Kiev denuncia que los drones asesinos que utiliza Rusia llevan decenas de componentes fabricados en Europa

Daniel Boffey

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Los drones iraníes empleados en los últimos ataques contra ciudades ucranianas están repletos de componentes europeos, según refleja un documento secreto que Kiev envió a sus aliados occidentales y en el que solicitó misiles de largo alcance para atacar los centros de producción de estos drones en Rusia, Irán y Siria.

Entregado en agosto por Kiev a los gobiernos del G7, el documento de 47 páginas sostiene que en el trimestre anterior se habían producido más de 600 incursiones en ciudades ucranianas con vehículos aéreos no tripulados [UAV, por sus siglas en inglés] y en los que había tecnología occidental.

De acuerdo con el documento, al que ha tenido acceso el periódico The Guardian, 52 componentes electrónicos del dron Shahed-131 han sido fabricados por empresas occidentales. El número asciende a 57 en el caso del dron Shahed-136, con una autonomía de 2.000 kilómetros y 180 kilómetros por hora como velocidad crucero.

Entre los fabricantes de los componentes identificados figuran cinco empresas europeas, entre ellas la filial polaca de una multinacional británica. “Entre los fabricantes hay empresas con sede en países de la coalición de [naciones que impusieron] sanciones: Estados Unidos, Suiza, Países Bajos, Alemania, Canadá, Japón y Polonia”, sostiene el documento.

Irán ha diversificado su producción usando una fábrica en Siria desde la que suministra al puerto ruso de Novorossiysk, dice el documento. Pero la producción de aviones no tripulados se está trasladando a Yelábuga, una localidad tártara en el centro de Rusia. Aunque Teherán sigue entregando componentes, el Gobierno iraní “no puede hacer frente a la demanda rusa y a la intensidad de su uso en Ucrania”, dice el documento, y está tratando de “desvincularse del suministro de armas a Rusia”.

Entre las propuestas de acción que Ucrania lleva a los aliados occidentales, probablemente rechazadas, figuran el ataque “con misiles contra las plantas de producción en Irán y Siria de estos vehículos aéreos no tripulados, así como contra un posible centro de producción en la Federación Rusa”.

“Lo anterior puede ser llevado a cabo por las fuerzas de defensa ucranianas si los socios proporcionan los necesarios medios de destrucción”, sostiene el documento.

En ningún momento el texto sugiere que las empresas occidentales cuyas piezas fueron identificadas dentro de los drones hayan cometido un delito. “La producción iraní de UAVs se ha adaptado y utiliza en su mayor parte componentes disponibles comercialmente, cuyo suministro está poco controlado o nada controlado”, sostiene el documento.

La Comisión Europea ha señalado que podría prohibir la venta de determinados componentes a Turquía y a otros países desde donde Irán y Rusia obtienen accesorios para sus drones u otras armas utilizadas en la invasión de Ucrania.

“Si los esfuerzos diplomáticos son insuficientes o no hay voluntad, la única opción que queda es parar la exportación a esos países de los productos específicos que más preocupan”, ha señalado un portavoz de la institución comunitaria.

Según el informe ucraniano, los datos de aduanas indican que “casi todas las importaciones a Irán llegan desde Turquía, India, Kazajstán, Uzbekistán, Vietnam y Costa Rica”.

En opinión de Bart Groothuis, eurodiputado y miembro de la subcomisión de Defensa y Seguridad del Parlamento Europeo, ha faltado coordinación entre los servicios de espionaje de la Unión Europea (UE) para atajar el uso indebido de componentes occidentales. “Creo que muchos servicios de espionaje europeos ni siquiera están estudiando las sanciones”, dice.

Titulado “Muertes por bombardeo: informe sobre los UAV Shahed-136/131”, el documento del Gobierno ucraniano es el análisis más actualizado que hay hasta el momento de los planes de producción de drones y las tácticas cambiantes de Rusia desde el 13 de septiembre de 2022, fecha en que se registró el primer uso de drones Shahed en la ciudad de Kúpiansk (región de Járkov). Entre otras cosas, se dice lo siguiente:

  • La pausa en los ataques que comenzó el 17 de noviembre y terminó el 7 de diciembre se debió “posiblemente a la adaptación al invierno ucraniano de drones diseñados para un clima cálido”, y esto “podría implicar una mayor cooperación entre Irán y Rusia en la producción y modernización de los Shahed 136/131”.
  • Irán entrega los UAV Shahed 136/131 a Rusia por el mar Caspio. “Desde Teherán, los drones llegan al puerto iraní de Amirabad, desde donde se envían a la ciudad portuaria rusa de Makhachkala”.
  • En los componentes electrónicos de los drones usados contra Ucrania en los últimos meses las marcas habían sido borradas “posiblemente con el uso de un láser”. Las fuerzas rusas han empezado a usar los nombres Geranium-1 y Geranium-2 para los drones, lo que “probablemente forme parte de un acuerdo entre Irán y Rusia para ocultar el papel de Irán”.
  • A principios de julio, las fuerzas ucranianas derribaron un nuevo modelo de Shahed-136. Marcado como “Y002”, “puede haber sido ensamblado en una nueva planta de producción en Rusia” y las alas tienen una forma diferente, algo que “también puede indicar que se esté fabricando en un nuevo lugar”.
  • Irán y Rusia “ya están trabajando en un motor nuevo para el Shahed-136 que debería darle más velocidad y autonomía”.

En los drones derribados se han identificado muchos componentes fabricados por empresas occidentales, de acuerdo con el informe presentado a los miembros del G7 (Francia, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Japón, Italia, Canadá, y la UE).

El documento afirma que en un Shahed-136 se ha descubierto un microcontrolador con memoria flash incorporada y regulador de caída de muy bajo voltaje y con inhibidor fabricado por la empresa suiza STMicroelectronics, así como una bomba de combustible fabricada en Polonia por la alemana Ti Automotive Gmbh (su matriz es la multinacional británica TI Fluid Systems).

En un Shahed-136 también han detectado el circuito integrado de un controlador de búfer de red y de un transistor fabricados por International Rectifier, filial de la alemana Infineon Technologies AG.

La multinacional británica TI Fluid Systems no ha respondido a las peticiones de The Guardian. Sus equipos se pueden adquirir libremente en tiendas minoristas de toda Europa y en otras ocasiones la empresa ya ha comunicado que no vende en Irán.

“Trabajamos con más de 200.000 clientes y con miles de socios por todo el mundo. No autorizamos ni aprobamos el uso de nuestros productos fuera de su finalidad prevista”, dice un portavoz de la suiza STMicroelectronics. “Contamos con un programa global de cumplimiento de normas comerciales para cumplir con todas las normas y regulaciones de comercio internacional. Contamos con un programa interno para cumplir con los controles de exportaciones que incluye la capacitación y los procedimientos necesarios para garantizar que se cumplen las diversas normativas de control de exportaciones. Como parte de ese programa, damos directrices a nuestros canales de venta para asegurarnos de que todas las partes de nuestra cadena de suministro comprenden la responsabilidad que tienen en cumplir las leyes y normativas vigentes.”

En la alemana Infineon, un portavoz sostiene que no venden componentes a Irán y que en marzo de 2022 habían liquidado todas sus operaciones en Rusia. “El cumplimiento de las leyes vigentes es de suma importancia para Infineon y hemos establecido políticas y procesos consistentes para cumplir con estas leyes. Capacitamos a nuestros clientes, también a los distribuidores, para que solo realicen ventas coherentes con las normas vigentes”, dice. “Resulta difícil controlar las ventas durante toda la vida útil de un producto. Aun así, hemos tomado todas las medidas a nuestro alcance para garantizar el cumplimiento de las sanciones contra Rusia con el objetivo de cumplir no solo con la letra, sino también con el espíritu de las sanciones.”

En el Shahed-131 los expertos ucranianos han identificado un circuito integrado y un transistor de potencia fabricados por International Rectifier, así como un microprocesador y un circuito integrado de gestión de energía, personalizable y de 14 canales, fabricados por la empresa neerlandesa NXP Semiconductor.

También han encontrado un microcontrolador de 32 bits, un procesador de 32 bits, un microcontrolador de memoria flash integrada y un regulador de caída de muy bajo voltaje y con inhibidor fabricado por STMicroelectronics, así como un chip de seguimiento GPS desarrollado por la empresa suiza U-blox.

“U-blox condena enérgicamente la invasión rusa de Ucrania. Independientemente del uso previsto, U-blox interrumpió todas sus ventas en Rusia, Bielorrusia y los territorios ocupados por el ejército ruso en Ucrania inmediatamente después de que Rusia invadiera Ucrania en febrero de 2022. U-blox también ha decidido recientemente interrumpir sus ventas en los países miembros de la Unión Económica Euroasiática (una zona de libre comercio con Rusia)”, dice un portavoz de U-blox. “U-blox aplica desde 2002 una estricta política de empresa para que sus productos no sean utilizados en armas o sistemas de armamento, incluidos los sistemas de identificación de objetivos”.

Un portavoz de la neerlandesa NXP Semiconductor dice que están buscando maneras de evitar el uso indebido de su tecnología. “No toleramos que nuestros productos se usen en armas rusas o iraníes, ni de ninguna otra manera para la que nuestros productos no hayan sido diseñados o autorizados”, dice. “Seguimos cumpliendo con las leyes sobre control de exportaciones y sanciones en los países en los que operamos y no apoyamos ningún negocio con Rusia, Bielorrusia ni con otros países sancionados, incluido Irán. En lo referido a este asunto, nuestro equipo está en contacto permanente con reguladores de todo el mundo a la vez que seguimos explorando nuevas medidas para ayudar a neutralizar el desvío ilegal de los chips”.

Traducción de Francisco de Zárate