¿Vamos camino a una nueva crisis económica? Nueve respuestas

Aditya Chakrabortty: Apenas un atisbo de lo que es realmente una crisis

No me parece que la situación actual sea como para gritar que viene el apocalipsis. Sin embargo, lo que vemos ahora es la debilidad estructural de la recuperación de la crisis de 2008 y es apenas un atisbo de lo que realmente sería una crisis de verdad. Es cierto que el índice principal de la Bolsa de Londres, el FTSE, cayó más del 20% y, oficialmente, está en zona de mercados en baja, donde se espera que los precios de las acciones sigan cayendo. No obstante, esto no se debe a un repentino anuncio de malas noticias, sino a que los bancos centrales, en especial la Reserva Federal de Estados Unidos, brindan señales a los mercados de que están preparados para encarecer los préstamos y esto hace que los mercados tengan dificultades para adaptarse.

La pregunta es si los bancos centrales mantendrán su forma de operar aunque eso signifique la pérdida de confianza de inversores empresas. A finales de 2015, Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra, dio a entender que las tasas de interés estaban próximas a subir. Sin embargo, la semana pasada cambió el discurso. Lo mismo pasó con Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE). Después de hacer que se hundieran los activos financieros en diciembre con su decisión de no continuar el programa de estímulo (expansión cuantitiva), la semana pasada dio marcha atrás y dijo que el BCE podría “reconsiderarlo”.

Ahí está el quid de la cuestión. Occidente salió de la crisis de 2008 respaldándose en la generosidad de los banqueros centrales que otorgaron préstamos súper baratos. Ese dinero se repartió entre propiedades en Londres, productos básicos y subastas de arte. Las ganancias fueron a parar a los bolsillos de los que ya eran ricos, en lugar de los bolsillos de aquellos que podrían haber usado ese dinero para consumo o para invertirlo de manera productiva. Y si sacáramos el crédito, como nos lo recordó el FMI la semana pasada, la perspectiva sería aún más oscura.

Aditya Chakrabortty es el columnista jefe de Economía en The Guardian

Linda Yueh: El Reino Unido puede resistir los problemas de China

Es muy probable que China sufra otra crisis de mercado. Ciertamente, el efecto de la normalización de las políticas monetarias de EEUU se agravó por una desaceleración en la economía de China, donde las bolsas de valores colapsaron dos veces en seis meses.

El impacto global de China provocó una disminución mundial en los precios de los productos básicos. Este año, el precio del crudo continúa cayendo, un 20% en solo tres semanas. Es por eso que la bolsa de valores del Reino Unido está cayendo. Pero eso no significa que nuevas caídas en la bolsa del Reino Unido vayan a activar una recesión. El Reino Unido nunca alcanzó los picos de la bolsa de EE.UU., que rompió varios máximos en los últimos años.

Asimismo, la inyección de liquidez que significó la expansión cuantitativa ayudó a impulsar a los mercados, desde Alemania hasta la India, a niveles muy altos. A medida que esa liquidez llega a su fin, no debería sorprendernos que empiece a bajar la espuma de algunos mercados bursátiles, incluido el del Reino Unido.

Linda Yueh es profesora adjunta de Economía en la London School of Economics

Yanis Varoufakis: ¿Hay que tener miedo? La respuesta es sí

El peligro de una nueva recesión es latente. Después de la crisis de 2008, las economías emergentes reemplazaron parte de la demanda perdida de Occidente. Sacando provecho de la tasa de interés de EEUU a cero y contando con la creencia de que el dólar seguiría depreciándose, las corporaciones chinas y brasileñas, entre otras, se endeudaron en 4 billones de dólares.

El capitalismo mundial sufre hoy la amenaza de una deuda gigantesca en los mercados emergentes. Si la amenaza se concreta, ¿las economías emergentes podrán esperar que Occidente se haga cargo de sostener al capitalismo global? Ni en sueños. La Europa de la austeridad sigue exportando deflación, y el poco crecimiento que genera (por ejemplo en España, Irlanda y Portugal) proviene de una nueva deuda privada. Y más de 4 billones de dólares en ahorros se diluyen en instituciones financieras de Occidente sin tener un destino en actividades productivas.

¿Hay que tener miedo? La respuesta es sí. ¿Es inevitable un nuevo 2008? En políticas económicas, nada es inevitable.

Yanis Varoufakis es exministro de Finanzas de Grecia

Ruth Lea: No confundamos una turbulencia con una tormenta

Parece que hay una mirada apesadumbrada con respecto a la desaceleración de la economía china, la cual todavía sigue creciendo de manera impresionante, pese a la transición de un crecimiento súper acelerado, impulsado por la inversión, la exportación y un rápido crecimiento de la deuda, a un modelo más maduro que favorece el consumo interno.

Pero la gran mayoría de las principales economías del mundo están relativamente poco expuestas a una desaceleración en China y difícilmente se vea afectada. Se habla mucho del colapso en el precio del crudo, pero parece más un problema de sobreabastecimiento, con el incremento de abastecimiento por parte de Irán y la intransigencia de la OPEP que no acepta recortes en la producción, que un colapso por la demanda. Es cierto que el colapso afectará a los exportadores de crudo, como Nigeria o Venezuela, pero también que impulsa el ingreso de los particulares: la caída del precio del crudo seguramente promoverá el consumo mundial, en particular en EEUU, Reino Unido y la Eurozona.

Aunque no hay dudas de que las bolsas de valores turbulentas son “viento en contra”, el impacto económico debe verse en perspectiva. La gran mayoría de las economías mundiales más importantes están creciendo.

Ruth Lea es consejera económica del grupo Arbuthnot Banking Group

Fred Harrison: El Reino Unido sufrirá una recesión en 2019

Gran Bretaña se dirige hacia una recesión en 2019, un año antes de las elecciones generales. La crisis no ocurrirá antes de esa fecha porque políticos y banqueros centrales se mostrarán tranquilos hasta entonces.

La expansión cuantitativa, que fue la solución para la crisis de 2008, volvió inútil la política monetaria como instrumento de armonización de la economía. Los responsables de crear las políticas fallaron a la hora de adoptar reformas fiscales que hubieran podido rescatar al Reino Unido. Los políticos no tienen ninguna herramienta para sacar a la nación de la turbulencia actual.

En todo el mundo, los banqueros centrales ensalzarán cualquier buena noticia con la esperanza de persuadir a los consumidores para que gasten, aún cuando los salarios siguen siendo los más perjudicados. La Reserva Federal de EEUU no correrá ningún riesgo en las etapas previas a las elecciones presidenciales de noviembre. Los productores de petróleo finalmente cerrarán un acuerdo para subir los precios de la gasolina, el cual publicitarán como un paso hacia la normalidad. Las deudas se irán incrementando hasta llegar a un pico en precios inmobiliarios en el año 2019. Entonces el juego estará listo.

 Fred Harrison es comentarista económico y autor del libro 'Boom Bust'

Dambisa Moyo: Las raíces de las principales economías son fuertes

Las economías más importantes del mundo, las de EEUU, Europa, China y Japón, que equivalen al 70% del PIB mundial, están notablemente mejor que hace cinco años. La economía de EEUU se basa en la solidez del mercado inmobiliario y del segmento de consumidores de bienes y servicios. Además, hay un resurgimiento económico en países como España y Francia.

Mientras tanto, las estimaciones sobre el crecimiento del PIB de China se mantienen alrededor del 7%. Es cierto, preocupan las repercusiones que pueda tener la desaceleración de China sobre el resto del mundo, pero la transición en China de una economía basada en la inversión a una orientada hacia el consumo nunca hubiera podido ser lineal.

El colapso del precio del crudo, que en los últimos seis meses perdió unos 65 dólares, debería ayudar a sostener la demanda de los consumidores a nivel mundial y a mantener a flote el crecimiento económico. A pesar de los comentarios sin duda pesimistas, las predicciones de crecimiento mundial para este año y el futuro próximo del FMI y la OCDE todavía están en 3,5%. El problema más importante de nuestra época es la perspectiva de un crecimiento mundial persistentemente bajo.

Dambisa Moyo es economista y autora de 'How The West Was Lost'

Albert Edwards: Una recesión mundial está en camino

La relajación de la política monetaria que la Reserva Federal lleva adelante desde 2009 ha sido la forma equivocada de impulsar el crecimiento económico inflando el precio de los activos. Ahora cosechamos las tempestades (ni el BCE, ni el Banco de Japón, ni el Banco de Inglaterra son mucho mejores). Uno de los problemas principales fue el exceso de confianza de la Reserva Federal. Aún así, en la fase previa a la crisis de 2008, la Reserva demostró una falta total de entendimiento acerca de lo desastroso que sería el impacto de las tasas de interés excesivamente bajas. Aún mirando en retrospectiva, se niega a aceptarlo.

La Reserva Federal y su hermandad promiscua de bancos centrales crearon las condiciones para otra debacle tan grande como la de 2008. Creo que los acontecimientos que se dan en este momento nos llevarán de nuevo a una recesión mundial.

Es más, probablemente presenciemos una guerra económica muy parecida a la de la década de 1930. Ya hay indicios de problemas graves: la reducción del crecimiento del comercio mundial durante gran parte del año pasado; las sanciones disciplinarias impuestas por Estados Unidos a las importaciones de acero chino el 23 de diciembre; la devaluación del yuan; la nueva y más encarnizada batalla en la guerra de monedas.

Las condiciones están puestas para una nueva recesión mundial. La pregunta es: ¿los inversores pueden estar seguros de que los que hacen las políticas no van a repetir los mismos errores de la década de 1930, y, así, evitar un quiebre deflacionario completo seguido de una guerra económica?

 Albert Edwards dirige el equipo de estrategia global de la Société Générale

Vicky Pryce: Todas las miradas deben estar en los encargados de formular las políticas

En gran parte, estamos siendo testigos de una corrección ampliamente necesitada para acciones que estaban sobrevaloradas. Hace tiempo que se sabe que China está en desaceleración. El impacto de la sobredemanda de productos básicos, en particular del crudo, fue demasiado obvio. La buena noticia es que Occidente se sigue expandiendo, aunque más lentamente, y que la caída del precio del crudo será de ayuda. Muchas cosas dependerán de la reacción de los responsables de las políticas. La primera suba de la tasa de interés de EEUU en 10 años fue prematura. Será necesario revertir esa suba o, por lo menos, suspender nuevos incrementos.

El BCE ya está dando a entender que habrá una expansión cuantitativa más agresiva y la justificará con el hecho de que el bajo precio del crudo debería mantener la inflación por debajo del 2%. Sin embargo, las políticas monetarias más simples están llegando al límite de su efectividad. Ahora, lo que se necesita es un replanteamiento de nuestra obsesión por los presupuestos equilibrados.

Vicky Pryce es asesora jefe del Centre for Economics and Business Research

Mariana Mazzucato: La economía tambaleante no entrará en crisis

El origen de la crisis de 2008 fue el exceso de deuda privada. Una de las razones principales de este incremento fue el estancamiento del ingreso real, por lo tanto, se tuvo que utilizar el crédito como herramienta para mantener constante el nivel de vida. Después de la crisis, en lugar de arreglar la causa del problema, la mayoría de las “reformas” se focalizaron en reducir los niveles de deuda pública. Al mismo tiempo que empezaba el período de austeridad, la deuda pública seguía creciendo debido al efecto que tenía la caída del crecimiento económico sobre los ingresos fiscales.

Aunque la economía no esté a punto de colapsar, sigue en una espiral descendente: los niveles de deuda personal están cerca de lo que estaban en 2008, la falta de inversión provocó que los ingresos se tambalearan, y los cambios en los precios de los productos básicos revelaron el desequilibrio que existe en las economías que dependen demasiado de los recursos naturales.

El problema más grave es que el sector financiero no trabaja para la economía real, sino en su contra. Además, en lugar de centrarse en las inversiones, las empresas están cada vez más orientadas a la financiación, concentrándose en áreas como la recompra de acciones para impulsar las opciones y el pago ejecutivo.

La economía mundial está en una situación muy difícil como resultado de malas decisiones a nivel gubernamental y empresarial.

Mariana Mazzucato es profesora de Economía en la Universidad de Sussex