Parece que en 2021 los trabajadores de EEUU se han cansado de aguantar. En un contexto en el que desde algunos sectores se afirma constantemente que hay escasez de mano de obra mientras la economía se recupera de los cierres provocados por la pandemia, los trabajadores han presionado a empresarios y cargos electos para que aumenten los salarios y mejoren las condiciones de trabajo y las prestaciones –como la baja por enfermedad–. La estrategia ha sido el uso de paros, protestas, concentraciones y huelgas.
En los últimos meses de 2021, los trabajadores de Estados Unidos renunciaron a sus trabajos a un ritmo sin precedentes. Por otro lado, en los meses de octubre y noviembre de 2021 se registró un aumento de huelgas a lo largo y ancho del país.
“En los dos últimos meses me he desplazado para sumarme a piquetes de huelga en todo el país, he estado en muchos estados diferentes y en huelgas de todos los sectores. El único elemento común de los trabajadores que han asumido el riesgo de salir a la calle es que están hartos”, afirma Liz Shuler, presidenta de AF-CIO, la principal federación sindical de Estados Unidos.
Este 2021, miles de trabajadores han hecho huelga en Frito-Lay, Nabisco, Kellogg's, John Deere, Volvo, Frontier Communications, la Universidad de Nueva York, la Universidad de Columbia y la Universidad de Harvard. También se han declarado en huelga los carpinteros en la zona noroeste del Pacífico, trabajadores de hospitales, de aeropuertos y minas de carbón de Alabama. A su vez, los empleados de varias cadenas de comida rápida y de venta al por menor, como McDonald's, Walmart, Wendy's, Burger King, Bojangles, Jack in the Box y Family Dollar, han llevado a cabo paros o huelgas de corta duración.
Shuler cree que las dificultades de la pandemia, que han hecho que la atención se centre en el sacrificio realizado por trabajadores que realizan tareas a menudo manuales y que se consideran esenciales, han provocado un resurgimiento de la conciencia sindical en Estados Unidos, y especialmente cuando algunas empresas han intentado pasar página y volver a la situación anterior.
“Cuando caminaba junto a los trabajadores de Nabisco y de Kellogg's, no dejaba de pensar en todos los que estaban en la fábrica, produciendo las Oreos y las galletas Ritz, mientras el resto de los mortales las consumíamos. Esa es la gente que realmente hizo los sacrificios y se les dijo que eran esenciales”, explica Shuler.
“Luego, cuando se sientan en la mesa de negociaciones, se convierten en personas prescindibles porque las empresas siguieron obteniendo beneficios durante la pandemia y lo único que les han dicho es: 'Gracias, pero no vamos a compensarles, no vamos a protegerles, no vamos a valorarles ni a recompensarles por haber hecho esos sacrificios'”, añade.
Batiendo récords
Una de las huelgas más importantes del año está ocurriendo en el sur profundo, donde unos 1.100 trabajadores de la mina de carbón Warrior Met Coal, en Brookwood, Alabama, están en huelga desde el 1 de abril para reclamar mejoras salariales tras haber aceptado concesiones en su anterior convenio sindical.
“En los últimos ocho meses hemos vivido algunos de los momentos más duros de nuestras vidas. No creo que ninguno de nosotros imaginara que la huelga entraría en su noveno mes sin un final a la vista, pero estoy orgulloso de nuestra determinación”, afirma James Traweek, un minero que ha trabajado durante cuatro años en Warrior Met Coal.
No ha sido la única huelga que ha batido récords. En el hospital Saint Vincent de Worcester (Massachusetts), perteneciente a Tenet Healthcare, unos 700 enfermeros están en huelga desde el 8 de marzo por la falta de personal y los recortes en el hospital antes y durante la pandemia. Se trata de la huelga más larga de la historia de Massachusetts.
De hecho, Tenet Healthcare ha intentado sustituir de forma permanente a los enfermeros en huelga, ya que el hospital se enfrenta a multas del estado por haber cerrado camas de salud mental de pacientes ingresados durante la huelga. En agosto, los enfermeros y Tenet Healthcare no llegaron a un acuerdo.
“La lucha de los enfermeros del hospital Saint Vincent se ha convertido ahora en la lucha de todos los trabajadores”, afirma Marlena, trabajadora de la empresa. “Es una señal de alarma para todos los trabajadores y para toda la humanidad. Si defiendes tus principios, defiendes a los pacientes y defiendes a tus compañeros y a ti mismo. Tenet Healthcare parte de la base de que te puede sustituir y castigar, es una visión muy peligrosa, ya que intenta socavar nuestros derechos sindicales en lugar de llegar a un acuerdo y trata de intimidar a las enfermeras para que abandonen a sus compañeras”.
El 18 de diciembre se llegó a un acuerdo provisional después de que el secretario de Trabajo de Estados Unidos, Marty Walsh, mediase en la última sesión de negociación, que pondrá fin a la huelga si es aprobada por los enfermeros.
La plataforma de seguimiento de las acciones sindicales elaborada por el Instituto de Relaciones Laborales de la Universidad de Cornell documentó 346 huelgas en 2021 hasta el 10 de diciembre. Johnnie Kallas, director del proyecto, atribuye el aumento de las huelgas en octubre y noviembre a mayores posibilidades de empleo para los trabajadores en un mercado laboral en el que hay una gran demanda y a la extenuación de los trabajadores que han seguido en activo durante la pandemia.
“Las actuales condiciones del mercado laboral pueden proporcionar a los trabajadores poder de negociación, pero las huelgas no se producen espontáneamente. A menudo requieren una profunda organización y siempre exigen un sacrificio increíble”, dice Kallas.
El futuro de los sindicatos
Las tasas de sindicalización en Estados Unidos han disminuido en las últimas décadas, pero en 2021 se pusieron en marcha varios esfuerzos de organización sindical en respuesta a las condiciones de trabajo durante la pandemia. Los líderes sindicales y los sindicatos siguen presionando para que las reformas de la legislación laboral limiten el margen de acción de empresarios contrarios a que los trabajadores se movilicen en torno a un sindicato y propicien que los trabajadores estadounidenses puedan organizarse y participar en una negociación colectiva.
Según unionelections.org, en 2021 se celebraron en Estados Unidos 907 elecciones sindicales de empresas privadas, de las que 571 dieron lugar a una nueva certificación sindical. Las tasas de elecciones sindicales y la densidad sindical en Estados Unidos han estado en declive en las últimas décadas. No obstante, según una encuesta realizada por Gallup en septiembre, el nivel de aprobación de los sindicatos en Estados Unidos es del 68%.
“Si se produce algún cambio, se dará el año que viene. Entre las actuales condiciones del mercado laboral, la extensa cobertura mediática de las huelgas y las recientes elecciones sindicales, en Starbucks por ejemplo, yo esperaría ver alguna mejora”, afirma Kevin Reuning, profesor adjunto de Ciencias Políticas en la Universidad de Miami en Oxford (Ohio), que gestiona el sitio web unionelections.org.
Los trabajadores de Amazon en Bessemer, Alabama, intentaron constituir el primer sindicato en el gigante minorista en primavera y, aunque el sindicato perdió las elecciones, la Junta Nacional de Relaciones Laborales ha ordenado que se celebren nuevas votaciones debido a la mala conducta antisindical de Amazon.
Al mismo tiempo, el fiscal general de Nueva York está presionando a Amazon para que reincorpore a un empleado que fue despedido y mejore las protecciones de seguridad en medio de una campaña de organización sindical dirigida por el empleado despedido, Chris Smalls, en Staten Island.
Los trabajadores de Starbucks en Buffalo, Nueva York, también ganaron unas históricas elecciones sindicales el 9 de diciembre y formaron el primer sindicato en un establecimiento de la cadena en Estados Unidos. Es probable que una segunda sucursal haya ganado sus elecciones sindicales después de que se resuelvan las impugnaciones y de que otras tres tiendas celebren elecciones sindicales en Buffalo, Nueva York, y otra en Arizona. La victoria del sindicato invita al optimismo y podría llevar a más establecimientos de la cadena de cafeterías a solicitar su sindicalización.
Brian Murray, trabajadora de Starbucks en la zona de Buffalo y una de los organizadores de Starbucks Workers United, afirma que se trata de una gran victoria: “Creo que nuestra verdadera lucha será ahora conseguir un primer convenio y, con suerte, que reconozcan el derecho a organizarse, pero con estas victorias estoy seguro de que veremos a más trabajadores organizándose en todo el país en un futuro próximo”.
Traducción por Emma Reverter