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Cuatro años sin pisar tierra y sin sueldo: el final del “infierno” para los tripulantes de un buque varado

Karen McVeigh

20 de febrero de 2021 21:47 h

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Era uno de los peores casos de abandono de marineros en el mar. Llevaban 32 meses sin cobrar su sueldo, varados en un barco que acabó encallando frente a Emiratos Árabes Unidos y mientras la empresa propietaria del barco se había desentendido de ellos.

Hasta esta semana. La tripulación del petrolero MT Iba, que llevaba casi cuatro años sin pisar tierra firme podrá volver a casa por fin para ver a sus familias. Los tripulantes han llegado a un acuerdo de indemnización y esperan ser repatriados en marzo.

Lo que comenzó como un trabajo marítimo normal se convirtió en un “infierno”, aseguran, cuando la propietaria del buque, Alco Shipping, que fue una de las empresas navieras más grandes de Emiratos Árabes Unidos, comenzó a tener dificultades financieras y dejó de pagar salarios hace casi tres años. Desde entonces se han visto obligados a depender de organizaciones benéficas para conseguir comida y agua. En 2018, el Gobierno indio incluyó a la empresa en su lista negra por casos de abandono.

Si abandonaban el barco, podían perder el derecho a reclamar el dinero que se les debía. Además, si la tripulación ponía un pie en tierra, se arriesgaba a ser detenida por no tener los documentos en regla. Por ejemplo, el pasaporte de Nay Win –el jefe de máquinas de 53 años, originario de Myanmar–había caducado mientras estaba en el mar y sigue en manos de su antiguo empleador. Y con el golpe militar en casa, no tenía claro cómo conseguirá uno nuevo.

Los casos de abandono de marineros están en un nivel récord, exacerbados por la pandemia del coronavirus, según la Organización Marítima Internacional (OMI). En diciembre de 2020, la organización estimaba que 400.000 marineros se encontraban varados en los barcos y no podían ser repatriados debido a las restricciones de viaje relacionadas con la COVID-19. 

Los puntos críticos para el abandono son Oriente Medio y Asia, con los Emiratos Árabes Unidos en la parte superior de la lista en 2020, seguidos de China, Taiwán, Turquía e Italia. Liberia, Malta y Panamá fueron los Estados de bandera con más casos el año pasado, según datos de la OMI y la Organización Internacional del Trabajo.

El de la tripulación del MT Iba, de 5.000 toneladas y con bandera de Panamá, era uno de los peores casos de abandono de marineros que ha salido a la luz desde el del capitán Ayyappan Swaminathan, cuya difícil situación de 18 meses en el carguero MV Azraqmoiah frente a las costas de Emiratos Árabes Unidos fue recogida por The Guardian.

Pisar tierra después de cuatro años

Esta semana, los cinco tripulantes hicieron un breve y emotivo viaje a tierra firme para reunirse con representantes de Alco Shipping en la playa de Umm Al Quwain. La tripulación recibió dos cheques de un nuevo comprador, Shark Power Marine Services, a través de la organización benéfica Mission to Seafarers, que ha estado negociando en su nombre. Aceptaron 165.000 dólares (136.000 euros) en concepto de salarios impagados, entre el 65% y el 70% de la cuantía que se les debía.

Ahora se está trabajando para evaluar los daños que sufrió el petrolero en enero cuando se rompieron dos anclas en medio de un mar revuelto en el puerto de Al Hamriya, al norte de Dubai. La tripulación pasó unas 12 horas aterradoras mientras el barco se escoraba en un ángulo de 45 grados y empezaba a ir a la deriva en las concurridas aguas del Golfo, antes de encallar finalmente en la arena, a metros de la playa.

Nay Win explica que el comprador les ha prometido que volverán a sus hogares y que espera volver a casa poco después del 5 de marzo. “Mi familia está muy contenta”, dice. Win y Riasat Ali, un segundo ingeniero de 52 años procedente de Pakistán, llevan a bordo de la embarcación desde julio de 2017.

Monchand Sheikh, de 26 años, un cocinero indio, se unió a finales de 2018, mientras que Vinay Kumar, de 31 años, otro segundo ingeniero, y Nirmal Singh-Bora, de 22 años, ambos de India, se unieron a finales de 2019.

“Con suerte, si todo va bien, dentro de 15 días llegarán al puerto de Dubai y todo estará preparado para que puedan regresar a sus hogares”, dice el reverendo Andy Bowerman, director regional de Mission to Seafarers en Oriente Medio y el sur de Asia.

Bowerman explica que la reunión en la playa fue muy emotiva ya que era la primera vez que algunos de los tripulantes pisaban tierra en casi cuatro años. “La tripulación nadó hasta la orilla. Nay Win estaba llorando. Bajó del barco y yo tenía un cheque en las manos. Pero, por desgracia, no podían irse a casa”.

Los marinos han acordado quedarse para hacer trabajos esenciales en el barco antes de que sea remolcado a Dubai, donde esperarán 15 días para que finalicen los trámites legales de la venta del buque. Entonces se les pagará la otra mitad del dinero que se les debe y serán repatriados.

Un portavoz del Ministerio de Energía e Infraestructura de los EAU dice que las autoridades están apoyando a los trabajadores en las gestiones para la renovación de sus pasaportes en las respectivas embajadas para que puedan ser repatriados lo antes posible. A la tripulación se le hará una PCR para descartar que tengan COVID-19 y se les permitirá volar si la prueba es negativa. De lo contrario, tendrán que hacer cuarentena.

A la pregunta de por qué los EAU son, según una base de datos de la OMl, el peor país en cuanto a abandono de tripulantes de embarcaciones, el portavoz dice que se trata de un punto marítimo muy concurrido, con 20 puertos activos, y que un mayor tráfico conlleva más casos. Por otra parte, todavía no ha entrado en vigor una ley que permitiría al puerto detener un barco abandonado y subastarlo sin intervención judicial.

Mohamed Arrachedi, coordinador de la red del mundo Árabe e Irán de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF), cree que este buque es un claro ejemplo de “que algo está francamente mal y tiene que cambiar”.

“La tripulación es la fuerza de trabajo que mantiene a las embarcaciones en el mar. Sus derechos, su bienestar, sus salarios y sus condiciones deben estar en el centro de las prioridades”, dice.

Traducido por Emma Reverter