Emiratos Árabes Unidos (EAU) ha lanzado este jueves la presidencia de la cumbre de la ONU COP28 y el jefe de su petrolera nacional asumirá el papel principal.
Sultan Al Jaber es enviado de Emiratos Árabes Unidos para asuntos climáticos y director de la Abu Dhabi National Oil Company (Adnoc) –la decimosegunda mayor petrolera del mundo por producción–. También es ministro de Industria y Tecnología Avanzada del país y director de la empresa Masdar, dedicada a las energías renovables.
La Cumbre del Clima de la ONU, que se celebrará a partir del 30 de noviembre en Dubái, será una conferencia crucial que determinará si el mundo es capaz de encauzar la lucha contra la crisis climática. Este año, las naciones deben realizar un “balance global” que evalúe el estado actual de la acción climática y los avances en el cumplimiento de los objetivos del acuerdo de París de 2015.
Mientras que algunos países han presentado planes nacionales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en línea con el acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales, muchos de los mayores emisores del mundo no lo han hecho, poniendo en peligro los objetivos climáticos.
Una de las funciones de la presidencia será pedir cuentas a esos gobiernos reacios, pero muchos observadores temen que Emiratos Árabes, como gran productor de petróleo y con estrechos vínculos con otros productores como Arabia Saudí, se muestre reticente a enfrentarse a ellos.
En la Cop27, celebrada en Egipto el pasado mes de noviembre, había decenas de representantes de grupos de presión del sector del petróleo y el gas procedentes de EAU, y se cree que los Estados del Golfo con fuertes intereses petrolíferos y gasísticos estuvieron entre los que impidieron un lenguaje más contundente sobre la reducción progresiva de los combustibles fósiles.
“[Al Jaber] está a caballo entre dos mundos. Por un lado, las negociaciones sobre el clima, en las que tenemos que dar un salto de gigante en la reducción de emisiones y la financiación para abandonar los combustibles fósiles; y, por otro, como director de Adnoc”, dice una fuente con experiencia en las negociaciones que no quiere ser identificada. “Emiratos quiere que se les vea como líderes en alimentación, tecnología, adaptación y financiación potencialmente innovadora, pero ¿cómo pueden conseguirlo siendo contaminadores de combustibles fósiles?”.
Algunos activistas de la sociedad civil han pedido a Al Jaber que abandone sus funciones relacionadas con los combustibles fósiles para asumir la presidencia de la Cop28.
Tasneem Essop, directora ejecutiva de Climate Action Network International, afirmó antes de su nombramiento: “[Si Al Jaber es nombrado presidente de la Cop28, será] imperativo que el mundo tenga la seguridad de que renunciará a sus funciones como director general de Adnoc. No puede presidir un proceso encargado de abordar la crisis climática con semejante conflicto de intereses, dirigiendo una industria que es responsable de la propia crisis”.
“Si no dimite de su cargo de director general, las negociaciones de la ONU sobre el cambio climático quedarán en manos de una empresa petrolera nacional y de los grupos de presión de los combustibles fósiles”, dice. “La COP26 en Glasgow contó con la presencia de 500 grupos de presión de combustibles fósiles, la COP en Egipto vio un aumento del 25% y la COP28 ahora parece dar vía libre a actores con intereses determinados que utilizarán las conversaciones sobre el clima para seguir socavando cualquier progreso en acción climática. Como sociedad civil [exigiremos] que Al Jaber haga lo correcto y se aparte o dimita”, añade.
Al Jaber, de 49 años, ha estudiado en Estados Unidos y Reino Unido. Aunque ayudó a crear Masdar en 2006, invirtiendo mucho en energía solar, su papel como director ejecutivo del grupo de la compañía petrolera nacional significa que también es responsable de que Emiratos obtenga el máximo dinero posible de su producción de petróleo.
En una entrevista concedida al diario National del Golfo el pasado mes de septiembre, antes de la Cop27, Al Jaber defendió la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles, pero señaló que el petróleo y el gas seguirían siendo necesarios durante algunos años.
“Los responsables políticos empiezan a comprender que la transición energética no se hará con un simple interruptor”, declaró en la entrevista. “Hay que mantener el sistema actual, mientras el mundo siga dependiendo de él, y reducir sus emisiones, al tiempo que se impulsa la inversión en nuevas energías. Una acción climática innovadora que implique la rápida adopción de energías renovables y otras fuentes bajas en carbono tiene el potencial de proporcionar una seguridad energética duradera. Pero aún no hemos llegado a ese punto”.
Emiratos Árabes ha intentado presentarse como un productor de petróleo modernizador que mejora la eficiencia de sus métodos de producción e invierte en energías renovables. Sin embargo, muchos se preguntan si incluso una economía petrolera innovadora puede enarbolar la bandera de la rápida eliminación de los combustibles fósiles necesaria para mantenerse dentro del objetivo de los 1,5 grados. Un objetivo que cada vez es más difícil.