Los expertos descalifican la prohibición de portátiles en los vuelos desde Oriente Medio
La inesperada prohibición por el Gobierno de EEUU de ordenadores portátiles, iPads y otros aparatos electrónicos “mayores que un móvil” en los vuelos desde 10 aeropuertos de Oriente Medio ha provocado críticas entre expertos en tecnología al no estar basada en ningún criterio científico.
Horas después de la difusión de la orden “confidencial” del Departamento de Seguridad en el Transporte (TSA, en sus siglas en inglés), altos cargos de la Administración de Trump convocaron de improviso una conferencia de prensa el lunes por la noche para explicar que la prohibición se produjo tras la “revisión de información de inteligencia” que revelaba que los terroristas podían utilizar “artefactos explosivos escondidos en varios objetos de consumo”.
Los pasajeros podrán meter esos aparatos dentro del equipaje facturado en los vuelos desde los aeropuertos afectados, que están en Jordania, Egipto, Turquía, Arabia Saudí, Marruecos, Qatar, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos. Ninguno de ellos se había visto afectado por la prohibición anterior de viajar desde otros siete países musulmanes. Todos, de hecho, son países aliados de EEUU.
Fuentes del Departamento de Seguridad Nacional alegan que la prohibición permitirá prevenir atentados terroristas en aerolíneas comerciales, pero los expertos en tecnología cuestionan las razones aducidas.
Si hay preocupación por que los portátiles en un vuelo puedan ser utilizados como bombas, afirman, el mismo riesgo existiría si están dentro del equipaje facturado. Además, muchos smartphones, que quedan fuera de la prohibición, tienen las mismas capacidades técnicas que los aparatos de mayor tamaño.
“Es extraño, porque no se corresponde con ningún modelo convencional de amenaza”, dice Nicholas Weaver, investigador del International Computer Science Institute, en la Universidad de California, Berkeley. “Si crees que alguien está interesado en convertir el portátil en una bomba, lo mismo le serviría si estuviera en la bodega de carga”.
“Si estás preocupado por un caso de hacking, un móvil ya es en sí mismo un ordenador”, explica.
Otros expertos, incluidos los de la Administración Federal de Aviación, habían planteado antes su preocupación por la presencia de baterías de litio en la bodega de carga por suponer un grave riesgo de incendio.
En la rueda de prensa del lunes, se plantearon varios interrogantes sobre el significado de “mayores que un móvil”, pero las respuestas no aportaron mucha claridad al asunto.
“Francamente, amigos, casi todo el mundo entiende de qué se trata”, dijo un molesto representante de la Administración, al que se le preguntó varias veces sobre el tamaño que debía tener un móvil para no ser considerado una tablet. Los requisitos concretos parecen quedar a expensas de la decisión que tomen las compañías aéreas.
Una fuente del Departamento de Estado citó a los periodistas “varios sucesos terroristas ocurridos en aviones el año pasado”, todos ellos fuera de EEUU. Cuando se le insistió en que diera ejemplos, una fuente de Seguridad Nacional se refirió a un solo incidente en el que se intentó meter oculta una bomba en la cabina: una explosión en la que hubo una sola víctima en una línea aérea somalí llamada Daallo que no vuela a EEUU.
El Departamento de Seguridad Nacional afirma que los pasajeros deberán aceptar la prohibición “con independencia de su estatus personal y revisión anterior”, y que la orden “permanecerá en vigor hasta que cambie el nivel de amenaza”. Un portavoz de Emirates dijo a Reuters el martes que la directiva de la TSA es válida hasta el 14 de octubre.
Preguntado sobre si la nueva orden era una excusa para examinar los discos duros de los aparatos de los pasajeros, una fuente de Seguridad Nacional dijo: “Esto no tiene absolutamente nada que ver con los datos en el equipaje de los pasajeros”.
Una restricción sin causas tecnológicas
Bruce Schneier, experto en tecnología y seguridad, califica de “grave restricción en los viajes” a las nuevas normas. “Desde una perspectiva tecnológica, nada ha cambiado en los últimos 12 años. Es decir, no ha habido ningún avance tecnológico que haga que esta amenaza sea más grave hoy”, explica en un email. “Y no hay ningún asunto tecnológico que limite esta nueva amenaza a un puñado de líneas aéreas de Oriente Medio”.
Paul Schwartz, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de California, recuerda que los terroristas del 11S tenían una célula montada en Hamburgo, Alemania: “El problema de señalar a algunos países es ignorar hasta qué punto la amenaza terrorista no depende de algunos estados concretos. Los terroristas cuentan con células por todo el mundo”.
La decisión de introducir mayores restricciones a los ordenadores portátiles en los aviones podría encontrarse con una fuerte resistencia, dice Chris Hoofnagle, profesor de Derecho de la Universidad de California. “Facturar el portátil supone una inmensa molestia y puedes suponer que las líneas aéreas se opondrían a esa medida, y esas compañías tienen mucho poder con sus lobbies”.
Las compañías aéreas norteamericanas han presionado a la Administración de Trump para que intervenga en el mercado del Golfo Pérsico. Han denunciado durante años que las inversiones que han hecho posible la rápida expansión de tres líneas aéreas de esa región –Etihad Airways, Qatar y Emirates– se basan en ayudas públicas injustas contra las que Delta, American y United no pueden competir. Esas tres aerolíneas de Oriente Medio están entre las compañías que se han visto ahora afectadas por la nueva prohibición.