Colombia debate prohibir los toros en medio de violentas protestas por la vuelta de las corridas
El tribunal de más alta instancia de Colombia debatirá este miércoles sobre la prohibición de las corridas de toros a nivel nacional. Ello se produce tan solo unos días después de los enfrentamientos ocurridos el pasado domingo entre manifestantes y policías antidisturbios, cuando los primeros intentaron interrumpir la primera corrida de toros en la capital del país de los últimos cuatro años.
Los agentes utilizaron gas pimienta y gas lacrimógeno contra los manifestantes cuando estos gritaban “asesinos” y “torturadores” a los aficionados a las corridas de toros que se dirigían hacia la icónica plaza de ladrillo rojo de Bogotá.
El Tribunal Constitucional dictaminó en 2015 que las corridas de toros eran parte del patrimonio cultural de Colombia y, por tanto, no podían prohibirse. Sin embargo, el mismo tribunal debatirá este miércoles la opinión de uno de sus magistrados, que argumenta que las corridas violan las leyes colombianas contra el maltrato animal.
La corte está considerando también un caso separado en el que se pide una penalización de cualquier acción relacionada con el abuso de los animales, no solo en las corridas de toros, sino también en las peleas de gallos y los espectáculos estilo rodeo, en los cuales los animales pueden ser maltratados.
Una ley de 2016 declaró a los animales “seres sensibles” que deben recibir “una protección especial contra el sufrimiento y el dolor, especialmente el causado directa o indirectamente por los humanos”.
Bogotá prohibió las corridas de toros en 2012 pero el actual alcalde, Enrique Peñalosa, dice que está obligado legalmente por la sentencia del Tribunal Constitucional a alquilar la plaza a la asociación defensora de las corridas de toros.
Peñalosa, que se opone a las corridas de toros, defiende una propuesta de ley con el objetivo de “aliviar el dolor en las corridas de toros” y que daría a las autoridades municipales el poder de prohibirlas en sus localidades. Varios intentos en el congreso de aprobar una legislación que prohiba por completo las corridas han quedado atascados en las audiencias del comité parlamentario.
En previsión de importantes protestas, 1.200 policías fueron desplegados el pasado domingo para la corrida de toros que se celebró en la ciudad. Cientos de manifestantes, muchos vestidos de negro como símbolo de luto, se repartieron por todas las entradas a la plaza.
Una de ellas era Maytik Avirama, de 25 años, que cuenta que ha participado en protestas contra las corridas de toros desde que tenía 14, y confiesa estar “frustrada” por la vuelta del espectáculo. “Cuando se prohibieron sentimos que habíamos triunfado sobre las élites, no solo los activistas por los derechos de los animales, sino también el resto de la sociedad que no quiere más violencia. El regreso de las corridas de toros es un gran paso hacia atrás”, sostiene.
La activista lamenta que las protestas se volviesen violentas, dado que los manifestantes lanzaron botellas, piedras y ladrillos y la policía disparó gas lacrimógeno. “El patrimonio cultural y el entretenimiento no son excusa para ninguna actividad que cause angustia, sufrimiento y una muerte cruel a esos animales”, señala Ricardo Mora, del grupo World Animal Protection, en un comunicado. El grupo pidió públicamente a los residentes de Bogotá que no acudiesen a las corridas para mostrar respeto por los toros.
Las corridas de toros están permitidas en tan solo ocho países del mundo y han sido restringidas en algunas regiones para que el espectáculo no termine con la muerte del toro.
En Ecuador, los votantes en muchas ciudades –incluida la capital, Quito– decidieron prohibir las corridas de toros en un referéndum en 2011. Varios estados mexicanos también han prohibido el espectáculo sangriento. En España, lugar de origen de esta tradición, el Tribunal Constitucional se opuso en octubre de 2016 a una anterior prohibición de las corridas de toros en Cataluña aprobada por el parlamento autonómico.
Traducido por Javier Biosca Azcoiti
