David Cameron arremetió el miércoles contra Jeremy Corbyn al asegurar que su madre esperaría del líder laborista que lleve un traje adecuado, la corbata bien anudada y que cante el himno nacional. El primer ministro hizo esta apreciación después de que un diputado laborista gritara en el pleno de la Cámara de los Comunes que deberían preguntar a Mary Cameron (madre del primer ministro) sobre la situación del Servicio Nacional de Salud, después de que ella misma firmase una petición contra los recortes en los centros de salud para niños.
“¿Preguntarle a mi madre? Creo que sé lo que mi madre diría. Pienso que ella miraría al otro lado del Parlamento (donde se sienta Corbyn) y diría: ”Ponte un traje apropiado, anúdate la corbata y canta el himno nacional“, respondió airado David Cameron. Corbyn se rehizo rápidamente y recordó a su difunta madre, Naomi, activista por la paz: ”Hablando de consejos maternales, mi difunta madre probablemente hubiera dicho: 'Defender un servicio de salud gratuita es el principal objetivo', porque es a lo que dedicó su vida como muchas otras personas de su generación“.
Los comentarios sobre la vestimenta han marcado un nuevo punto bajo en el repertorio de críticas de David Cameron contra Corbyn. Hasta ese momento, el primer ministro se había centrado en criticar lo que considera disparates varios del líder laborista. Reproches que van desde el apoyo al desarme nuclear unilateral como a sus respuestas, más o menos ambiguas, sobre lo que habría que hacer si un ataque parecido al de la sala Bataclan de París se repitiese en Gran Bretaña.
Pero el primer ministro cree que su madre, jueza retirada, habla en nombre de la mayoría de Gran Bretaña al pensar que un líder político normal debe usar traje y corbata. Según la opinión de Cameron, los pantalones de Corbyn son excesivamente anchos y lleva camisas demasiado holgadas.
Cameron completó su ataque contra Corbyn yendo por otro flanco. Destacó el nombramiento de Damian McBride, a quien obligaron a dimitir como director de comunicación de Gordon Brown después de colaborar con una web que supuestamente había lanzado ataques personales contra los tories- como asesor de la portavoz laborista en Defensa, Emily Thornberry.
“Para ser justos con el Partido Laborista, tienen una respuesta (sobre defensa). No van a gastarse el 2% (del PIB), no van a renovar nuestros submarinos nucleares, pero se les ocurre una respuesta realmente brillante. Están recuperando a Damian McBride como portavoz y propagandista, seis meses después de decir: 'Podemos ganar en 2020, pero solo si dedicamos los próximos cinco años a construir este movimiento y a plantear una visión para una nueva forma de política, que sea honesta, más amable y más compasiva'. Seis meses después, Damian McBride ha vuelto. Eso lo dice todo”, dijo el primer ministro.
Las críticas al atuendo de Corbyn llegaron justo cuando ambos líderes estaban enzarzados en un acalorado debate sobre el Servicio Nacional de Salud en el que ambos sacaron a colación el papel de Aneurin Bevan (ministro de Sanidad que puso en marcha la sanidad pública en Reino Unido, conocido por haber dado forma al Estado de bienestar inglés). El primer ministro dijo que Bevan, fundador del Servicio Nacional de Salud, habría apoyado la propuesta del Gobierno para proporcionar un servicio de salud consistente.
“Creo que si Nye Bevan estuviera hoy aquí querría un servicio de salud los siete días de la semana para los pacientes de cualquier rincón de nuestro país”, dijo Cameron. Corbyn respondió tajante: “Nye Bevan se removería en su tumba si supiera la actitud que el primer ministro de este país ha adoptado hacia el Servicio Nacional de Salud. Bevan fue un hombre con una gran visión de futuro y construyó un servicio de salud para el bien de todos”.
El líder laborista ya había acusado en ese momento al Gobierno de usar una “investigación manipulada” para mostrar el aumento en las tasas de mortalidad durante los fines de semana. Corbyn citó a los autores de un informe presentado por el primer ministro y el ministro de Sanidad, Jeremy Hunt. Dicho informe, publicado en el British Medical Journal el año pasado, subrayaba que el mayor número de muertes ocurren durante los 30 días posteriores al ingreso entre los viernes y los lunes. Corbyn destacó también que los autores del estudio afirmaban que sería una manipulación decir que esas muertes eran evitables.
El primer ministro, que acusó a la British Medical Association (Asociación Médica Británica) de difundir estadísticas inexactas dentro de una campaña para promover el miedo, utilizó un juego de palabras para dejar en evidencia a Corbyn. Cameron dijo que era un error acusar al ministro de Sanidad depordecir que hay un exceso de 6.000 muertes durante los fines de semana cuando en realidad son 11.000. “Ahora hemos tenido tiempo de analizar estas estadísticas con más detalle”. La revisión de las cifras se hizo el año pasado y la cuestión planteada por Corbyn sigue en pie, es decir, la conclusión de los autores del informe en la que afirman que no es posible decir si las muertes podrían haberse evitado.