Ubicado en el pueblo de Eskdalemuir, en Dumfries y Galloway, entre páramos húmedos, tierras de cultivo y círculos neolíticos de piedra, se encuentra el mayor templo budista de Europa occidental.
Samye Ling, hogar de unos 60 monjes, monjas y voluntarios, y visitado por miles de personas cada año, se fundó en 1967 y ha acogido a personalidades como Billy Connolly, Richard Gere y David Bowie. Según cuenta la leyenda, a Bowie la estancia en el santuario le causó una impresión tan profunda que se planteó la posibilidad de hacerse monje, hasta que los líderes espirituales le recomendaron seguir una carrera musical.
A pesar de ser un enclave en el que normalmente reina la paz y la tranquilidad, la población monástica de Eskdalemuir se encuentra ahora en el centro de una insólita disputa con un vendedor de armas de fuego, un club de tiro y el ejército estadounidense.
La disputa tiene que ver con dos solicitudes de planificación con carácter retroactivo presentadas por granjas vecinas para ampliar los campos de tiro en el pequeño pueblo que colinda con el santuario. Una de ellas, en la granja de Over Cassock, a unos ocho kilómetros de Samye Ling, pretende sustituir los edificios provisionales por una estructura permanente, mientras que la otra, en la granja de Clerkhill, a sólo tres kilómetros de distancia, quiere ampliar un campo de tiro que se inauguró en marzo del año pasado, pero que se cerró ocho meses después al no contar con una aprobación urbanística completa.
El ruido altera la vida silvestre
Los residentes de Samye Ling se oponen a ambos planes. Se quejan del ruido y alegan que altera la vida silvestre del lugar. También se oponen al hecho de que el campo de tiro sea lugar de entrenamiento de las fuerzas especiales de Estados Unidos, que entrenan en el lugar con ametralladoras y rifles.
En este sentido, el abad Lama Yeshe Losal Rinpoche ha indicado que “Samye Ling lleva en este lugar más de 50 años y que siempre han tratado de ser buenos budistas y, sobre todo, de ser buenos vecinos”. “Ha llegado a mi conocimiento que las fuerzas estadounidenses van a entrenar en un campo de tiro situado a dos kilómetros de Samye Ling, en terrenos forestales. Muchos pájaros consideran que este es su hogar. Es como un santuario de paz para ellos. Se sienten seguros porque nadie les hace daño y por eso hay un gran número de aves pequeñas y también más grandes. Están acostumbrados a nuestro entorno pacífico y el sonido de los disparos es aterrador para todos ellos”, dice.
Los residentes de Samye Ling han impulsado una campaña por Internet y ya cuentan con el apoyo de más de 10.000 personas, así como del consejo comunitario de Eskdalemuir y de Joan McAlpine, diputada por el sur de Escocia. En declaraciones al Observer McAlpine indicó que sus electores habían expresado su preocupación por estos planes y por el uso del campo de tiro de Clerkhill por parte de los militares estadounidenses. “Comparto la preocupación de mis electores por el hecho de que grandes extensiones de terreno en torno a su comunidad se cedan a personas que parecen querer realizar juegos de guerra con munición real de alto calibre”, declaró.
“Es un problema que excede la contaminación acústica. Los habitantes de la zona están preocupados, con razón, por la seguridad y la naturaleza militarista de este proyecto, que es completamente inapropiado en un lugar de paz. No hay ni una sola prueba de que vaya a aportar beneficios económicos, de hecho es más probable que ahuyente a los visitantes”, lamenta la diputada.
Un portavoz de la granja Clerkhill y de Gardner Guns, que opera el campo de tiro, ha indicado que tras el Brexit y en el actual contexto de pandemia es fundamental diversificar los ingresos, y que los planes generarán puestos de trabajo e ingresos. Darren Bean, de la asociación Fifty Calibre Shooters, que opera el campo de tiro de Over Cassock, dice que, “el campo de tiro funcionó durante tres años sin que los habitantes de Samye Ling supieran de su existencia, está al final de un valle alejado de los núcleos de población”.
Un portavoz del ayuntamiento de Dumfries y Galloway ha confirmado que la comisión que otorga las licencias urbanísticas estudiará ambas solicitudes.
Para el abad Rinpoche, los planes son la gota que colma el vaso después de años de creciente tráfico y contaminación acústica procedentes de la silvicultura comercial y la caza, de los que la comunidad de Samye Ling nunca se ha quejado. Ahora piden a sus simpatizantes que se pongan en contacto con el ayuntamiento para presentar sus objeciones.
“Recibimos miles de visitas de personas que vienen para hacer cursos o meditar”, dice el abad. “Todas ellas se oponen firmemente a este plan, y tengo muchos amigos de todo el mundo que están decididos a alzar su voz para oponerse a él”.
Traducido por Emma Reverter.