En Corea del Norte no se puede acceder a Netflix y puedes terminar en la cárcel si te atrapan viendo una serie surcoreana. Sin embargo, eso no ha impedido que los portavoces del régimen totalitario opinen sobre El juego del calamar, la exitosa serie surcoreana en la que personas endeudadas participan en juegos infantiles para tener la oportunidad de ganar dinero y son asesinadas si pierden.
Hace unas semanas, un portal de propaganda norcoreano, Arirang Meari, opinó que El juego del calamar refleja la “triste realidad de la bestial sociedad surcoreana”, donde “la corrupción y los sinvergüenzas inmorales son algo habitual”. Añadió que este éxito mundial, que es la serie más popular de Netflix hasta la fecha, ilustra “la realidad de vivir en un mundo en el que las personas son juzgadas solo por el dinero”.
Enhorabuena a los críticos de Arirang Meari por entender el no tan sutil mensaje de El juego del calamar: el capitalismo desbocado es malo. Por desgracia, no estoy segura de que a los directivos de Netflix les moleste especialmente. Están demasiado ocupados en amasar todo el dinero que la serie les ha hecho ganar. Resulta que una crítica mordaz al capitalismo puede contribuir a que Netflix se convierta en una empresa valorada en un billón de dólares.
Subida de acciones
Según Bloomberg, desde su lanzamiento a mediados de septiembre, El juego del calamar ha aumentado el valor de mercado de las acciones de Netflix en más de 16.000 millones de euros. También ha generado 773 millones de euros en “valor de impacto”, que es una métrica que Netflix utiliza para evaluar el rendimiento de cada programa.
La plataforma de streaming está tratando sin ruborizarse de exprimir hasta el último centavo que pueda de la serie: hasta hay sudaderas con capucha de El juego del calamar a la venta en su tienda en Internet.
Netflix no es la única empresa que aprovecha el éxito de El juego del calamar. Los grandes almacenes Walmart, al igual que casi todas las empresas de “moda rápida”, está vendiendo productos inspirados en El juego del calamar. Mientras tanto, el YouTuber y multimillonario conocido como Mr. Beast ha anunciado que va a “recrear El juego del calamar en la vida real”. Está vendiendo sudaderas con capucha con su marca para recaudar los 1,7 millones de euros que, según estima, costará la recreación.
Puede que la serie sea una crítica al capitalismo, pero su constante mercantilización es un deprimente recordatorio de que el capitalismo siempre gana.
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Arwa Mahdawi es columnista de 'The Guardian'.
Traducción de Julián Cnochaert.