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The Guardian en español

Bosnia, al borde de la ruptura por las tensiones nacionalistas

Tropas de la ONU patrullan la conocida como "avenida de los francotiradores" de Sarajevo en 1995.

Julian Borger

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El principal representante de la comunidad internacional en Bosnia ha advertido que el país está en peligro inminente de ruptura y que existe una posibilidad “muy real” de que regrese el conflicto.

En un informe para la ONU al que ha tenido acceso The Guardian, Christian Schmidt, el alto representante para Bosnia-Herzegovina dice que si los separatistas serbios concretan su amenaza de volver a crear su propio ejército, dividiendo así las fuerzas nacionales armadas en dos, se deberán enviar más misiones de mantenimiento de la paz para detener el avance hacia una nueva guerra.

Las operaciones internacionales por el mantenimiento de la paz en Bosnia son tarea de la misión militar de la Unión Europea, EUFOR, que cuenta con 700 efectivos. Por su parte, la OTAN mantiene un cuartel general con sede en Sarajevo. Los mandatos de un año de duración de ambas fuerzas se han renovado esta semana en el Consejo de Seguridad de la ONU y, tras la amenaza de Rusia de bloquear la resolución, se han eliminado todas las referencias al Alto Representante, lo que podría socavar la autoridad de Schmidt como supervisor del Acuerdo de Paz de Dayton, establecido en 1995.

En su primer informe tras asumir el cargo en agosto, Schmidt, exministro del Gobierno alemán, advierte que Bosnia se enfrenta a “la mayor amenaza existencial del período de posguerra”.

“Esto equivale a una secesión”

El líder serbobosnio y uno de los tres presidentes del país, Milorad Dodik, ha amenazado con salirse de las instituciones estatales —incluido el ejército nacional, fortalecido gracias a la ayuda internacional durante el último cuarto de siglo— y con reconstituir las fuerzas armadas serbias. El 14 de octubre Dodik dijo que obligaría al ejército bosnio a retirarse de la república serbobosnia (Republika Srpska, la mitad serbia de Bosnia) rodeando sus cuarteles y que si Occidente intentaba intervenir militarmente, tenía “amigos” que habían prometido apoyar la causa serbia, en una posible referencia a Serbia y Rusia.

El mes pasado, la policía serbobosnia llevó a cabo ejercicios “antiterroristas” en el monte Jahorina, desde donde las fuerzas serbias bombardearon Sarajevo durante el asedio perpetrado entre 1992 y 1995.

“Esto equivale a una secesión, aunque sin proclamación”, ha escrito Schmidt en el informe entregado el viernes pasado al secretario general de la ONU, António Guterres. Schmidt dice que las acciones de Dodik “no solo ponen en peligro la paz y la estabilidad del país y de la región, sino que, si la comunidad internacional no responde, podrían llevar al fin de los Acuerdos de Paz de Dayton”.

El alto representante dice que es posible que se produzcan enfrentamientos entre las fuerzas del orden bosnias y la policía serbobosnia. “Si las fuerzas armadas de BiH (Bosnia-Herzegovina) se dividen en dos o más ejércitos, el nivel de la presencia militar internacional requerirá una reevaluación”, advierte Schmidt. “Una falta de respuesta a la situación actual pondría en peligro el [Acuerdo de Paz de Dayton], mientras que la inestabilidad en BiH tendría implicaciones más amplias en la región”, dice. “La posibilidad de una mayor división y de conflicto es muy real”.

Comunidad internacional

Las advertencias de Schmidt han llegado mientras el Consejo de Seguridad de la ONU se preparaba para renovar los mandatos de la EUFOR y del cuartel general de la OTAN en las operaciones de mantenimiento de la paz mediante una votación realizada este miércoles. Moscú había amenazado con bloquear la resolución a menos que se eliminaran todas las referencias al Alto Representante, que finalmente fueron suprimidas del texto.

El Kremlin se opuso al nombramiento de Schmidt por parte del Consejo de Implementación de la Paz, un organismo multinacional ad hoc creado para implementar el Acuerdo de Paz de Dayton, y se niega a reconocer su autoridad.

“Sospecho que lo que Rusia quiere realmente es debilitar la autoridad de la oficina del Alto Representante impidiéndole informar al Consejo”, dice un diplomático cercano a las discusiones.

Por su parte, Kurt Bassuener, cofundador del Democratization Policy Council (Consejo de Políticas de Democratización), think tank con sede en Berlín, señala: “Parece que, en efecto, los estadounidenses, los británicos y los franceses han acordado eliminar las referencias al alto representante, lo cual era algo estándar en todas las resoluciones anteriores. Y, aunque jurídicamente esto no debilita al alto representante, sí que lo hace políticamente”.

Una excusa para los políticos

Incluso con la renovación del mandato de la EUFOR, la UE tiene poca voluntad para reforzar la pequeña fuerza militar que queda en Bosnia. Algunos Estados miembros, especialmente Hungría, apoyan a Dodik.

“Creo que está dispuesto a apostar por la posibilidad de que, por muy improbable que sea, pueda salirse con la suya creando rápidamente nuevos hechos sobre el terreno y apoyándose en la idea de que la confusión y el retraso se apoderarán tanto de Sarajevo como de la comunidad internacional y que, en última instancia, no habrá consecuencias internacionales significativas”, dice Jasmin Mujanović, politólogo bosnio.

El subsecretario de Estado de EEUU, Gabriel Escobar, declaró la semana pasada ante el Congreso que Estados Unidos está trabajando con la Unión Europea para “asegurarse de que haya consecuencias para cualquier acción ilegal o desestabilizadora” en Bosnia. Sin embargo, no está claro si el Gobierno de Biden apoyaría el regreso de las operaciones de mantenimiento de la paz de la OTAN.

Alida Vračić, directora de Populari, un think tank con sede en Bosnia, dice que la perpetua y creciente sensación de crisis permite a los líderes del país disimular su incapacidad para gobernar. “Dodik se ha puesto furioso, pero colectivamente los políticos esperan sacar ventaja de esta crisis y los ciudadanos son los únicos perdedores, como era de esperar”, dice Vračić.

“Esta discusión les viene bien, ya que desbarata todas las disputas importantes, como aquellas vinculadas a que Sarajevo se ahoga en una neblina tóxica, a que los gobiernos regionales malversaron dinero durante la crisis de COVID, a que el número de muertos en Sarajevo es peor que durante la guerra, a que la mitad del país vive en la pobreza, a que hemos llevado a cabo exactamente cero reformas y a que hace meses que no se discuten leyes en el parlamento”.

Traducción de Julián Cnochaert.

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