Un sondeo elaborado por la estadounidense Gallup concluye que más de la mitad de los jóvenes venezolanos quieren irse de su país de forma permanente después de que la escasez de comida, la violencia y la crisis política alcanzaran nuevos extremos en 2017.
La economía del que fuera el país más rico de América Latina está en una situación de colapso mientras intenta combatir una hiperinflación sin parangón en todo el mundo. El FMI proyecta que la inflación en Venezuela alcanzará este año el 13.000% y que la economía caerá un 15%.
Para los venezolanos de entre 15 y 29 años, la crisis ha llegado a un punto en que han perdido toda confianza en su país, según el sondeo, al que the Guardian ha tenido acceso exclusivo. El 53% de los jóvenes quiere emigrar de su país de forma permanente.
Una de las consecuencias más dolorosas de la crisis actual es el hambre. En 2015, cuando la inflación y la escasez de comida estaban por debajo de los niveles actuales, casi el 45% de los venezolanos afirmó que en ocasiones no podía comprar comida. En este estudio más reciente, esa cifra se elevó al 79%, una de las más altas del mundo.
Óscar Domínguez, de 27 años, es uno de los millones de venezolanos que sueñan con una vida fuera de su país. La única razón por la que todavía está en Venezuela es que está ahorrando para pagarse el billete de avión. “Me quiero marchar porque nuestros salarios no nos permiten sobrevivir”, asegura.
El desencanto le llegó con rapidez. En 2016, Domínguez era tan optimista con la situación de Venezuela que invirtió en una tienda de comida, pero un año después la tienda tuvo que cerrar. “El precio de la comida aumentó muchísimo y era imposible mantener el negocio”, afirma. “Acabé endeudándome intentando salvar la tienda”.
Domínguez descartó emigrar a Australia por los estrictos requisitos para obtener el visado. En su lugar, ha decidido seguir a sus amigos rumbo a Chile, un destino que según Gallup es el tercer país más popular entre los emigrantes venezolanos.
La vecina Colombia es el destino más elegido para comenzar una nueva vida dado que es accesible para los venezolanos que no pueden pagar un billete de avión. La ola migratoria hacia Colombia y Brasil ha sido tan grande que ambos países han endurecido los controles fronterizos.
Los venezolanos de más de 30 años también se sienten desolados respecto a su futuro, pero no están tan dispuestos a marcharse de su país. Un tercio de los venezolanos entre 30 y 54 años quiere emigrar, pero menos de un cuarto de aquellos mayores de 55 años quiere abandonar su país.
Norma Gutiérrez, una radióloga del este de Caracas, es una de esas personas mayores que quiere emigrar. La escasez de recursos en el hospital donde trabaja le deprime y dice que al menos una vez a la semana piensa en marcharse del país.
Ya no le quedan muchos amigos ni familiares en Venezuela. Su hijo mayor emigró hace cuatro años a Estados Unidos y su hermano vive en Francia. Lo que la retiene en Venezuela es su hija menor, que está intentando graduarse en Medicina.
“Quiero marcharme porque no tengo calidad de vida”, apunta. “Con esta hiperinflación, mi salario no me alcanza para vivir con dignidad”, añade.
Desde 2013, tras la muerte del carismático presidente Hugo Chávez, el número de venezolanos que quiere emigrar no para de aumentar. Antes, la cifra se había mantenido estable durante años, con poco más del 10% de los ciudadanos con deseos de marcharse.
Gallup asegura que las cifras de este último sondeo son las más altas de la región en la última década. Hasta 2014, no más del 15% de los venezolanos expresaba deseo de abandonar su país y vivir en otro sitio.
“Lamentablemente, no parece que esta tendencia se revierta en el corto plazo. Mientras el Gobierno convoca elecciones, la hiperinflación sigue aumentando y la escasez de comida se extiende por todo el país, es difícil imaginar que el deseo de los venezolanos de marcharse del país vaya a disminuir pronto”, afirma Johanna Godoy, directora regional de Gallup World Poll para América Latina.