La portada de mañana
Acceder
16 grandes ciudades no están en el sistema VioGén
El Gobierno estudia excluir a los ultraderechistas de la acusación popular
OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

La literatura que se estudia en Yale está hecha solo por hombres blancos

Alison Flood

Unos estudiantes de la Universidad de Yale han lanzado una recogida de firmas para pedir al departamento de Inglés que elimine la obligación que existe en una asignatura troncal de estudiar a grandes referentes literarios como Chaucer, Shakespeare y Milton, porque consideran “inaceptable que un estudiante de Yale que quiera estudiar literatura inglesa pueda leer solo a autores masculinos y blancos”.

La prestigiosa universidad de Connecticut obliga a sus alumnos de inglés a pasar dos cuatrimestres estudiando una selección de autores que considera los “grandes poetas ingleses”: “Geoffrey Chaucer, Edmund Spenser, William Shakespeare y John Donne en el primer cuatrimestre; John Milton, Alexander Pope, William Wordsworth y TS Eliot u otro poeta moderno en el segundo”.

Su intención, según dice la universidad, “es proporcionar a todos los estudiantes una introducción generosa a los asuntos formales y temáticos permanentes de la tradición literaria inglesa”. Los poemas que leen los estudiantes, añade, “abordan preguntas y problemas que resuenan a lo largo de toda la literatura inglesa: el estatus de la lengua vernácula, la promesa moral y los riesgos de la ficción, las relaciones entre hombres y mujeres, la naturaleza del heroísmo, la riqueza de la tradición y el anhelo de crear algo nuevo”.

Pero los estudiantes han lanzado una recogida de firmas para pedir a Yale que “descolonice” la asignatura. Quieren que la universidad elimine la exigencia de los grandes poetas ingleses y reoriente sus requisitos para los siglos previos al XIX y el XX “para incluir deliberadamente literaturas relacionadas con el género, la raza, la sexualidad, la diversidad funcional y la etnia”.

La petición dice que “pasar un año alrededor de una mesa donde están ausentes las contribuciones literarias de las mujeres, las personas de color y las homosexuales perjudica mucho a todos los estudiantes, sea cual sea su identidad”, y que la asignatura “crea una cultura que es especialmente hostil para los estudiantes de color”.

Según el Yale Daily News, la iniciativa ha recopilado al menos 160 firmas. La alumna Adriana Miele ha valorado en declaraciones a ese periódico estudiantil que hace falta un cambio en el departamento de Inglés “porque rechaza abiertamente las becas, críticas y análisis legítimos que aceptan muchos otros departamentos académicos de Yale”.

En abril, Miele escribió una columna en el Yale Daily News en la que criticó la asignatura porque, aunque “se enseña a los estudiantes cómo analizar las obras literarias clásicas, no se les enseña a cuestionar por qué se han convertido en clásicas, o las implicaciones de los clásicos que oprimen y marginan activamente a las personas que no son blancas ni hombres o que son homosexuales o transexuales...”. “Es posible graduarse en una titulación de lengua y literatura inglesa leyendo exclusivamente las obras de hombres blancos (mayoritariamente ricos). Muchos estudiantes no leen a una sola autora en las dos asignaturas fundamentales de la carrera. Este departamento contribuye de forma activa al borrado de la historia”, reflexionó Miele.

Algunos miembros de la Facultad de Inglés de Yale han acogido bien la iniciativa estudiantil. La profesora Jill Richards ha declarado al Yale Daily News que “es inaceptable que los requerimientos de dos cuatrimestres para todos los alumnos cubren de forma rutinaria el trabajo de ocho poetas masculinos y blancos”.

Pero la recogida de firmas también ha desatado críticas de antiguos miembros de la universidad. La redactora de Slate Katy Waldman, que estudió literatura inglesa en Yale, ha avisado a los estudiantes de que “si queréis estar muy versados en literatura inglesa, tendréis que taparos la nariz y leer a un montón de poetas blancos y masculinos. A un montón. Más de ocho”.

“El catálogo es lo que es, y cualquiera que quiera entender cómo evoluciona tiene que aprender a moverse en él”, ha escrito Waldman. “No estoy diciendo que sea aceptable que un alumno de inglés se gradúe en la universidad habiendo leído solo a autores hombres y blancos o incluso que el 70% lo sean. Pero no puedes considerarte estudiante de literatura inglesa si no te has detenido en la producción de algunas figuras fundamentales, que también resultan ser (¡ay!) tanto blancos como hombres”.

Traducción de Jaime Sevilla Lorenzo