Las protestas 'Occupy ICE' se han extendido por todo Estados Unidos. Desde esta semana, las ciudades de San Francisco y Filadelfia también cuentan con campamentos situados frente a la sede del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Las manifestaciones contra el ICE han aumentado a medida que los activistas progresistas y algunos demócratas han hecho campaña para que se suprima la agencia federal encargada de poner en práctica la agenda xenófoba de la Administración de Trump y la muy criticada maquinaria de deportaciones de EEUU.
“Estaremos aquí todo lo que podamos”, indica Imri Rivas, un joven de 25 años que el martes había acampado delante del centro del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de San Francisco. “En mi opinión, lo que es realmente importante es parar las operaciones de la agencia. Espero que las protestas en las principales ciudades les impida trabajar con normalidad”, añade.
A lo largo del fin de semana los manifestantes protestaron contra la decisión de la Administración de Trump de separar a más de 2.300 menores inmigrantes de sus familias como parte de la “política de tolerancia cero” del Gobierno. Las ocupaciones han sido el siguiente paso. Si bien Trump ya ha avanzado su intención de rectificar y no separar a más familias, el Gobierno sigue empeñado en detener de forma indefinida a las familias, una medida que los defensores de derechos humanos consideran cruel e inhumana.
El año pasado el ICE llevó a cabo más de 143.000 detenciones, un 41% más que en 2016. Las agresivas redadas han roto familias y comunidades de inmigrantes.
La campaña para aumentar los campamentos Occupy y pedir el cierre de la agencia busca desmantelar un sistema que también permitió que Obama y los presidentes anteriores ordenaran deportaciones en masa de inmigrantes ilegales y que en 2003 hizo posible la creación del propio Servicio de Inmigración y Control de Aduanas.
“Ha llegado la hora de terminar con esta agencia y con un sistema inhumano e innecesario de opresión”, indica Cat Brooks, una veterana activista de Oakland que se presenta a las elecciones para la alcaldía y que visitó el campamento Occupy ICE de San Francisco en el segundo día de protestas. “Terminar con esta agencia me parece un objetivo razonable”, añade.
Esta semana, los activistas han empezado a acampar en Filadelfia. La policía detuvo a cerca de 30 personas y ordenó a más manifestantes que abandonaran el lugar.
“Terminar con las detenciones en masa”
Miembros de los Socialistas Demócratas de América, un grupo que ha salido reforzado tras la reciente e impresionante victoria de la política neoyorquina Alexandria Ocasio-Cortez en las primarias demócratas para elegir al candidato a congresista, están contribuyendo a alimentar las acciones de Ocuppy ICE con un lenguaje y una estrategia que recuerdan al movimiento Occupy Wall Street, que consiguió implantarse en Estados Unidos en 2011.
Los socialistas han participado en varias manifestaciones que han tenido una gran repercusión, como la protesta contra Kirstjen Nielsen, secretaria de Seguridad Nacional, mientras cenaba en un restaurante mexicano el mes pasado.
También se han organizado manifestaciones de Occupy ICE en Portland, Los Angeles, San Diego, Detroit y Nueva York.
“Tengo que hacer todo lo que esté en mis manos para evitar que la historia se repita”, indica Kelly Groth, militante de 28 años de los Socialistas Demócratas de América que se desplazó hasta el campamento de Occupy ICE en San Francisco. El martes por la mañana, la protesta tenía poco más de diez tiendas de campaña y una docena de manifestantes. “Es importante que nos situemos delante de los centros de detención”, afirma.
Zoé Samudzi, una escritora que participó en la protesta de San Francisco, afirma que no quiere que los demócratas se unan a la campaña que pide suprimir la agencia y que más tarde aboguen por la creación de un sistema similar con un nombre diferente: “Cualquier discurso sobre la necesidad de terminar con la agencia debe ir unido al de la necesidad de terminar con las detenciones masivas de inmigrantes”.
Samudzi indica que ayuntamientos como el de San Francisco, que se han proclamado “ciudad santuario para los inmigrantes”, tienen que hacer más esfuerzos para estar a la altura de este título y negarse a trabajar con los servicios de Inmigración y Aduanas: “Espero que tras estas protestas la agencia ya no pueda seguir operando como antes”.
El lunes por la noche, la policía de San Francisco y los agentes del Departamento de Seguridad Nacional se presentaron en la manifestación, pero no se produjeron arrestos. Un portavoz de la policía, Robert Rueca, señaló que los agentes estaban haciendo un seguimiento de la situación, pero no quiso comentar si la policía colabora con las autoridades federales o si iba a intentar desmantelar el campamento.
“Estamos aquí para permitir que los ciudadanos puedan ejercer los derechos que contempla la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos”, indicó. También explicó que esperaba que los protestantes se comportaran “de manera civilizada” y que la manifestación fuera pacífica y organizada.
Un portavoz de los servicios de Inmigración y Aduanas sostiene que la agencia “respeta plenamente el derecho de las personas a expresar su opinión sin intromisiones” y rechaza hacer más comentarios.
Heather Carranza, una manifestante de San Francisco de 36 años, explica que su bisabuela cruzó a pie la frontera desde México cuando tenía cinco años y que espera que la agencia no se limite a cambiar de nombre. “Este es el momento de reconocer los daños que han causado las fronteras. Esta opresión marca a las familias durante generaciones”.
Traducido por Emma Reverter