Las organizaciones humanitarias que rescatan a migrantes y refugiados del Mediterráneo han reaccionado alarmadas al plan de someterlos a un nuevo código de conducta diseñado por Italia y respaldado por varios países de la Unión Europea.
Lo más probable es que la medida ponga a estas organizaciones bajo control de las guardias costeras de Italia y Libia, que podrían así restringir su capacidad de salvar a los pasajeros de las embarcaciones abarrotadas y no aptas para navegar.
Bajo intensa presión política por el aumento en el número de refugiados, el Gobierno italiano acordó con el de Francia y el de Alemania una reunión de emergencia el domingo en París.
Los tres países están considerando aumentar la financiación y los esfuerzos para reducir lo que describen como el “efecto llamada” creado por la presencia de ONG en el Mediterráneo.
Por otro lado, se espera que se dé carpetazo a la propuesta de Italia de cerrar unilateralmente sus puertos a los barcos que lleven migrantes. Esta medida es una violación evidente del derecho marítimo internacional.
Algunos políticos italianos, así como la guardia costera libia, llevan meses quejándose de que la presencia de ONG en las inmediaciones de las aguas territoriales libias está favoreciendo que los migrantes se arriesguen a comenzar su peligroso viaje hacia Italia.
Un responsable de una de estas ONG ha reaccionado con incredulidad a las críticas por el trabajo de su organización de rescate. Óscar Camps, fundador del grupo catalán Proactiva Open Arms, ha tuiteado (con la intención de dejar en evidencia lo absurdo de la acusación encubierta contra las ONG): “Sois un pull factor [efecto llamada], tratáis con traficantes, os financian las mafias, los taxistas del mar y os cerraremos los puertos ¿Somos el problema?”.
Para los activistas, la muerte de 2.000 migrantes este año demuestra la necesidad de su trabajo. En marzo, varias ONG diseñaron un código de conducta voluntario que subraya la importancia de los objetivos humanitarios, la independencia de los gobiernos y la necesidad de coordinación.
La Asociación de las Organizaciones Italianas de Cooperación y Solidaridad Internacional (AOI) ha comunicado su profunda preocupación por el plan y advirtió de que cualquier propuesta que limite la libertad de las ONG reduciría su financiación y dañará su capacidad para salvar vidas. También ha denunciado la falta de fundamento de las investigaciones que alegan acuerdos entre las organizaciones humanitarias y los traficantes.
Pero un portavoz de la guardia costera libia ha denunciado que las ONG están operando dentro de aguas territoriales libias en infracción del derecho internacional. Mas de 84.000 migrantes han llegado a Italia este año y 12.000 en estos días. Los últimos tres años han mostrado que entre junio y septiembre siempre aumenta el número de migrantes.
El portavoz de la guardia costera libia, Ayyoub Qasem, ha acusado a las ONG de “incentivar a los inmigrantes ilegales, que llegan a Libia desde unos 30 países africanos y de no preocuparse por la soberanía que Libia tiene sobre su territorio y aguas territoriales”.
También ha señalado que los equipos de rescate infringen la soberanía marítima de Libia y que en el último año el número de migrantes embarcándose en Libia ha aumentado un 20% pese a las medidas tomadas para reducir el flujo. “Es una clara indicación de que las medidas tomadas para frenar o reducir el fenómeno están parcialmente equivocadas, o incluso aumentan el numero de migrantes y traficantes”, ha indicado.
Algunos de los barcos con los que hacen su trabajo las organizaciones humanitarias están registrados en Alemania, España o Malta, pero la mayoría desembarca a los refugiados en el sur de Italia, uno de los motivos que explican el resentimiento político en algunas partes de Italia.
Según el comisario europeo de Migración, Dimitris Avramopoulos, con el nuevo código habría más dinero para la guardia costera libia. Avramopoulos también ha señalado que se van a presentar una serie de propuestas específicas al colegio de comisarios de la Unión Europea antes de la reunión informal de los ministros de Interior este jueves en Estonia.
Según el primer ministro italiano, Paolo Gentilioni, aunque la reunión de emergencia en París ya produjo varios resultados concretos iniciales, la situación actual es insostenible. El Gobierno italiano teme que la primera y segunda red de centros de recibimiento estén ya completas, lo que haría necesaria la construcción de una tercera red. Italia pide también que el esfuerzo de recibir a los refugiados se reparta entre otros Estados.
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, no es realista esperar que Italia asuma todos los migrantes de Libia. En un amplio informe sobre las redes libias de traficantes, advirtió: “Es poco probable que se reduzca la migración irregular a través de Libia, teniendo en cuenta el atasco político y de seguridad que viven Libia y los países vecinos, la continua aspiración de una vida mejor, la creciente profesionalización de la industria del contrabando de personas y los significativos beneficios que reporta la ruta Libia-Italia”.
Traducido por Francisco de Zárate