La crisis en República Democrática del Congo ya está a la altura de las de Siria, Irak o Yemen
La violencia y los disturbios políticos y étnicos en la República Democrática del Congo han llevado al país a un nivel de crisis similar al de Irak, Siria y Yemen.
El cólera está aumentando a un nivel nunca visto en el país y cerca de cuatro millones de personas han sido desplazadas de sus hogares por los enfrentamientos. La cuarta parte de los desplazados proviene básicamente de la región azotada por el conflicto de Kasai. ACNUR puso de manifiesto el mes pasado que la situación había sido declarada de un “nivel tres de emergencia”, el mayor grado en una crisis, y ha alertado de que las cifras de desplazados seguirán aumentando en las próximas semanas.
“Con los operativos constantes de las milicias, los disturbios y la violencia alimentada por los conflictos políticos y étnicos en multitud de áreas, el riesgo de que haya más desplazamientos es alto”, explica el portavoz de ACNUR Adrian Edwards. “Los desafíos para conseguir ayuda para la gente necesitada son cada vez mayores”.
Las emergencias de nivel tres, declaradas por la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, se activan ante lo que se consideran las crisis humanitarias más complejas y con más desafíos, y desencadenan una serie de planificaciones internas y procesos de financiación.
Sin embargo, hasta ahora solo se ha proporcionado un quinto de los 200 millones de euros requeridos para ayudar a los refugiados, a personas desplazadas y otros afectados por dicha situación, según la agencia.
En medio del peor brote de cólera en la historia del país, los enfrentamientos étnicos y la presencia de cada vez más milicias han tenido consecuencias especialmente significativas en las regiones de Tanganica, norte y sur de Kivu, y Kasai, apunta ACNUR.
A finales del mes de octubre, Médicos Sin Fronteras aseguró que habían tratado más de 18.000 casos de cólera solo en ese año. Desde entonces, la cifra ha aumentado hasta los cerca de 21.000 casos, y se espera que la cifra total de casos registrados alcance los 40.000 a finales de año, comentó un portavoz.
Mientras que el cólera es una enfermedad endémica en algunas regiones de República Democrática del Congo, nunca antes había persistido en 21 de las 26 regiones, ha explicado el jefe de misión de Médicos sin Fronteras en el país.
“Una de las principales razones por las que el cólera ha incrementado de esta manera este año es la sequía que ha afectado al país”, sostuvo Otero en una declaración.
“Los pozos se han secado o ha bajado su nivel y muchas personas se han visto obligadas a tomar agua de fuentes inseguras, como lagos y ríos, porque las autoridades no han sido capaces de proporcionar agua potable a los ciudadanos. La respuesta al cólera no puede ser solo de tratamiento médico, también se necesita trabajar en el desarrollo para proporcionar agua y saneamientos adecuados para la población. Hasta que eso no suceda, el cólera seguirá siendo una amenaza real”.
A pesar de la frecuencia con la que se producen los casos de cólera en muchas regiones, los trabajadores sanitarios a menudo no cuentan con el equipo suficiente para tratar la enfermedad.
“Hemos encontrado algunos hospitales en los que los pacientes de cólera estaban mezclados con otros pacientes”, protesta Innocent Kunywana, que encabeza la respuesta de MSF a la crisis, “camas que no tenían sistemas de drenaje para los fluidos. Los afectados pueden perder hasta diez litros de fluidos por culpa de los vómitos y la diarrea, así que el riesgo de infectar a compañeros y otros pacientes es muy alto”.
El comienzo de las clases también pueden haber contribuido a que se incremente el número de casos, apunta Kunywana, ya que los niños puede que entren en contacto con comida o agua contaminada en el camino a la escuelo o en las mismas instalaciones.
El número de personas gravemente afectadas por el hambre se ha disparado un 300% en los últimos 18 meses en dos de las cinco provincias de Gran Kasai, según el Programa Mundial de Alimentos, que ha tenido que aumentar drásticamente sus esfuerzos de asistencia.
Alrededor de 620.000 refugiados congoleños han huido del país y están pidiendo asilo en otros países africanos, mientras que la situación en República Democrática del Congo se ha visto agravada por la llegada de refugiados procedentes de estados vecinos. Más de 520.000 personas han buscado refugio en República Democrática del Congo desde principios de 2016, según ACNUR –la mayoría procedentes de Burundi, República Centroafricana y Sudán del Sur.
Traducido por Cristina Armunia Berges