Análisis

Una estudiante demostró que los musulmanes sí condenan el terrorismo

Arwa Mahdawi

Fue en clase de historia. Heraa Hashmi, una estudiante estadounidense musulmana de 19 años en la Universidad de Colorado, tenía que discutir sobre las cruzadas con el compañero que se sentaba a su lado. En tan solo unos minutos, sin embargo, el chico estaba en una cruzada contra el islam.

“No todos los musulmanes son terroristas, pero todos los terroristas son musulmanes”, espetó el compañero a Hashmi. Lo que es peor, también se quejó de que no había suficientes musulmanes que plantaran cara al terrorismo.

Hashmi quedó perpleja ante este análisis. Los musulmanes denuncian constantemente las atrocidades que se han cometido en nombre del islam. Aun así, mucha gente parece pensar que los musulmanes no condenan el terrorismo lo suficiente. Así que Hashmi decidió poner a prueba esa idea.

Utilizando hojas de cálculo de Google, la estudiante ha elaborado “una lista de 712 páginas de musulmanes condenando hechos de violencia. Con fuentes incluidas”. Hashimi publicó en Twitter esta lista, que incluye desde actos de violencia machista al atentado del 11 de septiembre.

“Quería demostrar a la gente lo débil que es el argumento” [de que los musulmanes no se preocupan por el terrorismo], explica. Sus estadísticas tocaron un fibra sensible. En 24 horas, el tuit de Hashmi había sido retuiteado 15.000 veces. Un par de sus seguidores se ofrecieron para ayudar a Hashmi a convertir su hoja de cálculo en una página web interactiva. Tan solo una semana después del tuit, nació muslimcondemn.com. Esto ocurrió el pasado noviembre, pero la página web ha crecido considerablemente desde entonces y, tristemente, vuelve a saltar al primer plano cada vez que ocurre un nuevo atentado.

El proyecto de Hashmi no está solo diseñado para demostrar que los musulmanes están constantemente condenando el terrorismo, sino también para demostrar lo ridículo que es esperar que los musulmanes se disculpen constantemente por actos terroristas. Con los musulmanes, señala Hashmi, “se aplica un rasero diferente que con otras minorías: se espera que 1.600 millones de personas se disculpen y condenen [el terrorismo] en nombre de unos cuantos lunáticos”. Al fin y al cabo, añade: “No veo al KKK, la Iglesia Bautista de Westboro o al Ejército de Resistencia del Señor como una representación rigurosa del cristianismo. Sé que son marginales. Por eso es bastante frustrante para mí tener que defenderme y pedir disculpas en nombre de algunos locos”.

Ese doble rasero fue evidente tras los ataques de Londres. Khalid Masood, el atacante, nació como Adrian Elms en Dartford, Kent, y se cree que se convirtió al islam mientras estaba en la cárcel. ¿Hemos escuchado a los nativos de Kent, como Nigel Farage, condenar las acciones de gente nacida en su municipio? (“Espero que mis hermanos y hermanas de Kent, se unan a otros británicos en solidaridad para demostrar que tal odio no acabará con la bondad inherente de los condados de origen”). No, no les hemos escuchado porque eso sería ridículo. Y, sin embargo, a menudo se ha esperado de los musulmanes que pidan perdón por las acciones de alguien en los más lejanos extremos de su comunidad, y lo han hecho.

Gracias a Hashmi, ahora todas estas condenas se registran en muslimscondemn.com. Así que cualquiera que pregunte por qué más musulmanes no denuncian el terrorismo sabe dónde acudir.

Traducido por Javier Biosca Azcoiti