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Blinken asegura en Israel que esta es “quizá la última oportunidad” para llegar a un acuerdo en Gaza

Bethan McKernan

Jerusalén —
19 de agosto de 2024 10:52 h

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El Secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, llegó el domingo a Israel para participar en unas conversaciones de última hora encaminadas a apuntalar un acuerdo para un alto el fuego duradero en la guerra de Gaza, en medio de señales procedentes de responsables israelíes y de Hamás de que un avance decisivo podría no estar tan cerca como habían sugerido los mediadores internacionales.

“Este es un momento decisivo, probablemente la mejor oportunidad, tal vez la última, de llevar a los rehenes a casa, de conseguir un alto el fuego y de encaminar a todo el mundo hacia una paz y una seguridad duraderas”, ha señalado Blinken este lunes durante una reunión con el presidente israelí, Isaac Herzog.

“También es el momento de asegurarnos de que nadie dé ningún paso que pueda hacer descarrilar este proceso”, ha afirmado. “Estamos trabajando para asegurarnos de que no se produzca una escalada, de que no haya provocaciones, de que no se produzcan acciones que de algún modo puedan alejarnos de la consecución de este acuerdo o, para el caso, escalar el conflicto a otros lugares y con mayor intensidad”.

Blinken se ha reunido con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien ha dicho en un comunicado que el encuentro “fue positivo y se condujo con buen espíritu”. Según el texto emitido por su oficina, el jefe del Ejecutivo ha reafirmado “el compromiso de Israel con la última propuesta [de acuerdo] estadounidense sobre la liberación de los secuestrados, que tiene en cuenta las necesidades de seguridad de Israel, en las que él se mantiene firme”. Posteriormente, el secretario de Estado ha declarado que Israel ha aceptado la propuesta planteada por EEUU y ha pedido a Hamás que haga lo mismo, aunque no ha ofrecido más detalles sobre el contenido de la misma.

“Hay un profundo sentido de urgencia para lograr [un acuerdo] y EEUU está comprometido en hacerlo ahora”, ha recalcado Blinken.

El jefe de la diplomacia estadounidense voló a Tel Aviv el domingo como parte de los renovados esfuerzos de Washington para negociar un alto el fuego en el conflicto de diez meses de duración, negociaciones consideradas aún más urgentes tras los asesinatos consecutivos el mes pasado de un alto comandante de Hizbulá y del jefe político de Hamás, Ismail Haniyeh. EEUU espera que un alto el fuego rebaje la temperatura en Oriente Medio y disuada a Irán y Hizbulá de tomar represalias que podrían hacer que la guerra de Gaza derivara rápidamente en un conflicto en toda la región.

Blinken tratará de “concluir el acuerdo para el alto el fuego y la liberación de rehenes y detenidos” durante su novena visita a la región desde que estalló la guerra tras el ataque de Hamás del 7 de octubre, según ha informado el Departamento de Estado. Está previsto que el martes Blinken viaje a Egipto.

Los mediadores internacionales, Estados Unidos, Qatar y Egipto, se mostraron optimistas tras dos días de conversaciones en la capital qatarí, Doha, la semana pasada, anunciando que se había acordado una “propuesta puente”. Se espera que las negociaciones para colmar las lagunas pendientes se reanuden en El Cairo el miércoles o el jueves.

Estados Unidos desea poder anunciar que se ha llegado a un acuerdo durante la cumbre de El Cairo, ya que en Washington la atención empieza a centrarse en las elecciones estadounidenses de noviembre. Sin embargo, Hamás, que no participa directamente en esta ronda de negociaciones, ha afirmado que la idea de que un acuerdo está cada vez más cerca es “una ilusión”.

El domingo por la noche, Hamás dijo que la nueva propuesta estaba demasiado alineada con la postura del primer ministro israelí. “Consideramos a Netanyahu plenamente responsable de frustrar los esfuerzos de los mediadores, de retrasar el acuerdo y de las vidas de sus prisioneros, que están expuestos al mismo peligro que nuestro pueblo debido a su continua agresión y al ataque sistemático contra todos los aspectos de la vida en la Franja de Gaza”, declaró.

Pero Netanyahu dijo que era a Hamás a quien había que presionar.

“Hamás, hasta este momento, sigue obstinado. Ni siquiera ha enviado un representante a las conversaciones de Doha. Por lo tanto, la presión debe dirigirse a Hamás y a [Yahya] Sinwar, no al Gobierno israelí”, dijo Netanyahu en una reunión del gabinete el domingo, refiriéndose al jefe de Hamás.

Los funcionarios israelíes también han expresado cautela. “Después de que Estados Unidos aceptara la mayoría de las demandas [de Israel], tenemos que ser flexibles en las aclaraciones que se añadieron», dijo una fuente anónima con conocimiento de las conversaciones al Canal 12 de Israel. ”De lo contrario, no hay ninguna posibilidad de sentar a Hamás a la mesa... desde su perspectiva, se trata de una propuesta estadounidense-israelí“.

“Me gustaría subrayar que estamos llevando a cabo negociaciones y no un escenario en el que sólo damos y damos. Hay cosas en las que podemos ser flexibles y hay cosas en las que no podemos ser flexibles, en las que insistiremos”, afirmó Netanyahu el domingo.

“Por lo tanto, junto a los grandes esfuerzos que estamos haciendo para devolver a nuestros rehenes, nos mantenemos en los principios que hemos determinado, que son vitales para la seguridad de Israel”, añadió.

Hamás e Israel acordaron en principio el mes pasado aplicar un marco en tres fases propuesto públicamente por Biden en mayo y respaldado por el Consejo de Seguridad de la ONU. El plan incluiría un alto el fuego inicial de seis semanas, durante el cual se liberaría a un número limitado de rehenes israelíes a cambio de palestinos retenidos en cárceles israelíes, y aumentaría la cantidad de ayuda humanitaria que entra en la franja.

A diferencia de la tregua de una semana que fracasó a finales de noviembre, este alto el fuego podría prorrogarse indefinidamente mientras los negociadores concretan los detalles de la siguiente fase, por lo que un punto muerto no desencadenaría necesariamente la reanudación de las hostilidades.

Hamás ha afirmado que la última versión de la propuesta que se está debatiendo difiere significativamente de la iteración de mayo después de que se añadieran nuevas exigencias israelíes, entre ellas una presencia militar israelí permanente a lo largo de la frontera entre Gaza y Egipto y el corredor de Netzarim, la nueva barrera controlada por Israel que divide la franja en dos.

Israel afirma que esas medidas son necesarias para impedir que Hamás y otras milicias se rearmen y reagrupen, mientras que Hamás ha reiterado su exigencia fundamental de que todas las tropas israelíes deben retirarse completamente de Gaza como preludio al fin de la guerra. Hasta la fecha, Israel no se ha mostrado dispuesto a ir más allá de una pausa temporal en los combates.

Los críticos dentro y fuera del país han acusado a Netanyahu de dar largas a un acuerdo para obtener beneficios políticos, pero los medios de comunicación israelíes informaron de que el primer ministro tenía previsto reunirse con su equipo negociador el domingo para analizar si la presencia israelí en las dos zonas no era negociable.

Según funcionarios egipcios que hablaron con la agencia Associated Press, se espera que militares egipcios e israelíes se reúnan la próxima semana para discutir la posibilidad de un mecanismo de retirada de Rafah, en la frontera entre Gaza y Egipto.

El paso fronterizo de Rafah es la principal vía de comunicación de la franja con el resto del mundo; los grupos humanitarios se han quejado de retrasos y problemas de distribución desde que Israel tomó el control de la zona en mayo. La semana pasada, la autoridad sanitaria palestina confirmó el primer caso de polio en la franja en 25 años.

La matanza continúa

Incluso en medio de las especulaciones sobre un alto el fuego, el derramamiento de sangre en Gaza continúa: Los ataques israelíes en el territorio asediado mataron a 28 personas el domingo, entre ellos una mujer y sus seis hijos en la ciudad central de Deir al-Balah, según los servicios de emergencias.

Mohammed Awad Khatab, abuelo de los niños, dijo que su hija era maestra y que su hijo menor tenía 18 meses. Los otros eran quintillizos de 10 años, afirmó el hospital al-Aqsa.

“Los seis niños se han convertido en partes del cuerpo. Los metieron en una sola bolsa”, dijo a los periodistas en el hospital. “¿Qué hicieron? ¿Mataron a algún judío? ¿Proporcionará esto seguridad a Israel?”.

El domingo por la noche, una persona murió tras la explosión de una bomba en Tel Aviv, según la policía israelí. “Se ha confirmado que fue la explosión de una bomba”, dijo un portavoz de la policía.

“Como resultado de la explosión, una persona —cuya identidad aún se desconoce— murió y otra resultó herida de gravedad moderada. Se están explorando todas las vías de investigación”.

Tensiones regionales

Las tensiones entre Israel y Hizbulá también se han recrudecido tras un ataque israelí contra el sur de Líbano el sábado en el que murieron 10 personas, uno de los ataques individuales más mortíferos contra Líbano desde que Hizbulá e Israel empezaron a intercambiar disparos transfronterizos el 8 de octubre.

Hizbulá y otros aliados de Irán en Siria, Irak y Yemen han afirmado que dejarán de atacar a Israel cuando se ponga fin a la guerra en Gaza. La larga guerra en la sombra entre Israel e Irán estalló por primera vez en abril, cuando Teherán lanzó más de 300 misiles balísticos y aviones no tripulados contra Israel en venganza por el asesinato de varios comandantes de la Guardia Revolucionaria iraní en Damasco.

Ese ataque fue telegrafiado con mucha antelación, lo que permitió a los sistemas de defensa antiaérea de Israel y a las fuerzas aéreas de varios de sus aliados interceptar la mayoría de los proyectiles.

En la invasión de Hamás del 7 de octubre murieron unas 1.200 personas y otras 250 fueron tomadas como rehenes, según los recuentos israelíes. Más de 40.000 personas han muerto en la guerra de represalia de Israel en Gaza, según el Ministerio de Sanidad de la franja gobernada por Hamás, y casi todos los 2,3 millones de habitantes se han visto desplazados de sus hogares en medio de una grave crisis humanitaria.

Traducido por Javier Biosca y actualizado por elDiario.es