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El Gobierno de Bolsonaro en Brasil declara la guerra a las ONG de medio ambiente

Anna Jean Kaiser

Río de Janeiro —

El nuevo ministro de Medio Ambiente Ricardo Salles ha suspendido durante 90 días todas las alianzas y acuerdos con las ONG. Salles está llevando a cabo “una guerra contra este tipo de organizaciones”, protestan los activistas.

Al anunciar la medida, Salles ha dicho que esta suspensión era para permitir una reevaluación de dichas alianzas, pero las organizaciones civiles creen que se trata de un ataque claro e ilegal contra el medio ambiente y contra las personas que trabajan para protegerlo.

Elegido por el presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro y seleccionado por el grupo de agroindustria, Salles consideraba el calentamiento global como un “asunto secundario” y ha descartado las multas por crímenes ambientales por considerarlas “ideológicas”.

Un grupo de ocho redes de organizaciones ambientales dijo que no había “ninguna justificación” para la medida, que la calificaron de incostitucional, porque los contratos entre Gobierno y las ONG solo pueden ser suspendidas a través de un proceso formal después de que se hayan encontrado irregularidades.

El rotativo O Globo calificó la situación “como una declaración de guerra contra las ONG que se dedican a la conservación”.

Carlos Rittl, director ejecutivo del Observatorio del Clima, sostuvo que dado que los vínculos entre organizaciones y gobiernos están sujetos a largos procesos de aprobación e informes periódicos de su progreso, el ministro ya tiene la información necesaria para hacer las evaluaciones pertinentes.

“El ministro muestra mucho más interés en atacar a las organizaciones que protegen el medio ambiente que en combatir los delitos ambientales”, ha dicho Rittl.

Según datos de final de 2018, la deforestación en Brasil aumentó un 13,7%, el mayor aumento en casi una década. Los indígenas y otros defensores del medio ambiente viven en condiciones precarias en zonas rurales en donde apenas impera la ley. En el año 2017, asesinaron en el país a 46 defensores del medio ambiente.

Muchos proyectos se financian con dinero que viene de fuera de Brasil. Sin embargo, el anuncio de Salles incluyó el Fondo Amazonas, que está administrado por el Banco Nacional de Desarrollo de Brasil y se financia a través de donaciones, en su mayoría de los gobiernos de Noruega y Alemania.

En su campaña Bolsonaro ya dejó claro lo que piensa de las ONG. “Pueden estar seguros de que si llego a la presidencia no habrá dinero para ONG. Esa gente inútil tendrá que ponerse a trabajar”.

Los seguidores de Bolsonaro han celebrado la decisión del ministro escribiendo en Twitter: “Los múltiples gastos con dinero del Gobierno han acabado”; “¡Brillante! Muchas ONG se benefician del dinero público para practicar el activismo político-ideológico”.

Rittl cree que el daño causado por una suspensión de tres meses podría ser irreversible. Él y muchos en la comunidad de protección ambiental ven un panorama muy sombrío en los próximos cuatro años con Bolsonaro. “Están atacando al medio ambiente. Todo indica que la deforestación y los ataques a los indígenas aumentará”.