Piet Ploeg percibió un rayo de esperanza de que al fin se hiciera justicia cuando leyó la noticia de que el destacado nacionalista ruso Igor Girkin podría volver al campo de batalla en Ucrania. Su hermano, su cuñada y su sobrino murieron junto a otros 295 pasajeros y tripulantes cuando el avión en el que habían embarcado en Ámsterdam el 17 de julio de 2014 fue derribado mientras sobrevolaba el territorio ucraniano de Donetsk controlado por los separatistas, con lo que los investigadores internacionales creen que fue un misil tierra-aire de fabricación rusa.
La Fiscalía holandesa sostiene que Girkin, que era comandante de las fuerzas separatistas apoyadas por el Kremlin durante la primera invasión de Ucrania por parte de Vladímir Putin en 2014, ayudó a suministrar el sistema de misiles empleado para derribar el avión.
“Debemos ser realistas. Las opciones de que Países Bajos lo atrape no son grandes. Primero hace falta que Ucrania lo coja con vida y que luego nos lo entregue”, dice Ploeg, que preside la Fundación del Desastre del MH17, una organización holandesa que ayuda a los familiares de los fallecidos en el derribo del avión. “Pero sería maravilloso que se enfrentara a la justicia que merece. Los milagros existen”, asegura.
Se espera que la Justicia holandesa dicte sentencia sobre Girkin y otros tres acusados por el MH17, todos ellos huidos de la justicia, el próximo 17 de noviembre.
En el Ejército
Girkin, conocido con el nombre de guerra de Igor Strelkov, ha dicho en el pasado que siente “una responsabilidad moral” por las muertes de las 298 personas a bordo del avión, pero se ha negado admitir haberlo derribado.
Los rumores de que Girkin se dirigía a Ucrania surgieron por primera vez después de que su canal de Telegram permaneciera en silencio durante varios días. Desde el principio de la invasión rusa, Girkin se ha convertido en, posiblemente, la voz más destacada de un grupo de blogueros ultranacionalistas y partidarios de la guerra que se han dedicado a reprochar al Kremlin sus fracasos militares en Ucrania y ha acumulado más de 750.000 seguidores en la aplicación de mensajería.
El pasado 15 de octubre, su esposa, Miroslava Reginska, compartió una foto en el canal de Telegram de Girkin en la que él salía con uniforme militar. “Para responder a la pregunta de ‘dónde está Igor Ivanovich'”, escribió, usando su patronímico. “¡Todo está bien! Pronto nos pondremos en contacto”, dijo. Y unos días después, Girkin publicó un mensaje breve diciendo: “Desde el 14 de octubre de 2022, estoy en el Ejército activo”.
Desde entonces, los ucranianos han lanzado una campaña de crowdfunding para capturarlo, que ha superado los 150.000 euros. Hay políticos locales y atletas profesionales entre quienes han donado dinero.
Crímenes de guerra
El empeño de Kiev en capturar a Girkin, que en su día alardeó de haber “apretado el gatillo de la guerra” en Ucrania, en parte se debe a las pruebas que se van acumulando de que fue culpable de crímenes de guerra durante su época como comandante de las fuerzas separatistas apoyadas por el Kremlin en 2014.
Según una investigación de Radio Europa Libre, Girkin ordenó a un pelotón de fusilamiento las ejecuciones de, al menos, tres hombres en el este de Ucrania. El propio Girkin ha admitido en varias entrevistas haber ordenado las ejecuciones, y ha dicho que mató él mismo a uno de los hombres.
Sin embargo, está por ver si Rusia permitirá que el belicoso excomandante participe en los combates.
El 19 de octubre circuló en redes sociales una imagen de un hombre con uniforme militar que se parece mucho a Girkin. The Guardian no ha confirmado la autenticidad de la fotografía, pero un grupo de activistas en Twitter geolocalizó la imagen y asegura que fue hecha cerca de la ciudad rusa de Rostov, fronteriza con Ucrania.
Readovka, una página de noticias pro-Kremlin con vínculos con los servicios de seguridad, aseguró ese día que Girkin se ha enfrentado a algunas reticencias de los militares rusos, que supuestamente se han opuesto a su alistamiento. “Pero no se rinde… Está haciendo todo lo posible por ir al frente”, dijo Readovka.
“Un sueño hecho realidad”
Si Ucrania captura a Girkin, Países Bajos presionaría para su extradición, cree Sjoerd Sjoerdsma, un diputado holandés con años de experiencia, miembro del partido de centroizquierda Demócratas 66. “Cuando me enteré de la campaña de crowdfunding en Ucrania, pedí a nuestro Gobierno que duplicara el dinero recaudado”, dice Sjoerdsma.
Países Bajos querrá evitar que se repita lo sucedido en 2019, cuando Ucrania incluyó a Volodímir Tsemaj, otro sospechoso del derribo del vuelo MH17 de Malaysia Airlines, en un importante intercambio de prisioneros con Rusia, y lo puso así fuera del alcance de la Fiscalía holandesa.
“Ucrania siempre ha estado extraordinariamente dispuesta a ayudar con la investigación del MH17, pero tenemos un ejemplo del pasado en el que intercambiaron a un importante sospechoso”, sostiene Sjoerdsma en referencia a Tsemaj. “Espero que nuestro Gobierno esté llegando ya a acuerdos concretos con Ucrania sobre lo que pasará si atrapan a Girkin”, apunta.
“Sería un sueño hecho realidad tenerlo ante un tribunal holandés en noviembre”, confiesa el diputado.
Traducido por María Torrens Tillack.