Un informe recomienda contratar en las mezquitas británicas a imanes nacidos en Reino Unido

Harriet Sherwood

Un informe reciente recomienda a las mezquitas británicas contratar a imanes nacidos en Reino Unido, ya que considera que están mejor preparados que los imanes extranjeros a la hora de entender los desafíos de las comunidades musulmanas en ese país.

El informe Musulmanes Perdidos: liberando el potencial de los musulmanes británicos para beneficio de todos es el resultado de una investigación de 18 meses llevada a cabo por el grupo de activistas Citizens UK y dirigida por el exfiscal general Dominic Grieve. La tarea principal de la investigación ha sido analizar cómo podría mejorar la participación de los musulmanes en la vida pública y comunitaria.

El informe describe el vínculo entre el Gobierno y las comunidades musulmanas como “una relación rota que se tiene que recomponer y ambos lados deben ser proactivos en esta tarea”. El informe, de 76 páginas de extensión, se publicó el pasado lunes y afirma que “las experiencias de los musulmanes británicos son más diversas de lo que se suele suponer”.

Entre las recomendaciones, se pide a las mezquitas que revisen sus estructuras de gestión y el nombramiento de los imanes. “Los comités de dirección de algunas mezquitas en Reino Unido necesitan entender mejor la vida británica moderna y actuar en consecuencia”, asegura.

“Es muy importante que se dé prioridad a los imanes nacidos en el Reino Unido, que entienden la cultura británica y hablan bien el inglés, sobre alternativas extranjeras”.

Se recomienda que el nombramiento de imanes y otros puestos educativos se haga mediante procesos transparentes y que se cumpla con todos los requisitos legales. Las mezquitas deberían “invertir en imanes nacidos en Reino Unido, a quienes se debe pagar un salario decente proveniente de las arcas de las instituciones musulmanas en Reino Unido. Estos deben tener cualidades pastorales para poder hacer frente a los desafíos que atañen a los británicos musulmanes”.

El informe sugiere además que las universidades podrían ofrecer seminarios que acrediten la formación educativa de los imanes. El documento afirma también que el discurso público a menudo trata a los musulmanes como un grupo en desventaja o como una “amenaza interna”. “Fomentar la presencia de los musulmanes en la vida pública y su contribución a ella podría ayudar a reducir la percepción de una creciente polarización en la sociedad británica”.

Durante las más de 500 horas de reuniones de la comisión con organizaciones musulmanas de todo el país, universidades, escuelas, departamentos de policía y autoridades locales se habló a menudo del impacto del programa gubernamental Prevenir. Reconociendo que una de las preocupaciones principales es encontrar una forma efectiva de combatir al extremismo y la radicalización, el informe asegura: “Este objetivo se lograría mejor con un programa que genere más confianza, especialmente en las comunidades musulmanas del país”.

“Es necesario que se debata dentro de las comunidades musulmanas cuáles son las visiones aceptables, y cuáles no lo son, para la ‘mayoría’ musulmana. Sin embargo, cuando estas visiones son impuestas desde fuera de la comunidad, no sólo no ayudan, sino que suelen tener un efecto contraproducente. Existe una fuerte sensación de que los musulmanes, como comunidad, y el islam como religión, son tratados de forma injusta. Esto genera un sentimiento de alienación que socava el objetivo común de crear una sociedad unida y fuerte”, añade.

El Gobierno debería “estar preparado para trabajar con visiones con las que no concuerda y ponerlas en discusión a través del diálogo”.

Se recomienda que el Gobierno adopte una definición del prejuicio antimusulmán, que debe tener “amplio consenso sobre los límites del odio y el prejuicio, y debe nutrirse de la definición de antisemitismo que el Gobierno adoptó en 2016”.

La comisión concluyó que la falta de integración entre los musulmanes y la mayoría de la población británica blanca se hace más evidente en las zonas con mayores dificultades económicas, “lo cual indica que es necesario trabajar las barreras sistémicas como la falta de oportunidades económicas y la discriminación”.

La integración de las mujeres

“Contrariamente a la percepción popular de que hay ‘falta de integración’ de las comunidades musulmanas, la comisión encontró abundante trabajo comunitario positivo por parte de los británicos musulmanes (así como por parte de otros grupos) a nivel local, en los campos religioso y étnico”, señala el informe.

Las mujeres musulmanas enfrentan barreras especialmente complejas a la hora de encontrar empleo, “además de presiones culturales que algunas sienten desde dentro de sus comunidades”. Pero, añade, “la resistencia a incrementar la participación de las mujeres es cultural, no religiosa. Lo que está claro es que hay muchísimas mujeres talentosas que podrían hacer grandes contribuciones tanto a Reino Unido como a sus propias comunidades, si sólo se eliminaran las barreras que las detienen.”

El informe sugiere que las asociaciones musulmanas presenten normas voluntarias para las mezquitas y los centros islámicos. Deberían discutirse cuestiones de gestión y de igualdad en el acceso a oportunidades para jóvenes y mujeres.

El informe concluye que las comunidades musulmanas deben trabajar más para erradicar el prejuicio hacia otras comunidades, como por ejemplo el antisemitismo, la persecución de cristianos y de otras ramas del islam.

En la presentación del informe, Grieve dijo que hay “un escepticismo significativo en toda la sociedad británica respecto a la integración, o incluso a la lealtad patriótica, de los ciudadanos británicos musulmanes. A su vez, los británicos musulmanes tienen opiniones divergentes sobre hasta qué punto están en una situación de igualdad o si tienen igual acceso a oportunidades en Reino Unido.

“Esta dinámica genera el riesgo de una espiral descendente de desconfianza mutua e incomprensión, lo cual hace aún más necesaria la toma de medidas para romper las barreras y unir a los ciudadanos”, indica. La comisión ha estado copresidida por Jenny Watson, exdirectora de la Comisión por la Igualdad de Oportunidades y de la Comisión Electoral.

Traducido por Lucía Balducci