Así elegirán los laboristas al sucesor de Jeremy Corbyn y estos son los favoritos

Rowena Mason

Tras el batacazo del Partido Laborista en las elecciones del jueves pasado, su líder, Jeremy Corbyn, ha anunciado que no se volverá a presentar a unas elecciones como candidato de la formación. El Partido Laborista ha pasado de 262 diputados a 203, lo que representa una pérdida de 59 escaños.

Se abre el proceso para designar al nuevo líder laborista.

¿Quién decide quién puede ser candidato?

Los militantes del Partido Laborista tendrán la oportunidad de votar al nuevo líder. Sin embargo, son los 202 diputados del partido (y se supone que también los eurodiputados aunque no está claro si en el momento de unas nuevas elecciones, la salida del Reino Unido de la Unión Europea ya habrá dejado sin efecto sus funciones) los que elaboran la lista de candidatos.

Según el reglamento, los candidatos necesitan el apoyo del 10% de los miembros del Parlamento y de los diputados al Parlamento Europeo. Por lo tanto, cada uno de ellos necesitará el apoyo de unos 21 diputados para que su nombre se imprima en las papeletas de votación, menos de los 35 que requirió Jeremy Corbyn en 2015.

En la conferencia que el Partido Laborista celebró el año pasado también se estableció un nuevo requisito. El candidato debe ser nominado por el 5% de las organizaciones regionales de militantes laboristas o el 5% de los afiliados de tres entidades diferentes, de las cuales al menos dos deben ser sindicatos.

¿Cuántos miembros del partido pueden votar?

A finales del año pasado, había más de 500.000 miembros del Partido Laborista que tienen derecho a votar si este año pagan la cuota y siguen militando. Los miembros de los sindicatos también pueden votar.

Es el Comité Ejecutivo Nacional el que determina las reglas de la votación, pero el reglamento sugiere que todo aquel que lo desee puede afiliarse al partido no menos de dos semanas después de que se fije el calendario y no menos de tres semanas antes de que se envíen las papeletas de votación.

No es necesario haber iniciado la militancia en una fecha concreta antes del plazo. Por este motivo, es probable que los candidatos compitan para conseguir tantos nuevos militantes y votantes potenciales como sea posible antes de la fecha límite.

¿Y qué pasa con los simpatizantes?

La primera vez que Corbyn se presentó como candidato a unas elecciones, más de 100.000 simpatizantes registrados que pagaron tres libras esterlinas pudieron inscribirse y decidir en la votación en la que Corbyn consiguió ganar a Andy Burnham, Yvette Cooper y Liz Kendall.

En la siguiente votación para decidir al candidato del Partido Laborista, en este caso una contienda entre Corbyn y Owen Smith, la cifra de simpatizantes registrados que pagaron la suma de 25 libras esterlinas para poder votar llegó hasta 180.000.

El reglamento del partido establece que los simpatizantes registrados podrán votar en esta ocasión, pero la página web de los laboristas solo parece dar, de momento, tres opciones: militar y pagar más de 50 libras esterlinas anuales; una opción de 26 libras esterlinas para aquellos que tengan entre 20 y 26 años, las personas que no tengan un trabajo remunerado, los jubilados, los trabajadores a tiempo parcial y los afiliados sindicales; y una membresía anual de 3 libras esterlinas para los adolescentes, los estudiantes y los miembros de las fuerzas armadas.

¿Quién gana?

Votan por correo, por medio de un sistema de voto alternativo supervisado por el Comité Ejecutivo Nacional. Si un candidato obtiene más del 50% de los votos, es elegido. Si ningún candidato obtiene este resultado, se elimina al menos votado y sus votos son redistribuidos entre la segunda preferencia de los votantes. Este proceso se repite hasta que un candidato obtenga más de la mitad de los votos.

Traducido por Emma Reverter

Los favoritos para suceder a Corbyn

Rebecca Long-Bailey

Aliada cercana del responsable de Economía y Hacienda de la oposición, John McDonnell, Long-Bailey se ha preparado como potencial candidata laborista para el puesto más alto. La diputada por Salford, abogada e hija de un representante sindical y estibador, se ha desenvuelto bien como suplente de Jeremy Corbyn en los debates de liderazgo.

Durante la campaña electoral, Long-Bailey encabezó el plan del partido para poner en marcha una revolución de empleos verdes y se vio obligada a abordar cuestiones difíciles sobre su decisión de suavizar su postura sobre la reducción radical de las emisiones netas de carbono. Sin embargo, dada su estrecha alianza con Corbyn y el ala más izquierdista del partido y el rechazo del electorado el jueves pasado, los miembros del partido pueden no estar convencidos.

Emily Thornberry

La secretaria de Asuntos Exteriores tuvo una campaña electoral tranquila, que ha sido percibida en algunos sectores como una señal de que se postulará como líder. Otros creen que su silencia se debe a su posición a favor de la permanencia en la UE. Ha sido leal a Corbyn, a pesar de no haber estado siempre en el ala izquierdista del partido.

“La verdadera lucha tiene que empezar ahora”, afirmó tras salir elegida diputada. Sin embargo, Thornberry tendrá que luchar contra las acusaciones de pertenecer a la “élite metropolitana”, que le persiguen desde 2014. Como responsable laborista de Asuntos Exteriores siempre ha mantenido una línea cuidadosa que no se aleja demasiado del liderazgo del partido en temas como Rusia, Israel y política nuclear.

Keir Starmer

El antiguo Fiscal General, que ocupa su escaño en Holborn y St Pancras desde 2015, ha encabezado la campaña laborista de permanencia en la UE, desempeñando un papel decisivo en el cambio de posición del Partido Laborista hacia el respaldo de un segundo referéndum. La postura del partido sobre Brexit ha sido señalada por algunos como clave en la derrota el pasado jueves, lo que podría complicar su liderazgo.

Más allá de Brexit, su política es menos clara. Trabajó como abogado defensor especializado en cuestiones de derechos humanos. La Ley de Derechos Humanos y los aspectos más amplios de la Constitución en el Reino Unido están en la mira del Gobierno conservador, por lo que su experiencia en esta área podría ser una gran venta. También hay que incidir en que Starmer es el único hombre de la lista de posibles candidatos. Durante mucho tiempo se han hecho llamamientos para que el próximo líder laborista sea una mujer, incluso la más reciente de McDonnell y Richard Burgon, el responsable laborista de Justicia. Ambos se han descartado a sí mismos como posibles candidatos.

Angela Rayner

La responsable de Educación es considerada como una gran oradora y ha sido elogiada por sus intervenciones durante la campaña. Algunos líderes conservadores han confesado que la temerían como adversaria. En su línea política, destaca su lucha contra las escuelas privadas que, en su opinión, ya no deberían ser subvencionadas a través de su catalogación como organizaciones benéficas.

Creció en una finca municipal en Stockport; su madre no sabía leer ni escribir. Dejó la escuela sin ninguna calificación, se quedó embarazada a los 16 años y se fue de casa para criar a su hijo sola. Se graduó como trabajadora social y se convirtió en un destacado miembro del sindicato Unison. Se describe a sí misma como de “izquierda blanda” y apoyó a Andy Burnham en las primarias de 2015.

Jess Philips

La diputada de Birmingham Yardley tiene mucho tirón mediático. Sus ardientes discursos e ingeniosas púas dirigidas a los conservadores, incluido el primer ministro, se comparten con frecuencia en Internet. También se la considera una defensora apasionada de su circunscripción y de las cuestiones que se plantean sobre el terreno.

Con frecuencia ha criticado el liderazgo de Corbyn y el enfoque del partido hacia el antisemitismo. Aunque no ha anunciado formalmente su candidatura, tras las elecciones escribió un artículo para The Observer que muchos han visto como el comienzo de su candidatura. En su tribuna trató cuestiones como recuperar a los votantes de la clase trabajadora.

Lysa Nandy

La diputada de Wigan ya ha dicho que está pensando seriamente en presentarse como candidata a la dirección laborista. En un artículo para The Guardian, Nandy dijo que creía que muchas de las políticas del programa laborista sí eran populares entre el público y que las elecciones no se ganaron debido a un la gran popularidad de Boris Johnson.

Nandy se ha forjado una reputación como defensora de su electorado, aunque gran parte ha caído en manos conservadoras. Ayudó a crear el think tank Centre For Towns y ha pedido un compromiso sobre el Brexit. Renunció en 2016 a formar parte de la directiva del partido por ser crítica con Corbyn y la forma de manejar el referéndum de la UE. Al igual que Phillips, es posible que los partidarios de Corbyn la vean con recelo.

Yvette Cooper

Diputada desde 1997, ocupó cargos como secretaria general del Tesoro y secretaria de Estado de Trabajo y Pensiones en el Gobierno de Gordon Brown. Se postuló contra Corbyn para las primarias en 2015 y es percibida como una centrista. Por tanto, es probable que se enfrente a una difícil batalla para convencer a los miembros del partido de que es la persona adecuada. Tras perder las primarias, Cooper se centró en convertirse en una figura prominente entre los diputados sin cargos de responsabilidad, dominando los detalles de la política sobre Brexit y los asuntos de interior.