En un túnel de viento, una herramienta de investigación que permite estudiar y entender el impacto del movimiento del aire sobre objetos sólidos, en el suroeste de Ontario, Canadá, un equipo formado por los mejores expertos en aerodinámica y acústica de puentes del mundo estudia un modelo a escala real de la barandilla del puente Golden Gate de San Francisco. Los expertos han sido contratados para resolver el misterioso problema de un extraño zumbido que desde hace un año emana del emblemático puente y que ha llegado a desquiciar a algunos vecinos.
El sonido, que solo se oye en los días de viento, ha sido comparado con una “armónica fantasmal”, “monjes que cantan” y con un “kazoo sibilante”.
El extraño zumbido se ha convertido en un elemento mítico del paisaje auditivo de San Francisco. Los detectives aficionados han recorrido las calles de la ciudad rastreando el origen del sonido y un productor de música electrónica afirma haberlo mezclado en una banda sonora que recrea el terror existencial. Algunos aficionados lo califican de canción “tranquilizadora”. Para otros es “espeluznante” o “insoportable”. Una mujer simplemente lo ha atribuido a los “extraterrestres”.
“Me puedo imaginar un sonido similar utilizado para torturar a los presos”, ha afirmado uno de los vecinos afectados por el molesto ruido, a través de la aplicación de redes sociales NextDoor. Lo amen o lo odien, el equipo de ingenieros anunciará su estrategia para acabar con el ruido, según ha informado un portavoz.
En junio de 2020, los vecinos empezaron a quejarse del ruido. Poco después, los funcionarios de la entidad que gestiona el puente iniciaron, desconcertados, una investigación. Monitorizaron el sonido e incluso utilizaron instrumentos para medir las vibraciones del zumbido, descubriendo que a menudo emite una frecuencia de 440 hercios, que coincide con la nota musical la. Como indica un usuario de Nextdoor, se podría utilizar para “afinar el oboe”.
Más resistente a fuertes vientos
Los expertos han concluido que el zumbido se produce cuando los fuertes vientos de la ciudad golpean un conjunto de lamas de la barandilla del puente recién instaladas desde un ángulo ligeramente desviado, ya sea ligeramente al norte o al sur de los vientos habituales del oeste.
“Después de estudiar exhaustivamente este fenómeno, hemos concluido que el sonido procede de las nuevas barandillas que hemos instalado en el lado oeste, que son más aerodinámicas”, afirma el portavoz de la entidad que gestiona el puente, Paolo Cosulich-Schwartz.
“Esta instalación forma parte de una remodelación del Golden Gate pensada para proteger el puente para las generaciones futuras permitiéndole soportar vientos fuertes sostenidos de hasta 160 kilómetros por hora”. En este sentido, explica que las nuevas barandillas son más delgadas que las instaladas en el lado oeste. De hecho, se instalaron para evitar que el puente tuviera el mismo final que el malogrado puente de Tacoma Narrows, en Washington, que empezó a oscilar violentamente con el viento y se derrumbó en 1940, poco después de su construcción. Ese tramo, apodado “Gallopin' Gertie”, se ha convertido en una clásica lección de escuela de ingeniería sobre cómo no construir un puente.
“Así que este era un proyecto obligado”, señala Cosulich-Schwartz, del distrito de autopistas y tránsito del Golden Gate, para justificar la reforma de adaptación a la resistencia al viento del año pasado, cuyo coste asciende a 10 millones de euros. “Con los impactos del cambio climático, que llevan a fenómenos meteorológicos más severos, era aún más urgente completarlo cuanto antes”.
Un estudio hecho por la agencia en 2013 demostró que la velocidad máxima sostenida del viento para la que se construyó el puente era de 111 kilómetros por hora. En sus 84 años de historia, ya se ha cerrado brevemente tres veces por vientos de entre 111 y 120 km/h en 1951, 1982 y 1983. En ninguno de los tres casos sufrió daños.
Así que los ingenieros del puente pensaron que los nuevos listones más finos permitirían al puente soportar vientos sostenidos de 160 kilómetros por hora, lo que el estudio estimó que solo ocurriría cada 10.000 años. Solo que no predijeron que los listones crearían tal cacofonía en años normales.
Warren Blier, un veterano científico del Servicio Meteorológico Nacional, afirma que los vientos sostenidos de 160 kilómetros por hora solo se producirían en caso de tornado, huracán o tormenta tropical. Y nunca se ha sabido ni se ha previsto el paso de ninguno de ellos cerca de San Francisco. “Me parece muy poco probable”, afirma Blier, que reconoce que su trabajo consiste normalmente en predecir el tiempo con siete días de antelación, no para los próximos 10.000 años. “En la historia del estado, ningún huracán ha llegado a la costa del norte de California”.
No todos quieren que el ruido desaparezca
Mientras tanto, los ingenieros de puentes están decididos a encontrar una solución para el zumbido. En la ingeniería RWDI, a una hora al oeste de Toronto, se ha construido un modelo a tamaño real de una sección de 3 metros de la nueva barandilla en un túnel de viento del tamaño de una sala de conferencias de un centro de convenciones. Los ingenieros lo están sometiendo a ráfagas de varias velocidades de viento y probando modificaciones para ver si pueden silenciar el zumbido. La misma empresa probó una maqueta de todo el puente en una fase anterior, pero al parecer nadie se dio cuenta de que el zumbido sería un problema tan grave.
“Compartiremos más información sobre una posible solución este verano”, ha avanzado Cosulich-Schwartz. “Comprendemos que a algunos vecinos el sonido les resulte molesto. Queremos ser buenos vecinos. Así que esperamos calmar los oídos de los residentes con una solución”.
Pero, en esta famosa ciudad llena de opiniones, no todo el mundo quiere que el zumbido desaparezca. Un bloguero local ha elaborado una lista de reproducción de sonidos ambientales del Golden Gate para ayudar a sus oyentes en esas noches de insomnio en las que falta el sonido.
“Me gusta el sonido”, afirma Brianne Howell, residente en el oeste de San Francisco, que grabó un vídeo con el zumbido del puente en uno de sus habituales paseos por la costa. “Me recuerda al sonido espeluznante de una película cuando va a ocurrir algo escalofriante. Creo que es un poco triste acabar con él”.
Traducido por Emma Reverter.