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Opinión - Nos están destrozando la vida. Por Rosa María Artal

Quién organizó el intento de golpe en Turquía y por qué fracasó

El viernes por la noche, en un primer momento todo parecía indicar que uno de los gobiernos más poderosos de Oriente Medio iba a ser derrocado. Los tanques paralizaron Estambul mientras los soldados irrumpían en la sede del partido en el gobierno, bombardeaban el parlamento, se hacían con el edificio de la jefatura militar y con el control de la televisión pública y anunciaban que el ejército estaba al mando del país.

El sábado ya era evidente que el intento de golpe de Estado había fracasado. Las imágenes que definen lo sucedido a lo largo de la noche muestran cómo los golpistas se rinden ante las masivas fuerzas gubernamentales. Se bajaban de los tanques y de los camiones con las manos en alto. Por alguna extraña razón, algunos solo llevaban ropa interior.

Después de que el gobierno afirmase que la cifra de detenidos se eleva a 6.000, queda por dilucidar cómo los golpistas pudieron llegar tan lejos, quiénes son los líderes del intento y por qué decidieron hacerlo aquella precisa noche.

El gobierno, liderado por Recep Tayyip Erdogan, afirma que detrás de la intentona de golpe se encuentra Hizmet, el grupo islámico rival liderado por Fethullah Gülen. Por su parte, el clérigo niega esta acusación. En el pasado, el grupo era un aliado del partido en el gobierno pero en la actualidad Turquía lo considera un grupo terrorista. El gobierno afirma que Hizmet tiene miles de simpatizantes a lo largo y ancho del país, y que han estado conspirando para derrocar al gobierno de Erdogan, elegido democráticamente.

“La intentona de golpe de Estado es claramente gulenista”, ha señalado una fuente del gobierno, que no ha querido ser identificada: “Muchos de los líderes del golpe de Estado fallido tienen contacto directo con altos mandos del movimiento de Gülen. Muchos de los que han participado en esta sublevación trabajaban en instituciones públicas gracias a la recomendación directa de altos mandos del movimiento de Gülen y han mantenido su lealtad a estas redes”.

Según la versión gubernamental, los golpistas estaban organizados y tenían un plan para gestionar el país tras el golpe. Una fuente del gobierno asegura que tenían una lista con los nombres de 9.130 personas que iban a detener. También querían designar a gobernadores militares regionales, destituir a los responsables de las instituciones gubernamentales y ascender a más de un centenar de personas leales al movimiento.

“Nuestra impresión es que el proyecto de junta se había gestado durante bastante tiempo”, indica la fuente.

Un levantamiento no muy bien planeado

Sin embargo, algunos observadores turcos son más escépticos; precisamente por la escasa organización del intento golpista. “Sinceramente, lo dudo (que Gülen esté detrás de la sublevación), indica DoÄŸu Ergil, un politólogo de la Universidad de Ankara. ”Los gulenistas no propiciarían su propia caída con un intento propio de aficionados“.

Muchos consideran que el levantamiento militar no estuvo bien planeado. Participaron altos mandos de todo el país, entre ellos, el general Erdal Öztürk, comandante del Tercer Ejército en Estambul, y el general Adem Huduti, que lideraba el Segundo Ejército situado en la otra punta del país. Sin embargo, todo parece indicar que no participaron todas las facciones del ejército ni todos los generales de mayor rango. Si bien parte de la división de tanques participó en esta conspiración, no se puede decir lo mismo de la fuerza aérea. Las fuerzas terrestres tampoco participaron en la sublevación y la fuerza aérea permaneció leal al gobierno de Erdogan.

“Me sorprende que haya tenido lugar esta intentona de golpe de Estado”, indica Sinan Ülgen, un analista turco de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional: “Los golpistas no contaban con apoyo suficiente en el Ejército. La sublevación se produjo al margen de la cadena de mando y no contaba con los recursos necesarios para tener éxito”.

Básicamente, los golpistas obviaron pasos que se consideran esenciales para que un golpe de Estado tenga éxito. Se hicieron con el control de la televisión pública pero no mostraron ningún interés por controlar a las cadenas privadas hasta que ya fue demasiado tarde, ya que el gobierno pudo difundir su versión de los hechos durante toda la noche.

Detuvieron al Jefe del Estado Mayor de Turquía, el general Hulusi Akar, tomaron el principal puente de Estambul y se hicieron con el control de las dependencias del Ejército en Ankara. Sin embargo, no pudieron detener a sus principales rivales; el presidente Erdogan y el primer ministro, Binali Yıldırım, que movilizaron a sus partidarios y se convirtieron en las caras visibles de la operación contra los golpistas.

“¿Cómo esperaban hacerse con el control del país paralizando un solo puente, haciéndose con el control de las dependencias militares y de unos pocos aviones?”, se pregunta Ülgen: “Prácticamente parece un golpe kamikaze, lo hicieron sin tener en cuenta las consecuencias”.

Los más propensos a elaborar teorías de la conspiración señalan que el hecho de que Erdogan saliera indemne demuestra que se trata de un montaje del gobierno. Parece más lógico deducir que los golpistas decidieron pasar a la acción antes de tiempo por miedo a que el gobierno iniciara una purga en el Ejército.

Algunos creen que su plan había sido descubierto y que esto los obligó a pasar a la acción. También indican que probablemente estos militares hubieran sido detenidos en agosto ya que esperaban que el gobierno impulsara medidas contra los partidarios del movimiento Hizmet, y que por este motivo decidieron actuar antes de tiempo.

Esta es la versión que maneja el gobierno de Erdogan. “Los golpistas sabían que en cuestión de semanas iban a ser destituidos”, indica la fuente gubernamental, “así que se decidieron a pasar a la acción”.

Traducción de Emma Reverter