Un proyecto militar estadounidense altamente confidencial que tiene sus orígenes en la guerra fría quedará al descubierto en cuestión de décadas si las temperaturas siguen subiendo al ritmo actual, a pesar de que todos pensaban que permanecería eternamente oculto bajo el casquete de hielo de Groenlandia. Así lo afirma un estudio elaborado por un grupo de científicos, que han indicado que los residuos tóxicos también saldrán a flote.
En 1959, el cuerpo de ingenieros del Ejército de Estados Unidos excavó el Campamento Century, situado a unos 200 kilómetros de la costa de Groenlandia, que por aquel entonces era parte de Dinamarca.
Dotado del primer generador nuclear móvil del mundo y conocido como “la ciudad bajo el hielo”, el campamento está formado por una red de túneles de más de tres kilómetros situados a unos ocho metros de profundidad. También tiene laboratorios, una tienda, un hospital, un cine, una capilla y alojamiento para unos 200 soldados.
La versión oficial para justificar la presencia de personal era que estaban supervisando los métodos de construcción en el Ártico y que hacían una labor de investigación. De hecho, William Colgan, científico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Toronto que investiga el clima y los glaciares y que es el principal autor del estudio que se acaba de publicar, señala que los científicos del campamento extrajeron las primeras muestras de núcleos de hielo que se utilizaron para estudiar el clima de la Tierra y obtuvieron información que se sigue utilizando en la actualidad.
Sin embargo, el campamento no era más que una tapadera para un proyecto completamente diferente: un proyecto tan secreto que el gobierno de Dinamarca desconocía su existencia.
“Pensaron que nunca saldría a la luz”, indica Colgan. “Por aquel entonces, en los años sesenta, ni siquiera existía el concepto de calentamiento global. Sin embargo, ahora el cambio climático es una realidad y la pregunta del millón es si lo que está enterrado permanecerá enterrado”.
El estudio avanza que lo más probable es que no.
El proyecto Iceworm (gusano de hielo) fue presentado a los jefes de estado mayor estadounidenses en 1960 y su objetivo era comprobar la viabilidad de una red de túneles situada bajo el hielo pero lo suficientemente cerca para lanzar misiles nucleares a la Unión Soviética si era necesario.
En el punto más álgido de la guerra fría, cuando Estados Unidos y la Unión Soviética estaban inmersos en la crisis de los misiles en Cuba, el ejército de Estados Unidos sopesó construir una extensa red de túneles subterráneos en el Campamento Century. Ideó una red formada por unos 4.000 kilómetros de túneles situados bajo el hielo y que se extendían por un área que triplicaba la superficie de Dinamarca. Si se hubiera construido, habría alojado 600 misiles separados por una distancia de seis kilómetros y que apuntaban hacia Moscú y otros puntos estratégicos. En algún momento los ingenieros se percataron de que el proyecto no era viable. Los movimientos de las capas de hielo podrían haber deformado e incluso destruido los túneles.
A partir de 1964, el Campamento Century solo se utilizó de forma intermitente y tres años más tarde se ordenó su cierre. Los soldados se llevaron con ellos el generador nuclear. La infraestructura del campamento se dejó como estaba y también se dejaron los residuos biológicos, químicos y radioactivos. Lo más probable es que pensaran que la nieve y el hielo “los preservarían para la eternidad”.
Hasta ahora, así ha sido. El campamento estaba enterrado a 12 metros de profundidad cuando se cerró y desde entonces el hielo se ha ido acumulando. En la actualidad, el campamento se encuentra a 35 metros de profundidad y es muy probable que durante un tiempo el hielo se siga acumulando.
Temperaturas récord en el polo norte
Sin embargo, el calentamiento global hará que este proceso se invierta. Esta es la conclusión de Colgan y los seis científicos de universidades de Canadá, Estados Unidos y Europa que han elaborado el estudio, dado a conocer el mes pasado en la publicación Geophysical Research Letters.
Las temperaturas de Groenlandia alcanzaron una nueva cifra récord este verano y esta primavera. En junio, la temperatura en la capital, Nuuk, alcanzó los 24 ºC. Los meteorólogos no daban crédito, hasta el punto de que en un primer momento pensaron que se trataba de un error.
Entre 2003 y 2010, el hielo que cubre gran parte de la isla se ha derretido a un ritmo que duplica el de todo el siglo XX. Este año el deshielo empezó un mes antes de lo habitual.
Los investigadores han tenido acceso a documentos y planos del ejército de Estados Unidos y han podido determinar la extensión del campamento y el alcance de los residuos tóxicos. Se cree que tiene unos 200.000 litros de combustible diésel, una cantidad parecida de agua residual y cantidades no determinadas de refrigerante radioactivo y contaminantes orgánicos tóxicos como PCB.
A partir de previsiones sobre el cambio climático a nivel mundial y regional, han calculado el margen de tiempo durante el cual estos residuos permanecerán enterrados. Si el cambio climático avanza al ritmo actual, las nevadas superarán los deshielos durante unas cuantas décadas más. “Sin embargo, después el deshielo superará las nevadas y cada año tendremos una capa de hielo menos. Creemos que en 2090 todo saldrá a la luz. Podría pasar antes si el cambio climático se agudiza”, señala el informe.
Indica que cuando esto empiece a suceder, todavía será más urgente determinar quién debe responsabilizarse de la eliminación de los residuos, algo que ya es objeto de debate en la actualidad. Se trata de una nueva forma de conflicto político provocado por el cambio climático.
Todavía no se ha alcanzado un acuerdo en este sentido. El informe señala que el Campamento Century y los residuos que almacena plantean un problema plurinacional y plurigeneracional que podría ser una fuente de conflicto entre Estados Unidos, Groenlandia y Dinamarca.
Dinamarca permitió que Estados Unidos construyera el Campamento Century y otras bases en Groenlandia, en virtud de un acuerdo que se firmó en 1951, si bien no está claro que las autoridades estadounidenses proporcionaran información sobre el trabajo que querían llevar a cabo y los residuos tóxicos que iban a generar. Para complicar la situación todavía más, Groenlandia pasó a ser un territorio autónomo en 1979.
Vittus Qujaukitsoq, el ministro de Exteriores de Groenlandia, ha reconocido estar preocupado por el futuro del campamento y ha señalado que se tienen que exigir responsabilidades. Su homólogo danés, Kristian Jensen, ha indicado que están evaluando la situación en estrecho contacto con Groenlandia.
El Pentágono ha señalado que reconoce que el cambio climático es una realidad, al igual que el riesgo que supone para Groenlandia. Ha afirmado que el gobierno de Estados Unidos se ha comprometido a colaborar con el gobierno danés y las autoridades de Groenlandia para abordar cuestiones de seguridad.
Traducción de Emma Reverter