Natalia Veselnitskaya se encuentra en el centro del último escándalo relacionado con Rusia que sacude la presidencia de Donald Trump. Los medios la han descrito como “un peso pesado de Moscú”, pero también como una abogada de poca monta.
En las primeras líneas de un correo electrónico cuyo propósito era cerrar una reunión con Donald Trump Jr, se la presentaba como una “abogada del Gobierno ruso” que tenía información comprometida sobre Hillary Clinton. Sin embargo, en declaraciones a the Guardian, Veselnitskaya asegura que no conoce a ningún alto cargo del Gobierno ruso y que es una simple abogada defensora.
¿Se trata de alguien que conoce a altos cargos del Kremlin que gestionan información secreta o es una oportunista que durante la campaña presidencial de Estados Unidos consiguió reunirse con tres asesores que forman parte del círculo más íntimo de Trump? Tal vez la verdad es difusa y es ambas cosas. Veselnitskaya no es un peso pesado del Kremlin y durante la mayor parte de su carrera ha lidiado con litigios en juzgados de la región de Moscú, una provincia que rodea la capital pero, que no incluye esta ciudad.
Sin embargo, en los últimos años ha lidiado con un caso importante y de gran valor estratégico para el Kremlin y lo ha hecho en estrecha colaboración con altos cargos del Gobierno. Una fuente que la conoce ha explicado a the Guardian que la abogada tiene una relación de muchos años con Yuri Chaika, el poderoso fiscal general de Rusia.
El nombre de Chaika es especialmente relevante porque todo parece indicar que Rob Goldstone, el publicista que le envió un correo electrónico a Donald Trump Jr y le propuso quedar con una abogada rusa se refería a Chaika cuando hablaba de una fuente que tenía información de valor sobre Clinton.
La relación con el fiscal más poderoso, Chaika
Conforme al intercambio de correos que el hijo de Trump publicó en Twitter, Goldstone propone hacer esta reunión porque un hombre de negocios ruso, Aras Agalarov, se ha reunido con el “fiscal de la corona” de Rusia y este le ha pasado información comprometida sobre Hillary Clinton. Goldstone quería que el hijo de Trump se reuniera con el hijo de Agalarov, Emin, un hombre de negocios y cantante pop, y que cerraran ese encuentro.
En cuanto al correo electrónico de Goldstone al hijo de Trump, los Agalarov echaban una mano al Gobierno ruso para que echara una mano a Trump. “Se trata de información a muy alto nivel y muy confidencial que forma parte del apoyo que el Gobierno ruso ha dado a Trump, con la ayuda de Aras y Emin”, escribió.
En Rusia no existe un “fiscal de la corona” pero sí es cierto que Chaika es el fiscal con más poder. Después de que el político de la oposición Alexei Navalny acusara de corrupción a Chaika y a su familia en 2015, Agalarov pagó una columna en el periódico económico Kommersant para defender a Chaika, dejando entrever que los dos tenían buena relación.
En declaraciones a the Wall Street Journal, Goldstone indicó que cuando hablaba del “fiscal de la corona” se refería a Veselnitskaya, lo que es poco probable, ya que es una abogada defensora y nunca ha sido fiscal. En el mismo correo electrónico Goldstone se refería a ella como a “su abogada”.
Una reunión ajena al Gobierno
Los Agalarov fueron los socios de Trump en el concurso de Miss Universo celebrado en Moscú en 2013. De hecho, Trump sale en uno de los videoclips de Emin. Goldstone había sido el agente de Emin.
En declaraciones a una emisora de radio rusa, Agalarov afirmó el miércoles que no había tenido nada que ver con esta reunión. “¿Qué tiene que ver Hillary Clinton con esto? No tengo ni idea. No conozco a Rob Goldstone”, ha indicado. Reconoció que Goldstone había trabajado para su hijo.
La reunión con Veselnitskaya en la Torre Trump tuvo lugar el 9 de junio de 2016. Estaban Donald Trump hijo, el yerno del presidente, Jared Kushner, y el responsable de la campaña presidencial, Paul Manafort.
En un escrito que mandó a the Guardian el miércoles, Veselnitskaya subrayó que el encuentro giró en torno a la Lei Magnitski, un proyecto del presidente Obama que prevé sanciones económicas para los funcionarios rusos sospechosos de estar vinculados con la muerte del abogado Sergeï Magnitski, que había denunciado la corrupción del Gobierno y que falleció en la cárcel. En respuesta a la ley, Moscú paralizó las adopciones de niños rusos por parte de familias estadounidenses.
Veselnitskaya fue la abogada que defendió a Denis Katsyv, un hombre de negocios ruso acusado de haber blanqueado una parte de los ingresos de un fraude de 230 millones de dólares destapado por el abogado Sergeï Magnitski.
Veselnitskaya indicó que la reunión con el equipo de Trump no tenía nada que ver con el Gobierno ruso. Afirmó que de hecho ni siquiera conocía a destacadas personalidades rusas.
“Mi encuentro con el hijo de Trump fue privado, no tiene nada que ver con nadie del Gobierno ruso”, subrayó. “No necesité la autorización de nadie y además no conozco a políticos importantes, aunque es halagador leer en los medios de comunicación que estoy muy bien conectada”.
Sin embargo, una fuente que conoce a Veselnitskaya afirma que tiene una buena relación con Chaika, dejando entrever que este vínculo puede proceder de su exmarido, exayudante del fiscal en la región de Moscú.
La hipótesis más realista
Veselnitskaya no ha confirmado o desmentido si conoce a Agalarov o a Chaika. Tampoco ha indicado quién cerró la reunión en la Torre Trump y cómo lo hizo.
Dos personas que conocen a Veselnitskaya afirman que para ella era una prioridad que se levantaran las sanciones de la ley Magnitski y que estaba dispuesta a utilizar todos los recursos y contactos a su alcance. Tal vez pensó que el equipo de la campaña presidencial de Trump escucharía su versión y quiso hablar con ellos y pidió ayuda a Chaika.
Si esta hipótesis es cierta, tal vez le pidió a Chaika que hablara con Agalarov, que tiene una relación estrecha con la familia Trump, para que propiciara el encuentro.
Esta cronología encaja con el correo electrónico que Goldstone mandó al hijo de Trump pidiéndole que se reuniera con Veselnitskaya, pero no explicaría por que la describió como a “una abogada del gobierno ruso” ni explicaría por qué había indicado que en el encuentro les proporcionarían información comprometida sobre Hillary Clinton.
Según una de las posibles hipótesis, a cambio del favor del propiciar un encuentro con el equipo de Trump para que Veselnitskaya pudiera exponer su opinión sobre la Ley Magnitski, le habrían pedido a la abogada que les pasara otra información.
Algunos observadores creen que la hipótesis de que parte de la élite rusa haya utilizado a los Agalarov para pasar información tiene sentido, ya que no solo están bien conectados con personalidades de Moscú, sino que además tienen una buena relación con la familia Trump. El pasado miércoles, el político de la oposición Navalny indicó en un blog que “es verosímil”. “Putin (o los servicios de seguridad) podría haber utilizado la conexión Chaika-Agalarov para llegar a Trump y pasarle información a través de alguien de confianza”, añadió.
El pasado miércoles, Dmitry Peskov, el portavoz de Vladimir Putin, indicó que el Kremlin no tenía ningún tipo de relación con Veselnitskaya y comparó toda la información que ha salido en los medios con un culebrón interminable y cansino de televisión.
Traducido por Emma Reverter