El Departamento de Estado de EEUU se ha declarado “increíblemente” preocupado ante la posibilidad de que una guerra híbrida rusa intensa tras el primer ataque por parte de Ucrania con misiles de largo alcance de fabricación estadounidense contra objetivos dentro de Rusia. El ataque ha llegado a las pocas horas de que la administración de Joe Biden levantara las restricciones sobre su uso.
Rusia ha prometido una respuesta “adecuada” a la nueva escalada, hasta el punto de cambiar su doctrina nuclear. Sin embargo, las fuentes occidentales creen que la respuesta del presidente ruso, Vladímir Putin, no se producirá en el campo de batalla de Ucrania, sino en otras partes del mundo.
Los posibles ataques híbridos podrían abarcar un amplio abanico de opciones, incluida una campaña de sabotaje y asesinatos en Europa, o facilitar más armas a los adversarios de EEUU en Oriente Medio y las regiones del Indo-Pacífico, según fuentes informadas sobre las discusiones acerca de una posible respuesta rusa.
Los ministros europeos de Defensa han debatido este martes la guerra de Ucrania durante una reunión celebrada en Bruselas, al tiempo que los ministros de Asuntos Exteriores de Francia, Alemania, Italia, Polonia, España y Reino Unido acusaron a Rusia en una declaración conjunta de “atacar sistemáticamente la arquitectura de seguridad europea”.
En Washington, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller, ha afirmado: “En general, estamos increíblemente preocupados por la guerra híbrida llevada a cabo por Rusia tanto en Europa como en todo el mundo, y es algo en lo que nos hemos implicado en estrecha coordinación con nuestros aliados europeos y otros aliados y socios de todo el mundo”. Miller se refería al reciente sabotaje de dos cables submarinos de comunicación de fibra óptica en el mar Báltico, y añadió que Rusia “tendrá que rendir cuentas” por nuevas acciones de este tipo.
Es posible que Rusia decida retrasar una nueva escalada antes de la toma de posesión de Donald Trump, que ha amenazado con recortar la ayuda a Ucrania y negociar un acuerdo de paz que se espera que favorezca a Rusia.
El primer ataque ucraniano con Atacms alcanzó un almacén de municiones en la región de Bryansk, informó The New York Times, citando a funcionarios estadounidenses y ucranianos. La zona se encuentra al noroeste de la región de Kursk, donde Ucrania lleva a cabo una incursión desde principios de agosto.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, no confirmó directamente el ataque a Bryansk, pero declaró: “Ahora tenemos Atacms, capacidades ucranianas de largo alcance, y las utilizaremos”.
El Ministerio de Defensa ruso afirmó que cinco de los misiles fueron derribados y otro resultó dañado. El ministerio añadió que los restos de los cohetes provocaron un incendio en una instalación militar no identificada. Una fuente estadounidense declaró a Associated Press que sólo dos de los misiles fueron interceptados.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha prometido dar una respuesta “adecuada” al primer uso de los misiles de fabricación estadounidense, que, según Vladímir Putin, equivaldría a que Washington y sus aliados de la OTAN entrasen en conflicto directo con Rusia.
Las reacciones aparecieron horas después de que Vladímir Putin firmara una doctrina nuclear revisada que rebaja el umbral para el uso de armas nucleares. Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos restó importancia a esa decisión, afirmando que la revisión estaba prevista desde hacía semanas: “Al no observar cambios en la postura nuclear de Rusia, no hemos visto ninguna razón para ajustar nuestra propia postura o doctrina nuclear en respuesta”.
Keir Starmer, primer ministro británico, afirmó que la nueva doctrina no le disuadirá de apoyar a Ucrania. “Hay una retórica irresponsable por parte de Rusia, y eso no va a disuadir nuestro apoyo a Ucrania”, declaró a la prensa en la cumbre del G20 en Brasil.
Fuentes diplomáticas estadounidenses y europeas también han debatido la posibilidad de que Rusia intensifique una creciente campaña de ataques contra infraestructuras estadounidenses y europeas que se ha agravado significativamente desde la invasión de Ucrania en 2022.
En la declaración conjunta, los ministros del Reino Unido y la UE afirmaban que los ataques híbridos de Rusia estaban “escalando” y “sin precedentes en su variedad y escala, creando riesgos significativos para la seguridad”.
“La OTAN y la UE tienen que hacer mucho más para proteger estas infraestructuras críticas”, declaró a Politico el ministro finlandés de Defensa, Antti Häkkänen: “Sabemos que Rusia tiene [la] capacidad y voluntad de hacer sabotajes en Europa”.
A principios de este mes, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, afirmó que Rusia estaba llevando a cabo una “campaña cada vez más intensa de ataques híbridos” que demostraba que “la línea del frente en esta guerra ya no está únicamente en Ucrania. Cada vez más, la línea del frente se está desplazando más allá de las fronteras, a la región del Báltico, a Europa occidental e incluso al alto norte”.
Los servicios de inteligencia están investigando los recientes daños sufridos por los cables en el mar Báltico, que se cortaron a principios de esta semana.
El ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, declaró el martes que se pensaba que los daños eran el resultado de un sabotaje. “Nadie cree que los cables se hayan dañado accidentalmente. Tampoco quiero creer que las anclas de los barcos causaran los daños por accidente”, declaró. De confirmarse esta conclusión, tendría que haber sido planificado antes de que Estados Unidos autorizara el uso de misiles ATACMS dentro de las fronteras rusas.
Así, las fuentes temen que Europa pueda asistir a un aumento de los ataques patrocinados por el Kremlin, incluidos intentos de sabotaje e incendios provocados, asesinatos y ataques contra bases militares, infraestructuras de transporte y telecomunicaciones.
Un antiguo alto funcionario europeo de defensa describió a la UE como “totalmente desprotegida” para hacer frente a una hipotética escalada de la guerra híbrida de Moscú. El exfuncionario, que recientemente abandonó su cargo, afirmó que Europa carece de los recursos necesarios para contrarrestar sabotaje rusos, que creen que se intensificarán tras la decisión de Biden de proporcionar autorización a Ucrania para usar misiles de largo alcance contra Rusia.
Un alto funcionario europeo de seguridad describió la reciente oleada de ataques como “más cercana al terrorismo, con el objetivo de intimidar a la población e influir en la toma de decisiones, y afectar al apoyo a Ucrania”.
A principios de este año, los servicios de inteligencia estadounidenses y alemanes habrían frustrado un complot ruso para asesinar a varios ejecutivos de la industria de defensa en toda Europa, incluido un plan para matar al director ejecutivo de Rheinmetall, Armin Papperger.
Rusia también podría aumentar su apoyo a Irán y a sus aliados en la región, como los Houthis en Yemen o Hezbolá en Líbano.
Estados Unidos, que proporciona el armamento y la información sobre objetivos a Ucrania, ha indicado que la decisión de permitir los ataques de ATACMS se centraba en responder a la introducción de más de 10.000 soldados norcoreanos en el frente, y que se centraría en sus capacidades.
En octubre, el enviado de Estados Unidos ante la ONU, Robert Wood, advirtió de que las fuerzas de Pyongyang que entraran en Ucrania “seguramente regresarían en bolsas para cadáveres”.
Ni EEUU ni Ucrania han confirmado el uso de los misiles, pero en un comunicado el Estado Mayor ucraniano ha afirmado este martes que alcanzó un arsenal militar del centro logístico 1046 a las afueras de la ciudad de Karachev. “La destrucción de depósitos de municiones continuará con el fin de detener la agresión armada de la Federación Rusa contra Ucrania”, decía el documento.
Los medios de comunicación independientes rusos informaron de que los residentes de Karachev habían oído explosiones durante la noche. Varios vídeos que circulan por Internet, supuestamente desde el distrito de Karachev, mostraban el sonido de detonaciones y destellos visibles.
“Esto es, por supuesto, una señal de que quieren escalar”, dijo Lavrov a los periodistas en la cumbre del G20, añadiendo que sería visto como Rusia por una “nueva fase de guerra por parte de Occidente”.
También se espera que Reino Unido suministre sus propios misiles Storm Shadow para que Ucrania los utilice contra objetivos dentro de Rusia, tras la aprobación de Estados Unidos.
Aunque Moscú ha jurado tomar represalias, algunos analistas han sugerido que sus opciones en el campo de batalla son limitadas, y que es poco probable que el país recurra a la opción nuclear.
“Lo más previsible será un aumento de los ataques contra ciudades ucranianas e instalaciones de infraestructuras civiles en previsión del frío invernal”, afirmó el analista político Anton Barbashin, quien añadió que es poco probable que el uso de armas de largo alcance suministradas por Occidente constituya una línea roja definitiva para Moscú: “Los ataques con misiles ATACMS de largo alcance en el territorio de Rusia (...) es más probable que entren en la lista de líneas rojas que se cruzan y dejan de ser líneas rojas”.