Archivos clasificados relacionados con algunos de los episodios más controvertidos de la creación de Irlanda del Norte podrían hacerse públicos gracias a la presión ejercida por algunos historiadores que asesoran en las conmemoraciones de su centenario.
Se cree que algunos archivos contienen información sobre la Policía Especial del Úlster (USC en inglés) –una fuerza policial paramilitar y de abrumadora mayoría protestante conocida como los “Especiales B”– y podrían arrojar luz sobre su implicación en atrocidades cometidas contra la población católica.
La presión para que esos archivos sean hechos públicos y se levanten las restricciones debido a motivos de seguridad nace del Comité de Asesoramiento Histórico para el Centenario, un grupo de destacados académicos que asesora al Gobierno británico de cara a la conmemoración del centenario de la creación de Irlanda del Norte el próximo 3 de mayo.
La petición de transparencia llega en un momento de gran tensión en la zona. Tanto los historiadores como el Gobierno británico quieren actuar con cautela. El ministro británico para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, ha dicho que la violencia callejera de las últimas semanas está socavando las celebraciones unionistas del centenario de Irlanda del Norte.
La planificación de las actividades se ha visto envuelta en la controversia. Tanto el Sinn Féin como el SDLP, partidos nacionalistas de Irlanda del Norte, han boicoteado otro grupo que coordina las celebraciones y el Sinn Féin ha bloqueado que se levante un monolito con la forma de Irlanda del Norte en Stormont.
“100 años después, sentimos que es hora de abrirlos”
Un grupo de historiadores relativamente diverso y plural presidido por Paul Bew, historiador y miembro de la Cámara de los Lores, ha señalado como prioridad el desbloqueo de los archivos oficiales.
“Mucho material ya es público pero sabemos que hay archivos relacionados con el nacimiento de Irlanda del Norte que son bastante controvertidos y han estado ocultos durante un siglo”, dice Caoimhe Nic Dháibhéid, profesora de Historia Moderna en la Universidad de Sheffield e integrante del grupo.
“En algunos casos están relacionados con hechos que han tenido consecuencias a lo largo de los años. Es comprensible que los motivos de seguridad impidieran su publicación tras el período habitual de 30 años, pero 100 años después, sentimos que es hora de abrirlos con un espíritu de transparencia y reconociendo la complejidad que conllevan”, dice.
Es posible que algunos de esos archivos ofrezcan información sobre el trato a la minoría católica de Irlanda del Norte e incidentes como los asesinatos de seis civiles católicos –cinco miembros de la familia McMahon y una persona que se alojaba en su casa– en 1922.
Nadie fue juzgado por aquella masacre. Se culpó a la policía, dirigida por un agente que se convertiría en mentor del exprimer ministro de Irlanda del Norte y el líder del Partido Unionista Democrático, Ian Paisley.
Los miembros del grupo de expertos creen que existe una oportunidad única para dar a conocer tanto ese material como otros archivos que ni siquiera han sido catalogados. Temen que una vez se jubilen los archiveros de la Oficina de Archivos Públicos de Irlanda del Norte pueda perderse material no catalogado.
El control de los archivos está descentralizado en manos de las autoridades norirlandesas de poder compartido en Stormont pero se sabe que el grupo ha transmitido su punto de vista a Lewis.
“Entiendo que [Lewis] no es historiador –sus prioridades son el futuro y la prosperidad– y debo reconocer a su favor que creo que es consciente de que estamos ante una serie de conmemoraciones muy delicadas. Creo que se arrepiente, por ejemplo, de que se utilizara la palabra 'celebración' en un momento dado y que el Gobierno siempre haya ido con el pie cambiado desde entonces”, dice uno de los miembros del grupo.
Otras iniciativas supervisadas por los miembros del grupo son, por ejemplo, una página web que ya ha empezado a publicar material, un libro con capítulos redactados por historiadores y figuras públicas y una exposición sobre la historia de Irlanda del Norte que se mostrará en Belfast y el vestíbulo principal de Westminster. Es posible que se exponga por toda Irlanda del Norte y en Dublín.
También se emitirá un sello de correos, una “rosa del centenario” producida en Irlanda del Norte para la Reina y se financiarán algunos proyectos comunitarios. El Gobierno de Reino Unido gastará tres millones de libras (3,5 millones de euros) en estas actividades.
“Sería un error suavizar aspectos problemáticos”
“La opinión del grupo es que sería un error tratar de suavizar aspectos de la fundación del Estado que son muy problemáticos, sobre todo para la clase trabajadora católica de Belfast”, dice Bew. “El punto de vista de los historiadores implicados es bastante dispar, pero todos nos hemos comprometido ante todo a intentar contar esta historia sin tapujos y sin ofender a nadie”.
Bew, que ha rebuscado en los archivos durante décadas, cree que todavía hay “algunos problemas concretos” a la hora de hacer públicos ciertos documentos. “No se trata solo de que haya personas vivas, sino también de las familias y que se puedan hacer conexiones”, dice. “Pero también creo que habría que se debería hacer pública más información sensible. En eso estamos de acuerdo todos de acuerdo”.
Un portavoz del Departamento de Comunidades de Irlanda del Norte dice que la Oficina de Archivos Públicos de Irlanda del Norte ha recibido una solicitud y tiene intención de abrir los archivos de la policía del Ulster relativos a la década de 1920 una vez concluya una catalogación y “revisión de información sensible”.
Traducido por Alberto Arce