De 57 millones de dólares a 309: la hija del expresidente de Angola vació en un día las cuentas de la petrolera estatal

David Pegg

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Las transferencias comenzaron el 16 de noviembre de 2017, con un giro de 38 millones de dólares a una cuenta bancaria de Dubái. Poco después salió otra transferencia, esta vez de 15 millones de dólares, a la que siguió una tercera por 4 millones de dólares. La cuenta bancaria de Sonangol, la petrolera estatal de Angola, había comenzado el día con 57 millones de dólares. Cuando cayó la tarde, sólo quedaban 309 dólares.

Los pagos registrados en la cuenta bancaria de Sonangol y en un informe interno de la petrolera están en el centro de una investigación del Gobierno de Angola sobre Isabel dos Santos. Según Dos Santos, que a sus 46 años es la mujer más rica de África, el Gobierno angoleño está mostrando una versión muy parcial de los documentos, llegando incluso a inventarlos, solo para atacarla. “Hoy me enfrento a acusaciones que son completamente falsas, estas acusaciones no tienen absolutamente ningún fundamento y su motivación es completamente política”, ha afirmado a la BBC.

La investigación se centra en su gestión al frente de Sonangol durante los años 2016 y 2017, y a los acontecimientos que tuvieron lugar en los días previos a su despido. Con explotación exclusiva de Sonangol, Angola es el segundo mayor productor de petróleo de África. Para complementar su negocio principal, la petrolera estatal también tiene inversiones en helicópteros, propiedades y telecomunicaciones, entre otros sectores. En 2018, su facturación fue de 18.000 millones de dólares.

Pero en 2015 Sonangol estaba en crisis. La caída del precio del petróleo y años de incompetencia estaban dejando a la empresa sin ingresos. Una quiebra de Sonangol habría significado entonces una catástrofe para Angola, donde el petróleo es la piedra angular de la economía nacional, con un tercio del PIB y el 90% de las exportaciones.

El Gobierno tomó medidas drásticas. El entonces presidente, José Eduardo dos Santos, creó por decretó un comité para reestructurar al sector petrolero angoleño con la participación de Wise Intelligence Solutions, una empresa de Malta encargada de coordinar a los consultores que asesoraron sobre las reformas.

La propietaria de Wise Intelligence Solutions era Isabel dos Santos, hija del presidente y sin experiencia en la industria petrolera. Según ella, fue seleccionada por su amplia experiencia empresarial: “Querían tener la visión de alguien que viniese del sector privado, que mirara a una empresa estatal con la perspectiva del sector privado”.

Seis meses después, Isabel dos Santos ganó aún más influencia en las reformas. De nuevo por decreto del presidente de Angola, la nombraron presidenta de Sonangol con el objetivo de supervisar los cambios.

Dos Santos dijo que su experiencia en el primer contrato la convertía en la elección natural. “Una vez que terminamos, tuvieron dificultades para reclutar a un equipo que realmente pudiera seguir adelante y ponerlo en práctica [la reforma], y me invitaron a entrar y a dirigir Sonangol”.

En la explicación de Dos Santos, el siguiente año y medio lo pasó dedicándose a salvar Sonangol. “Trabajábamos desde las nueve de la mañana hasta las diez de la noche”, ha señalado en la entrevista. “Nueve meses de ese tiempo los pasé embarazada, mi hijo nació el 31 de julio y el 27 de julio yo estaba en una reunión de la junta directiva, la gente me decía: ‘¿No tendrías que ir al hospital?’”.

Pero el actual Gobierno del país está investigando unos documentos oficiales que describen acontecimientos producidos en las semanas anteriores al despido de dos Santos por João Lourenço, el sucesor de su padre en la presidencia de Angola.

El 7 de noviembre de 2017 el jefe de la filial londinense de Sonangol fue despedido. Un día después, una circular de la empresa firmada por Dos Santos anunciaba que una mujer llamada Maria Rodrigues la sustituiría. La fecha de la circular era el 30 de agosto de 2017.

Según un informe interno de la petrolera, en un plazo de 48 horas Rodrigues contrató para la subsidiaria británica de Sonangol un servicio de consultoría ofrecido por Matter Business Solutions, una empresa de Dubái. En representación de Matter firmaba el 10 de noviembre una mujer llamada Paula Oliveira. Por ese contrato, y de acuerdo con la investigación de la empresa, salieron seis días después los millones de dólares de la cuenta bancaria de Sonangol.

Entrevistada por un periodista del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), Rodrigues ha dicho este mes que recordaba haber firmado un documento, porque así se lo habían pedido, antes de que un abogado de Sonangol le comunicara que no tenía autoridad para actuar en nombre de la empresa. Rodrigues también dijo no tener conocimiento de lo que estaba firmando y no saber nada de Oliveira.

Según los abogados de Dos Santos, la decisión de sustituir a la persona responsable de la filial londinense se tomó el 30 de agosto de 2017 aunque “el anuncio público del nombramiento fue pospuesto”. También calificaron de “incorrecta” la afirmación de que Rodrigues no tenía autoridad para firmar documentos.

De nacionalidad portuguesa, Oliveira es especialista en recursos humanos y socia en una empresa de consultoría. Aparentemente también es amiga íntima de Isabel dos Santos. Se las puede ver juntas en publicaciones de Instagram, sonriendo con amigos comunes y como copropietarias de un restaurante y un call center en Luanda, la capital de Angola.

Oliveira figura como la accionista de Matter en documentos de Dubái obtenidos por el ICIJ. El director es Mário da Silva, que también es el administrador de las empresas de Dos Santos –cuyos activos fueron congelados en diciembre–. La declaración de Oliveira es que siempre ha sido la única propietaria de Matter. Según sus abogados, Matter fue contratada por Sonangol con la aprobación del Gobierno angoleño para dirigir y coordinar la reestructuración de la petrolera.

Los abogados de Oliveira aducen razones comerciales para explicar por qué se mantuvo en secreto su participación en el proyecto. Aunque Oliveira conocía a Dos Santos, dicen los letrados, la idea de que haya actuado en su representación es “sencillamente una imaginación”.

Mário da Silva no ha respondido a los periodistas. La explicación de Oliveira es que lo contrató como director por su experiencia en la gestión de la empresa Wise, de Dos Santos.

Dos Santos ha negado que el objetivo de las transferencias fuera vaciar la cuenta bancaria de Sonangol antes de que la obligaran a dimitir. También, que es absurdo sugerir que sabía la fecha de su propio despido de antemano. “No sabía que sería despedida el 16, o la fecha que fuera, de noviembre”, ha afirmado a la BBC. “No veo el futuro”.

Según Dos Santos, el contrato con Matter fue aprobado por la junta de Sonangol y formaba parte del acuerdo establecido con Wise, su compañía, para coordinar el trabajo de las consultoras externas.

Sus abogados afirman que entre junio y noviembre de 2017 se pagaron muchas facturas, incluyendo esas de noviembre, para saldar cuentas pendientes por el trabajo de los consultores. “Para liquidar las facturas pendientes, entre junio y noviembre de 2017 se empezaron a producir varios pagos y el pago final se produjo el 15 de noviembre de 2017”, han asegurado. También, que los pagos fueron por servicios prestados de acuerdo con un contrato.

Las consultoras contratadas por medio de Matter se han distanciado de Dos Santos. PwC ha comunicado haber terminado todos los trabajos pendientes con ella y McKinsey ha informado que no podrá trabajar con ella hasta que se aclare su posición legal. BCG se ha negado a hablar sobre su asesoría para la reestructuración, aunque se entiende que consideraba al Gobierno angoleño como su cliente y no a dos Santos.

Dos Santos ha negado haber cometido irregularidades y confía en que todas las acusaciones contra ella, incluyendo las que rodean a Sonangol, se terminarán demostrando como falsas. Pero es la sugerencia de que su éxito se debe a la influencia de su padre lo que más le molesta. “Juzgar a una persona por su familia, por un vínculo familiar, eso no es así”, ha indicado a la BBC. “Uno tiene que ser juzgado por su propio trabajo, por sus propios méritos”.

Traducido por Francisco de Zárate