Las últimas sanciones aprobadas por EEUU y la UE contra personas implicadas en la violencia de los colonos en los territorios palestinos ocupados representan un paso relevante en las medidas internacionales contra los principales actores de la extrema derecha en Israel.
Mientras que los anuncios de sanciones anteriores se habían centrado en colonos individuales implicados en actos de violencia –a menudo poco conocidos fuera de Israel–, las últimas medidas apuntan a dos personas de perfil mucho más alto con conexiones con altas figuras de la política ultra en Israel, incluido el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir.
Las nuevas sanciones también son significativas porque van dirigidas a organizaciones que son fuentes de financiación y apoyo para los grupos de colonos. La UE incluyó a dos organizaciones radicales, Lehava y Hilltop Youth, en su lista de congelación de activos y prohibición de visados por sus ataques a palestinos.
Entre los sancionados el viernes por Bruselas y Washington destacan dos nombres: Meir Ettinger (de Hilltop Youth) y Bentzi Gopstein (de Lehava), que juntos representan el paraguas ideológico de los colonos extremistas a la violencia, y sus conexiones con el poder en Israel.
Ettinger –nieto del rabino extremista Meir Kahane, asesinado en EEUU en 1990– ha estado recluido bajo el régimen de detención administrativa de Israel por sus presuntas conexiones con “la participación en actividades violentas y atentados terroristas ocurridos recientemente, y su papel como parte de un grupo terrorista judío”.
Es una figura destacada de Hilltop Youth, un movimiento nacionalista religioso extremista, conocido por establecer puestos de avanzada ilegales en la Cisjordania ocupada, y de Rebelión, grupos que se han apoyado en gran medida en la tradición profética para justificar la violencia.
Lo más notorio es que Ettinger fue detenido tras el incendio provocado en julio de 2015 de la familia Dawabshe, en el pueblo de Duma, que Ettinger fue acusado de inspirar. Aunque no fue acusado en relación con el asesinato, se le aplicó una medida que permitía la detención sin juicio.
Aún más significativas, quizá, son las sanciones impuestas por el Tesoro estadounidense a Gopstein, líder del grupo Lehava, que se opone a los matrimonios mixtos y a la asimilación de los no judíos en Israel.
Gopstein, que ha sido durante mucho tiempo una figura destacada en los círculos judíos extremistas, fue condenado este año por hacer declaraciones racistas, pero fue absuelto de los cargos de incitación a la violencia y terrorismo.
Durante el juicio, los fiscales destacaron una serie de comentarios incendiarios realizados por Gopstein a lo largo de los años, entre ellos sus elogios a Baruch Goldstein, un terrorista judío que asesinó a 29 fieles palestinos en la Tumba de los Patriarcas de Hebrón en 1994.
Anteriormente, el Tribunal Supremo israelí había prohibido a Gopstein presentarse como candidato a la Knesset por el partido Otzma Yehudit, que más tarde ganaría escaños bajo el liderazgo de Ben-Gvir, debido a sus opiniones.
En ese caso contra Gopstein, la fiscalía general israelí argumentó que las acciones de Gopstein a lo largo de los años estaban “impregnadas de una grave y severa incitación” al racismo violento, sugiriendo que ese era un factor motivador de su retórica.
A pesar de eso, Haaretz informó el año pasado que había estado asesorando a Ben-Gvir sobre cuestiones policiales, un informe negado por la oficina de Ben-Gvir, aunque los dos hombres han sido fotografiados juntos, incluso en un acto de campaña política en 2019.
Los miembros del grupo de Gopstein también fueron condenados por el ataque incendiario de 2014 contra una escuela judía árabe en Jerusalén.
En 2022, el ministro de Defensa de Israel, Benny Gantz, sugirió que estaba pensando en designar a Lehava como organización terrorista, después de que estuviera al frente de la violencia y la retórica incendiaria durante una marcha nacionalista por el barrio musulmán de la Ciudad Vieja.
Las nuevas sanciones contra los implicados en la violencia extremista, que llegan tan pronto después de las rondas anteriores, sugieren una rápida escalada en las medidas dirigidas a la extrema derecha de Israel que ahora incluye no sólo a los directamente relacionados con los ataques, sino también a los que suministran la retórica y la justificación de ellos.