Francia planea prohibir los cigarrillos electrónicos desechables. La prohibición es parte del plan nacional de lucha contra el tabaquismo, según anunció el domingo la primera ministra francesa, Élisabeth Borne. Según declaró a la cadena RTL, el Gobierno “presentará próximamente un nuevo plan nacional de lucha contra el tabaquismo con, en particular, la prohibición de los cigarrillos electrónicos desechables, las famosas 'caladas' que crean malos hábitos a los jóvenes”.
El Gobierno francés está dando los últimos retoques a su presupuesto para 2024 con un plan más amplio para reducir el tabaquismo, que según Borne es la causa de 75.000 muertes al año en el país. El plan no incluye una nueva subida de impuestos sobre los cigarrillos. “Pero eso no significa que no vigilemos el consumo de tabaco”, ha dicho Borne: su principal preocupación son los vaporizadores desechables, conocidos como “puffs” en Francia, que según ella son una puerta de entrada al tabaquismo.
A Borne le preocupa que los cigarrillos con sabores como caramelo helado, malvavisco y chicle, que recuerdan a los dulces de la infancia y tienen un precio de entre 8 y 12 euros por 500 “puffs”, se dirijan a los adolescentes.
Varios países europeos también estudian prohibirlos. En Bélgica está prohibida su venta por Internet y en Irlanda se está llevando a cabo una consulta nacional sobre su prohibición. En Alemania, el gobierno ha prohibido los cigarrillos electrónicos de sabores, aunque el zar antidroga advierte de que sólo es el principio.
Australia ha adoptado la respuesta más dura: los vaporizadores sólo se pueden adquirir con receta, se ha reducido su contenido de nicotina y se han restringido los sabores.
En Nueva Zelanda se han adoptado medidas similares, como la prohibición de la mayoría de los vaporizadores desechables y de la comercialización dirigida a los niños, incluida la prohibición de las tiendas de vaporizadores cerca de las escuelas y normas que exigen descripciones genéricas de los aromas. Las normas, que entraron en vigor en agosto, tenían por objeto mantener la venta de cigarrillos desechables para quienes los utilizan como transición para dejar de fumar.
Investigaciones irlandesas muestran que los adolescentes que utilizan cigarrillos electrónicos tienen hasta cinco veces más probabilidades de empezar a fumar que los que no lo hacen.
Según datos publicados el año pasado, la prevalencia del tabaquismo en Nueva Zelanda había descendido al 8% –una de las más bajas del mundo–, pero el aumento de consumidores diarios de vapeadores fue mayor que el descenso de fumadores diarios.
El número de estudiantes de décimo curso –unos 14 años– en Nueva Zelanda que vapeaban a diario se había triplicado, pasando del 3,1% en 2019 al 9,6% en 2021.