Los cristianos de la Ciudad Vieja de Jerusalén dicen que su presencia en el que para ellos es el centro geográfico de su fe está amenazada por la intimidación y la agresiva compra de propiedades por parte de colonos judíos radicales.
Según representantes de la Iglesia, los colonos insultan y escupen a los sacerdotes, y sus propiedades son objeto de actos vandálicos.
A lo largo de este año, han ido en aumento las tensiones en los barrios cristiano y armenio de la Ciudad Vieja amurallada, que tiene un kilómetro cuadrado y donde se encuentra la Iglesia del Santo Sepulcro donde se cree que Jesús fue crucificado y resucitó. La Ciudad Vieja también alberga lugares de culto que son de gran importancia para judíos y musulmanes.
Las iglesias explican que se enfrentan a un ataque que tiene tres frentes distintos: una guerra de desgaste librada por colonos radicales, exigencias fiscales sin precedentes por parte del Ayuntamiento de Jerusalén, y una propuesta para permitir la expropiación de tierras eclesiásticas vendidas a promotores privados.
En declaraciones a The Guardian, Teófilo III de Jerusalén, el patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Jerusalén y el líder cristiano de mayor jerarquía en Tierra Santa, ha explicado que “la Iglesia se enfrenta una amenaza muy severa por parte de ciertos grupos de colonos. Los colonos son persistentes en sus intentos de erosionar la presencia de la comunidad cristiana en Jerusalén”.
“Estos grupos de colonos radicales están muy organizados. En los últimos años hemos sido testigos de la profanación y actos vandálicos en un número sin precedentes de iglesias y lugares sagrados y cada vez sabemos de más sacerdotes y fieles que han sido agredidos y atacados”, lamenta. También afirma que “en lo que concierne a las autoridades, este comportamiento no es investigado ni castigado”.
En el Monte de Sión, situado justo fuera de las murallas de la Ciudad Vieja, los terrenos no urbanizados que son propiedad de la Iglesia y que a menudo se conocen como el “jardín griego” son objeto de actos vandálicos, según Moni Shama, encargado de vigilarlos.
Vandalismo y sobornos
Los colonos han arrancado arboles de raíz, han dejado basura, han pintado grafitis en los muros de piedra y también han atacado con pintura la antigua Capilla de Pentecostés. Hace tres años también incendiaron un seminario ortodoxo griego.
La Iglesia ortodoxa griega, que es la primera Iglesia cristiana que se asentó en la ciudad vieja, está profundamente preocupada por algunos intentos que se han llevado a cabo para arrebatarle las propiedades que posee cerca de la Puerta de Yafa, la entrada principal a los barrios cristiano y armenio.
Se espera que a finales de año una sentencia se pronuncie sobre una controvertida venta de los históricos hoteles Imperial y Petra. La Iglesia ortodoxa considera nulo un contrato que cerró el patriarca anterior, por considerar que hubo artimañas y un soborno de por medio. La Iglesia perdió el juicio en primera instancia, pero recurrió la sentencia.
Alega que la organización de colonos Ateret Cohanim está detrás de la compra de unas propiedades de gran relevancia y que esta operación integra la estrategia de reforzar la presencia judía en la Ciudad Vieja. La organización, dedicada a la “redención física y espiritual” de la Ciudad Vieja, ha sido acusada con frecuencia de comprar propiedades mediante terceros.
Abu Walid Dajani, cuya familia ha gestionado el Hotel Imperial, de 45 habitaciones, durante casi 70 años, señala que la perspectiva de un cambio de propiedad de la Iglesia ortodoxa griega a Ateret Cohanim es una “pesadilla”.
“Antes solía despertarme dos veces por noche y ahora me despierto cuatro, con la preocupación de qué pasará si los jueces se pronuncian a favor de Ateret Cohanim”, lamenta Dajani, de 74 años. “Haré todo lo posible por mantener este hotel, pero sé que nos quieren expulsar”.
Gabi Hani, cuyo restaurante Versavee está al lado del hotel, señala que “lo que es seguro es que [Ateret Cohanim] quiere echar a los cristianos”. “Si tienes una organización hostil en tu casa, ya no es tu casa”, puntualiza.
Daniel Luria, de Ateret Cohanim, señala que “el Patriarcado griego ha hecho unas afirmaciones o acusaciones sobre 'colonos radicales' que atacan a sus sacerdotes con insultos y de otras maneras, que son absurdas, inaceptables y vergonzosas”.
Niega que la organización quiera que los cristianos se vean obligados a abandonar la Ciudad Vieja y no ha querido comentar la polémica en torno a la venta de activos situados cerca de la Puerta de Yafa. “Ateret Cohanim cree que los judíos, los cristianos y los musulmanes deben convivir en igualdad de condiciones, y vivir uno al lado del otro sin vallas ni fronteras, en cualquier barrio de Jerusalén”.
“Esta percepción de que los judíos no pueden vivir en ciertos barrios de la ciudad es inaceptable y viene del extranjero. Los árabes cristianos y los musulmanes compran propiedades y viven tranquilamente junto a los judíos en barrios predominantemente judíos, así que ¿por qué los judíos no iban a poder o no deberían comprar propiedades y vivir en barrios predominantemente árabes?”.
Por otra parte, el Ayuntamiento de Jerusalén emitió en febrero un decreto en el que reclama a las iglesias casi 200 millones de dólares en concepto de impuestos atrasados. Los líderes de la iglesia creen que esta medida también forma parte de la estrategia de atacar a los cristianos. Como protesta, y en un gesto sin precedentes, las iglesias cristianas cerraron la Iglesia del Santo Sepulcro y miles de peregrinos no pudieron visitarla.
El decreto se aprobar tras considerar que algunas propiedades con fines de lucro de la Iglesia se habían beneficiado erróneamente de la exención de impuestos para los lugares de culto. La Iglesia ha indicado que sus activos con fines comerciales, como restaurantes y hoteles, ya pagan impuestos pero que las propiedades que ahora están en el punto de mira del Ayuntamiento proporcionan servicios sociales, médicos y educativos a los cristianos y a otros grupos.
La Iglesia del Santo Sepulcro volvió a abrir sus puertas tras la intervención de Benjamín Netanyahu, el primer ministro israelí, que anunció que creará un comité para evaluar la cuestión de los impuestos eclesiásticos. También ha paralizado temporalmente un proyecto de ley cuyo fin último es expropiar tierras eclesiásticas vendidas a promotores privados.
El proyecto de ley cuenta con el apoyo de 40 diputados del Parlamento israelí, que afirman que la Iglesia ortodoxa griega está vendiendo tierras a promotores privados por debajo del precio de mercado, lo que pone en riesgo a los arrendatarios. La Iglesia ortodoxa griega es la propietaria de cerca de un tercio de los solares de la Ciudad Vieja y de otros sitios clave en Jerusalén, entre ellos, el solar sobre el que se construyeron el Parlamento, las oficinas gubernamentales y el Museo de Israel.
En los últimos meses, Teófilo ha viajado al Reino Unido, el Vaticano, Estados Unidos y otros lugares para buscar apoyo para las instituciones cristianas en el corazón de Tierra Santa. En el Reino Unido, se reunió con el príncipe Carlos, varios ministros y líderes cristianos, entre ellos, los arzobispos de Canterbury y Westminster y el arzobispo copto de Londres.
El patriarca quiere un compromiso de estabilidad y continuidad, un acuerdo que permita el acceso y proteja los lugares sagrados de Jerusalén para que los cristianos puedan vivir y rendir culto en paz, a pesar de los conflictos o las tensiones en la zona.
El Papa Francisco y otros líderes cristianos han pedido que se respete la situación vigente.
Traducido por Emma Reverter