Aunque su campaña ya se está apagando, Bernie Sanders todavía ha conseguido sacar un nuevo lema de las brasas. El eslogan da una pista del rumbo que tomará este provocador de izquierdas cuando su derrota frente a Hillary Clinton ya sea oficial y esta pase a ser la candidata del Partido Demócrata.
“La lucha continúa” tal vez no tenga la agudeza de “Feel the Bern”, siente el fuego, un juego de palabras con su nombre y el vocablo burn (quemar). Tampoco tiene la ambición que escondía su promesa de “revolución política”, pero sí marca intenciones de cara al futuro. Tras la reunión mantenida este jueves en Washington con el presidente Barack Obama y otros líderes del partido con el objetivo de mostrar que los demócratas están unidos, Sanders prometió que se reunirá con Hillary Clinton, aunque no dijo nada de bajarse de las primarias.
Para desesperación de algunos partidarios de Hillary Clinton, que esperaban que Sanders se rindiera en breve, el candidato demócrata ya ha confirmado que asistirá a un mitin después de su viaje a Washington y sigue con sus planes de presentarse a las primarias que se celebran en la capital el próximo martes.
Sin embargo, se puede apreciar un sutil cambio de tono, que parece indicar que la “lucha” que librará en la convención demócrata que se celebrará en Filadelfia dentro de un mes no será tan descarnada como temía el sector más tradicional del partido.
Los responsables de su campaña regresaron agotados a sus oficinas de Vermont este miércoles. El mensaje oficial ha cambiado y ya no gira en torno a ganar las primarias sino que se centra en las políticas a largo plazo que en su día ilusionaron a sus bases.
“(En Washington) Sanders hablará de muchos temas, entre ellos, de cómo alejar a las grandes empresas de la política, de su plan para que las universidades sean públicas, la lucha contra el cambio climático y la cobertura sanitaria universal”, indicaron en un comunicado que pasaba por alto las próximas primarias o el hecho de que desde un punto de vista matemático ya es imposible ganar a Hillary.
Sus aliados más próximos ya han empezado a decir en público lo que hasta ahora solo admitían en privado: ya no se trata de ganar delegados sino de que más personas se sumen a su causa. El discurso oficial, relativo al “camino a la victoria” era en gran parte un pretexto para atraer la atención de los medios y que siguieran hablando de sus propuestas de cambio.
“Si bien Sanders no ha logrado hacerse con la mayoría de delegados, sí ha conseguido reconfigurar la agenda política del país”, señala Dan Cantor, el director nacional del Partido de las Familias Trabajadoras (Working Families Party), después de que Clinton ganara las primarias de California por un margen superior al previsto.
“Ha cambiado la percepción de qué es posible. Consiguió conectar con los sentimientos del ciudadano en torno a una economía fraudulenta y un sistema político y movilizar unas bases que creen que existen mejores alternativas y que piden soluciones que estén a la altura de los problemas actuales”.
Todavía persiste el rencor, especialmente si tenemos en cuenta que a lo largo de estos 14 meses de batalla política ha estado más cerca de ganar a Clinton de lo que nadie había previsto. Ha conseguido ganar en 23 ocasiones y ha alimentado el sueño de que podía convertirse en el candidato demócrata de las presidenciales. Esto hizo que aflorara el instinto competitivo de los equipos de ambos candidatos.
Algunos correos electrónicos que ha filtrado Politico esta semana dejan entrever que a algunos asesores de Sanders les preocupaba el hecho de que las peleas con Clinton subieran de tono y que el senador por Vermont convirtiera la campaña en algo personal.
Sanders ha tenido que calmar los ánimos de sus seguidores, propensos a criticar a Clinton siempre que se presenta la oportunidad. El martes, durante un mitin en Santa Monica, eran visibles los esfuerzos de Sanders por silenciar los abucheos del público cada vez que mencionaba el nombre de la candidata.
Para sus seguidores, los resultados representan una victoria, no una derrota. Y no significa que sean ajenos a los resultados de las votaciones (si bien algunos han preferido ignorarlos). Lo cierto es que durante décadas el Partido Demócrata no ha abordado algunos temas que ahora Sanders pondrá sobre la mesa.
“Nunca hasta ahora habíamos sentido el fuego de la victoria”, indica Cantor: “Estamos muy orgullosos de participar en la revolución política que acaba de empezar”.
Traducción de Emma Reverter