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The Guardian en español

Dimite el presidente de una importante empresa japonesa tras el suicidio de una empleada por exceso de trabajo

El presidente de Dentsu, Tadashi Ishii, junto a otros dos altos cargos de la empresa, piden perdón públicamente por el suicido de una de sus trabajadoras por exceso de trabajo.

Justin McCurry

Tokio —

El presidente de la agencia publicitaria más grande de Japón renunciará a su cargo. Tras el suicidio de una trabajadora, los fiscales japoneses investigan a la empresa por obligar supuestamente a sus empleados a trabajar en exceso.

Tadashi Ishii, el presidente de Dentsu, ha asegurado que dejará su puesto este mes, un año después del suicidio de Matsuri Takahashi en un dormitorio dentro de la empresa, en un caso que las autoridades japonesas han calificado de karoshi, o muerte por trabajo excesivo.

“El trabajo en exceso es algo que no debería existir”, declaró Ishii a la prensa. “Estoy muy arrepentido y me siento responsable por esto. Como la responsabilidad es toda mía, renunciaré a mi puesto de presidente en la junta de dirección de enero”.

Ishii aseguró que está arrepentido de no haber logrado controlar las prácticas de su empresa, que llevaron a Takahashi a quitarse la vida tan solo ocho meses después de haber entrado a Dentsu, en abril de 2015. “Nos arrepentimos por no haber logrado prevenir el exceso de trabajo en nuestra empleada. Ofrezco mis más sinceras disculpas”, declaró.

Takahashi, de 24 años, había hecho más de 100 horas extras el mes antes de su muerte. En septiembre, una inspección de Trabajo de Tokio determinó que su suicidio había sido incitado por el estrés de tener que trabajar tantas horas.

Hace años que Japón lucha contra el karoshi. Cada año, unas 2.000 personas se suicidan por motivos relacionados al estrés laboral, según datos del Gobierno, mientras otras sufren paros cardíacos, derrames cerebrales y otras enfermedades causadas por trabajar demasiado.

Takahashi se suicidó el día de Navidad de 2015 y semanas antes había publicado en una red social: “Me quiero morir”. Otro mensaje ponía: “Estoy deshecha física y mentalmente”.

Su muerte ha provocado solicitudes para que Japón revise su cultura del trabajo, que a menudo obliga a los empleados a trabajar muchísimas horas como una demostración de lealtad corporativa.

Hace mucho que las prácticas laborales de Dentsu son criticadas por ser demasiado exigentes y el mes pasado una inspección de trabajo investigó a la empresa ante la sospecha de que incumple las leyes laborales.

El miércoles, el ministro de Trabajo ordenó a un fiscal investigar a la empresa y a un ejecutivo del que no ha trascendido su nombre, por las sospechas de haber empujado a Takahashi a quitarse la vida.

En respuesta a las críticas de que la empresa estaba haciendo muy poco por prevenir el exceso de trabajo, las oficinas de Dentsu en Tokio comenzaron a apagar sus luces a las 10 de la noche para obligar los empleados a irse a casa.

En su primer libro blanco sobre el karoshi en octubre, el Gobierno japonés afirma que uno de cada cinco trabajadores está en riesgo de morir por exceso de trabajo. El informe concluyó que a pesar de los intentos de algunas empresas de establecer mejores hábitos de trabajo, los trabajadores japoneses siguen trabajando muchas más horas que sus pares de otros países.

Según el libro blanco, el 22,7% de las empresas sondeadas entre diciembre de 2015 y enero de 2016 aseguró que algunos de sus empleados trabajan más de 80 horas extras al mes, el umbral oficial que marca el riesgo grave de morir por exceso de trabajo.

Los medios de comunicación japoneses remarcan que cualquier intento de revisar las prácticas laborales debería hacerse de forma general. “El problema no es solo Dentsu”, señala Asahi Shimbun en un editorial reciente. El periódico, que a su vez ha recibido advertencias del Gobierno por exceso de trabajo este mismo mes, reconoció que cambiar las costumbres será difícil, pero esencial, ya que está afectando a la integridad y a la productividad de los trabajadores.

La semana pasada, en el primer aniversario de la muerte de su hija, la madre de Takahashi, Yukimi, dijo que espera “que cambie la conciencia de cada persona trabajadora en Japón”.

Ichiro Oshima, un empleado de 24 años de Dentsu, se suicidó en 1991, convirtiéndose en el primer caso de suicidio por karoshi reconocido oficialmente en el país. Oshima no tenía un día libre desde hacía 17 meses y dormía menos de dos horas cada noche antes de matarse.

Traducido por Lucía Balducci

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