Fue, y todos estuvieron de acuerdo, un milagro. La inesperada victoria de Donald Trump en 2016 fue obra de Dios, que eligió a un multimillonario mujeriego y estrella de televisión para restaurar los valores morales de EEUU.
Este es el argumento de The Trump Prophecy, una película que narra la historia de Mark Taylor, un exbombero de Orlando obligado a retirarse después de sufrir trastorno de estrés postraumático. La cinta se estrenó el martes.
En medio de pesadillas casi reales con monstruos demoníacos y llamas infernales, Taylor recibió un mensaje directo de Dios en abril de 2011, mientras cambiaba de canal. Cuando se topó con una entrevista con Donald Trump, escuchó cómo Dios le decía: “Estás escuchando la voz del próximo presidente”.
Y eso fue lo que pasó, aunque cinco años después y tras una campaña religiosa nacional hecha por él. Taylor escribió un libro, The Trump prophecies: la asombrosa historia real del hombre que vio el mañana... y lo que él dice viene después. En esto es en lo que se basa la película.
La creencia de que la elección de Trump fue obra de la voluntad divina la comparte más de uno. Franklin Graham, el famoso evangélico conservador, dijo el año pasado que la victoria de Trump fue el resultado de dicha intervención. “Pude sentir al cruzar el país que Dios iba a hacer algo este año. Y creo que en estas elecciones Dios estuvo presente”, dijo al Washington Post.
Taylor ha hecho otras afirmaciones, a las que llama “palabras proféticas”, como por ejemplo que Trump cumplirá dos mandatos, que el histórico fallo de la Corte Suprema sobre el aborto en el caso Roe contra Wade será revocado y que las elecciones parciales del próximo mes se convertirán en un “tsunami rojo” que fortalecerá el control republicano de ambas cámaras del Congreso.
También asegura que Barack Obama será acusado de traición y que Trump autorizará la detención de “miles de autoridades corruptas, muchas de las cuales formarán parte de una red satánica de pedófilos”. Trump también forzará la liberación de curas para el cáncer y el alzheimer que actualmente están siendo bloqueadas por la industria farmacéutica.
Cerca de 1.200 cines de todo EEUU proyectaron The Trump Prophecy la semana pasada. Habrá más sesiones si hay demanda. Pero dado que quedaron varias filas de asientos vacíos en el Estadio Regal River Ridge en Lynchburg, en Virginia –un centro evangélico conservador– es posible que ya no se necesiten muchos más pases.
Pero muchos espectadores sí que elogiaron la película y su extenso colofón de cabezas parlantes que aclamaban el liderazgo de EEUU en el mundo, su fuerte economía, su destreza militar, su defensa a Israel y su piedad generalizada.
“Dios está usando a Trump”
“Sin duda, Dios está usando a Trump para restaurar EEUU y hacer que renazca nuestra tierra”, dijo la cineasta Kathy Robinson. “Defiende al hombre común y protege nuestras libertades. Él mismo es un buen hombre, no es perfecto, pero ninguno de nosotros lo somos”.
Doug Barringer quedó impresionado con la película. Era escéptico con Trump hasta la noche de las elecciones. “Pero lo que le he visto hacer desde entonces me ha llevado a creer que tal vez es un instrumento de Dios”.
En la mente de Jayne Gillikan no cabía la menor duda. “Trump es la misma voluntad de Dios, no hay otra forma de explicarlo. Recé por él durante la campaña. Mi corazón sabe que fue el mismo Dios quien lo elevó para que se hiciera cargo de nuestro país en esta época”.
La película de más de dos millones de euros ha sido una colaboración entre ReelWorks StuDios y la escuela de cine Liberty University, una institución cristiana evangélica de Lynchburg. Más de 50 estudiantes y nueve miembros de la facultad participaron en la producción.
Pero algunos estudiantes se opusieron a la película por razones teológicas. Lanzaron una petición online para que se cancelase el proyecto.
“Esta película podría dar una mala imagen a todos los estudiantes de Liberty y a la misma universidad”, dice la petición. “Mark Taylor dice haber recibido profecías directamente de Dios que no concuerdan con el mensaje de la Biblia”. Y añade: “Algunos estudiantes de artes cinematográficas han expresado que se sienten desanimados al verse obligados a participar en la promoción de un hombre con el que no están de acuerdo. Muchos no quieren que esa película aparezca en su currículum”.
Liberty ya estaba clasificada como la universidad más conservadora de EEUU. “Acciones como esta no van a servir más que para que los estudiantes tengan menos posibilidades de encontrar trabajo en entornos más liberales”, apunta.
A Stephan Schultze, profesor de artes cinematográficas de esa universidad y director de la cinta, no le gustó la petición: “Hubo un estudiante que pidió que le cambiasen a otro proyecto. La mayoría lo recibió de manera muy positiva”.
La película fue “un momento muy importante” para el departamento de artes cinematográficas de Liberty. Fue la segunda vez que una escuela de cine de EEUU realizaba un largometraje que iba a estrenarse en salas, añadió el profesor.
Sean Barlow, un estudiante de cine de Liberty que fue el operador de cámara de la película, dijo que había sido una “gran experiencia”, pero reconoció que “mucha gente no estaba contenta”. Aún así, añadió: “El mensaje de unidad es algo que este país realmente necesita en estos momentos”.
Las empresas de redes sociales también se mostraron reacias a asociarse con la película, según cuentan los productores. Según informaciones de Fox News, Facebook consideró que los anuncios de la película eran políticos.
Rick Eldridge, director ejecutivo de ReelWorks y productor de la cinta, dijo a the Guardian que estaba dirigida a “un público conservador, una comunidad religiosa, pero todo estadounidense que ame a su país debería apreciar la película y sentirse inspirado al verla”.
Traducido por Cristina Armunia Berges