Obama también perdona a un independentista puertorriqueño que pasó media vida en prisión

Sam Levin

San Francisco —

Barack Obama ha conmutado la pena de Óscar López Rivera, una victoria para el activista independentista puertorriqueño considerado uno de los presos políticos con una de las condenas más largas del mundo. En sus últimos días a los mandos de la administración, Obama ha emitido un número récord de perdones y conmutaciones, entre las que se incluye la liberación de Chelsea Manning.

López Rivera, cuya conmutación se ha anunciado este martes junto a otras 208, ha estado encarcelado 35 años por su papel en la lucha por la independencia de Puerto Rico. Ahora mismo tiene 74 años, lo que significa que ha pasado más de la mitad de su vida entre rejas. Fue condenado por un delito de “conspiración de sedición” por organizar un complot contra EEUU. El gobierno de EEUU también lo clasificó como terrorista.

Si Obama no hubiera intervenido, hubiera permanecido en prisión hasta el 26 de junio de 2023, cinco meses después de su 80 cumpleaños.

Jan Susler, la abogada de López Rivera, asegura que la liberación del prisionero es una gran victoria para la lucha vigente por la independencia de Puerto Rico. También ha asegurado que está muy agradecida por el hecho de que Obama haya entendido que “no había ninguna razón legítima para mantener a Óscar en prisión”.

“Tenemos que celebrar cada victoria”, añade. “Tenemos mucho trabajo por hacer, y ahora Óscar podrá unirse a nosotros para trabajar codo con codo”. Susler fue la encargada de darle la noticia al activista. “Me dijo, ¿puedes imaginar un regalo de cumpleaños mejor para mi hija?”, contó Susler por teléfono a the Guardian. “Es una persona muy centrada y muy pacífica, y así es como recibió la noticia”.

En una entrevista reciente en the Guardian López Rivera aseguró que todavía cree en lo que él describe como la “noble causa” de la plena soberanía para su lugar de nacimiento en el Caribe, el cual se considera “territorio” estadounidense.

López Rivera nació en 1943 en San Sebastián, en Puerto Rico, donde vivió hasta que su familia decidió mudarse a Chicago cuando tenía 14 años. Años después fue reclutado para ir a la Guerra de Vietnam. Cuando regresó, se unió a la comunidad activista de puertorriqueños de Chicago.

Finalmente, López pasó a formar parte de un grupo clandestino llamado Fuerzas Armadas de Liberación, que defendía que la lucha armada era una táctica justificada en la búsqueda de la independencia de Puerto Rico.

La Fiscalía estadounidense acusó al grupo de llevar a cabo 140 explosiones sobre bases militares, oficinas gubernamentales y edificios financieros. López Rivera, sin embargo, ha negado una y otra vez haber tenido algo que ver con esos ataques. También insistió siempre en que él se centró en acciones en las que ninguna vida corría peligro.

“Para mí, la vida humana es sagrada. Lo llamábamos 'propaganda armada' y utilizábamos objetivos para llamar la atención sobre nuestra lucha”, contó a este medio el año pasado.

El grupo fue desmantelado en 1983 y López Rivera y sus compañeros combatientes por la independencia de Puerto Rico finalmente renunciaron a la violencia y adoptaron métodos de reforma pacífica.

“Nos hemos dado cuenta que otros métodos diferentes al uso de la violencia podrían ser más efectivos mediante la movilización de personas a través de campañas pacíficas. Moralmente, también nos hemos dado cuenta de que tenemos que liderar mediante el ejemplo y que si defendemos un mundo mejor, hay cosas que no se pueden hacer. No puedes conseguir un mundo mejor siendo injusto contigo mismo”, respondió López a las preguntas sobre su decisión de renunciar al uso de la violencia.

En agosto de 1999, Bill Clinton utilizó sus últimos días en el cargo para perdonar a 11 combatientes por la independencia de Puerto Rico. A López Rivera le ofreció un trato más limitado que hubiese resultado en su liberación una década más tarde, pero este lo rechazó porque dijo que no creía que el Gobierno de Estados Unidos fuese a cumplir con su parte del trato. López también estaba molesto porque no se hicieron ofertas similares a otros compañeros combatientes.

“Cuando estuve en Vietnam nunca dejé a nadie en el camino. No es mi forma de hacer las cosas, no podría hacerlo”, declaró a the Guardian el año pasado.

Muchas figuras públicas destacadas han presionado de forma insistente por el perdón para López Rivera, incluido el arzobispo Desmond Tutu; el gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla; el consejo hispánico del Congreso; el expresidente estadounidense Jimmy Carter; el excandidato demócrata Bernie Sanders; y Lin-Manuel Miranda, creador y protagonista del exitoso musical de Broadway, Hamilton.

Miranda atrajo la atención generalizada al caso de López Rivera tras enfrentarse a Obama durante una visita a la Casa Blanca. “Sollozando con gratitud”, tuiteó el artista este martes. “ÓSCAR LÓPEZ RIVERA VUELVE A CASA”. Miranda también anunció que representaría el papel de Alexander Hamilton en una actuación para López Rivera.

Algunos han comparado a López Rivera con Nelson Mandela, calificándole como el “Mandela de Puerto Rico”. La conmutación de la pena podría tener implicaciones más allá de López Rivera. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, señaló el año pasado que buscaría la liberación del líder opositor encarcelado Leopoldo López si EEUU acordaba liberar a López Rivera.

El congresista estadounidense Luis Gutiérrez celebró este martes la decisión de Obama, afirmando en un comunicado: “Estoy encantado y abrumado de emoción. Para mí, Óscar es un amigo, un mentor, mi familia... La larga lucha contra el colonialismo en el Caribe ha tenido muchos capítulos y todos hemos dejado atrás la violencia. La entrega de Óscar López Rivera a su tierra natal y a su gente es un paso hacia la paz y la reconciliación. Los puertorriqueños de todas las tendencias políticas, clases, colores y geografías lo están celebrando”.

Obama ha conmutado las sentencias de 1.385 personas, más que ningún otro presidente. En una rueda de prensa con periodistas, un portavoz de la Casa Blanca dijo que “probablemente” se produzcan más conmutaciones este jueves.

Traducido por Cristina Armunia y Javier Biosca