La liberación de una líder sindical corrupta deja en evidencia a Peña Nieto en México

David Agren

Ciudad de México —

Elba Esther Gordillo, la líder del sindicato de profesores de México, fue detenida en 2013 cuando salía de un jet privado que acababa de llegar de California. Conocida simplemente como 'la maestra', Gordillo era famosa por sus numerosas cirugías plásticas, su espectacular riqueza y su dominio político implacable.

Se le acusó de malversar cerca de dos millones de dólares del sindicato para financiar casas de lujo en San Diego y por sus compras compulsivas en los grandes almacenes Neiman Marcus. Al poco de descubrirse, fue encarcelada.

En ese momento, la caída en picado de Gordillo se entendió como una prueba de que el nuevo presidente, Enrique Peña Nieto, se tomaba en serio la lucha contra la corrupción. También se abrió el camino para que se llevasen a cabo reformas educativas a las que se había opuesto de manera férrea el sindicato.

Cinco años después, Gordillo ha vuelto a aparecer a la escena pública y, en esta ocasión, parece preparada para ayudar precisamente a Peña Nieto, cuyo Partido Revolucionario Institucional (PRI) se ve superado en las encuestas de cara a las elecciones presidenciales que se celebrarán en julio de 2018.

Gordillo, que ha negado todas las acusaciones, fue liberada de prisión la semana pasada y trasladada a su elegante ático de la capital en el barrio de Polanco. Ese mismo día, el PRI forjó un acuerdo electoral con Nueva Alianza (Panal), un pequeño partido político que controlado por Gordillo y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

El candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade, dijo que la puesta en libertad de Gordillo “no tiene nada que ver con asuntos políticos”, mientras que el gobierno dijo que está comprometido en impulsar reformas educativas que someterán a los profesores a evaluaciones y que combatirán enérgicamente la corrupción dentro del sistema escolar.

Pero el momento de la liberación ha hecho que se levanten las sospechas en un país en el que la política y la justicia a menudo van en  direcciones diferentes.

Gordillo, de 72 años, reúne las condiciones necesarias para estar bajo arresto domiciliario durante dos años más, pero hasta hace poco la fiscalía había hecho lo posible por mantenerla en prisión, aunque 'la maestra' no había sido condenada por ningún delito.

Para muchos, el caso define a la Administración de Peña Nieto, que comenzó con discursos decididos en favor de reformas estructurales y renovación, pero que se ha visto inmersa en acusaciones de corrupción, grandes apuros financieros y una escalada de delincuencia.

¿Un golpe real contra la corrupción?

Peña Nieto no puede presentarse a la reelección y la trascendental reforma educativa todavía no se ha aplicado por completo. Por el contrario, los intereses arraigados que el PRI había prometido dejar al margen siguen siendo asombrosamente resistentes y políticamente eficaces.

“Así empezó el sexenio (el mandato de Peña Nieto: el arresto se presumía como el gran golpe a la Corrupción. El gran golpe de autoridad. La mano dura”, tuiteó Max Kaiser, el director de investigaciones contra la corrupción del think tank Instituto Mexicano para la Competitividad. “Así acaba el sexenio: era puro show, pura grilla. No hubo mano dura, todo lo contrario. La IMPUNIDAD (en mayúsculas en el original) fue la marca del sexenio, que acaba de manera grotesca”.

La liberación de Gordillo de nuevo ha puesto de relieve el peso político que tienen los profesores mexicanos, que frecuentemente asumen un rol de autoridad en regiones lejanas y ejercen una fuerte influencia en época electoral.

“Cuando los colegios electorales están en escuelas públicas, son los profesores los que los dirigen. Y hay una prima: unos pocos puntos extra” [a favor del partido que apoyan], explica Federico Estévez, profesor de Ciencias Políticas en el Instituto Tecnológico Autónomo de México.

Tradicionalmente, los maestros mexicanos han apoyado al PRI, que gobernó ininterrumpidamente hasta el año 2000 y que volvió al poder en 2012. Después de que el país pasase de un gobierno de un solo partido en el año 2000, el sindicato protegió sus apuestas, gestando alianzas con otros partidos y creando Panal para proteger sus intereses.

Sigue sin estar del todo claro cuánta influencia conserva Gordillo sobre los maestros. La cúpula de Panal asegura que ellos han seguido adelante sin ella.

Algunos expertos dicen que el encarcelamiento de Gordillo tuvo mucho que ver con el realineamiento del sindicato con el PRI, que la expulsó a mediados de los 2000 por llegar a acuerdos con el entonces presidente Vicente Fox, del Partido Acción Nacional.

“Fue promiscuidad política. El sindicato se metió en la cama con cualquier partido que estuviera en el poder”, asegura Ilán Semo, un historiador de la Universidad Iberoamericana. “La metieron en la cárcel para dejar claro que lo que había hecho no se iba a tolerar más”.

Traducido por Cristina Armunia Berges