negado las acusaciones. En julio fue condenado a 16 años de cárcel en un juicio rápido y a puerta cerrada.
Paul Whelan
Detenido en 2018 acusado de espionaje, el ex marine estadounidense lleva desde entonces en una prisión rusa. Whelan, que también tiene nacionalidad británica, irlandesa y canadiense, siempre ha dicho que las pruebas contra él fueron falsificadas. En una entrevista reciente con la BBC, afirmó que se pasaba el día cosiendo sombreros y monos en una fábrica de la prisión, y que sus barracones estaban llenos de moho y sin calefacción. A finales del año pasado, la familia de Whelan afirmó que otro preso le había golpeado en la cara, rompiéndole las gafas.
Alsu Kurmasheva
Kurmasheva, de 47 años y redactora de Radio Liberty, con sede en Praga, es ciudadana de Estados Unidos y Rusia. Fue detenida el año pasado durante una visita familiar a la ciudad de Kazán, y acusada de no registrarse como “agente extranjera” y de difundir “información falsa” sobre las fuerzas armadas del país, en virtud de las duras leyes de censura promulgadas tras la invasión rusa de Ucrania.
Ilya Yashin
Yashin es uno de los líderes de la oposición más conocidos de Rusia, aliado durante mucho tiempo de Boris Nemtsov, asesinado en 2015, y de Alexéi Navalni, fallecido en prisión a principios de este año.
En una entrevista concedida el año pasado a The Guardian, escrita desde la cárcel, Yashin dijo que se había quedado en Rusia en lugar de emigrar porque consideraba que tras la invasión de Ucrania era importante quedarse y alzar la voz. “Entendí que una voz antibelicista debía hablar en Rusia”, afirmó.
Oleg Orlov
Veterano del movimiento disidente de la era soviética, Orlov, de 70 años, es uno de los defensores de los derechos humanos más respetados de Rusia, y durante las dos últimas décadas fue uno de los líderes de Memorial, organización que ganó una parte del premio Nobel de la Paz en 2022. Orlov fue condenado a dos años y medio de cárcel a principios de este año por criticar al Ejército ruso.
Sasha Skochilenko
A finales del año pasado, Skochilenko, una artista de 33 años, fue encarcelada durante siete años tras sustituir las etiquetas de los precios de un supermercado de San Petersburgo por mensajes contra la guerra en Ucrania. Amnistía Internacional la declaró presa de conciencia.
Vladimir Kara-Murza
Kara-Murza, veterano político y activista de la oposición de 42 años, ha acusado al Kremlin de intentar envenenarle en dos ocasiones, en 2015 y 2017. El año pasado, el también columnista del Washington Post fue encarcelado durante 25 años por sus críticas a la guerra en Ucrania y por sus vínculos con una organización “indeseable”. Su familia dijo que Kara-Murza, que tiene doble nacionalidad rusa y británica, había sufrido problemas de salud en prisión, como secuela de los envenenamientos anteriores.
Kevin Lik
Lik, de 19 años, es la persona más joven condenada por traición en Rusia. Fue condenado el pasado diciembre a cuatro años de cárcel, al parecer por enviar fotografías por correo electrónico a “representantes de un Estado extranjero” en el momento de la invasión rusa de Ucrania. Lik tiene doble nacionalidad alemana y rusa: nació en Alemania pero se trasladó a Rusia a los 12 años.
Rico Krieger
A diferencia de todos los demás implicados en el canje, Krieger estaba detenido en Bielorrusia, no en Rusia. Su caso no se hizo público hasta las últimas semanas, cuando se supo que había sido condenado a muerte en el país, supuestamente por llevar a cabo un atentado terrorista por orden de la inteligencia ucraniana. Apareció en una emotiva entrevista en la televisión estatal, suplicando clemencia y pidiendo al Gobierno alemán que interviniera. Según las autoridades bielorrusas, Krieger, de 30 años, fue detenido a finales del año pasado tras provocar una explosión en el país en la que nadie resultó herido, aunque no se presentaron pruebas públicamente. El pasado martes, el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, indultó a Krieger.
Ksenia Fadeyeva
Colaboradora del difunto Alexéi Navalni en la ciudad siberiana de Tomsk, Fadeyeva estaba con Navalni cuando fue envenenado con el agente nervioso novichok en la ciudad en 2020. Posteriormente ganó las elecciones al consejo municipal. Sin embargo, las autoridades rusas ilegalizaron la organización de Navalni en 2021, y el año pasado Fadeyeva fue condenada a nueve años de cárcel acusada de “organizar un grupo extremista”.
Liliya Chanysheva
Chanysheva era otra de las coordinadoras regionales de Navalni y dirigía su oficina en la ciudad de Ufa. Fue condenada a siete años y medio de prisión por organizar una comunidad extremista, y la condena se prorrogó otros dos años en abril, después de que los fiscales dijeran que la sentencia inicial era demasiado indulgente.
Vadim Krasikov
Vladímir Putin llevaba tiempo señalando a Krasikov como su exigencia número uno en cualquier canje. Fue detenido en 2019 tras matar a tiros al exiliado checheno Zelimkhan Khangoshvili a plena luz del día en un parque de Berlín. Se cree que Krasikov era un antiguo oficial del FSB y viajó a Alemania con una identidad falsa. Las autoridades alemanas creen que el asesinato fue una misión autorizada oficialmente: un tribunal de Berlín calificó el ataque de “asesinato ordenado por el Estado”.
En su entrevista con Tucker Carlson a principios de año, Putin describió a Krasikov como “una persona que eliminó a un bandido en una de las capitales europeas, por sentimientos patrióticos”.
Artem Dultsev y Anna Dultseva
La pareja eran “ilegales”, es decir, espías rusos encubiertos que son enviados al extranjero en misiones de larga duración, que pueden durar décadas, haciéndose pasar por extranjeros. Artem y Anna se hicieron pasar por un matrimonio argentino formado por Maria Meyer y Ludwig Gisch, galerista y empresario informático respectivamente. Vivían en Liubliana (Eslovenia) con sus dos hijos, desde donde se cree que hacían tareas para la inteligencia rusa en toda Europa. Cuando fueron detenidos a finales de 2022, una fuente declaró a The Guardian que se había encontrado tanto dinero en efectivo en su oficina que se tardó “horas en contarlo”.
Se cree que sus dos hijos menores también están incluidos en el canje. Los dos estaban en un programa de acogida tras la detención y seguían asistiendo a la escuela en Liubliana.
Mikhail Mikushin
Otro 'ilegal' ruso, Mikushin fue detenido en Noruega, donde utilizaba la identidad brasileña de José Assis Giammaria. Fue detenido en la ciudad de Tromsø, al norte del país, donde trabajaba como investigador en una universidad, dedicada a evaluar las amenazas a la seguridad híbrida. Estaba previsto que fuera juzgado en septiembre.
Vladislav Klyushin
Empresario ruso vinculado al Kremlin, Klyushin, de 43 años, fue condenado en septiembre de 2023 por un tribunal de Boston a nueve años de prisión por su participación en una trama de tráfico de información privilegiada por valor de 90 millones de dólares, en la que se pirateó información secreta sobre los beneficios de varias empresas. Klyushin, propietario de una empresa informática con sede en Moscú que colaboraba con el Ministerio de Defensa ruso, era uno de los rusos de más alto perfil detenidos en Estados Unidos.
Roman Seleznev
Hijo de un diputado de la Duma rusa, Seleznev, de 40 años, fue detenido de vacaciones en un aeropuerto de las Maldivas en 2014 y condenado tres años después en Washington a 27 años de cárcel, la sentencia más larga de la historia por hackeo informático en Estados Unidos. Seleznev, conocido por su nombre de hacker Track2, fue acusado por un tribunal estadounidense de perpetrar un ciberataque contra miles de empresas estadounidenses que causó pérdidas por valor de 169 millones de dólares.
Vadim Konoshchenok
Konoshchenok, de 49 años, fue detenido por un plan para exportar tecnología estadounidense destinada a ser utilizada por Rusia en su invasión de Ucrania. Detenido inicialmente en Estonia y trasladado posteriormente a Estados Unidos, Konoshchenok estaba presuntamente implicado en la “red Serniya”. Esta red, integrada por siete rusos y estadounidenses, estaba implicada en el aprovisionamiento y envío ilegal de millones de dólares en material militar occidental a contactos militares rusos.