Qué más puede hacer Occidente ante la invasión de Ucrania
Las fuerzas invasoras de Rusia han bombardeado a civiles en Kiev, Járkov y otros lugares de Ucrania en los últimos días, lo que ha provocado un aumento de las víctimas, con centenares de muertos civiles, y ha suscitado cada vez más preguntas sobre si Occidente podría implicarse más militar o económicamente, o hacer algún otro esfuerzo por ayudar, al margen de propiciar el mantenimiento de canales de negociación.
Estas son algunas de las opciones y los riesgos que conllevan.
Zona de exclusión aérea sobre Ucrania
Tras el estallido de la guerra, el embajador de Ucrania en Reino Unido, Vadim Pristaiko, pidió a Occidente que se aplicara una zona de exclusión aérea sobre su país, argumentando que “la gente está muriendo en este mismo momento”. Esta idea ha calado entre muchos mientras los bombardeos empeoran.
La creación de un espacio aéreo que impida volar a las fuerzas aéreas rusas tendría que imponerse militarmente, habitualmente con vigilancia, ataques preventivos y, en última instancia, derribando aviones que tuvieran la entrada vetada. Esto significaría que las fuerzas de la OTAN se enfrentarían directamente a los aviones rusos.
Los líderes occidentales han dicho repetidamente que no es posible que la Alianza Atlántica aplique una zona de exclusión aérea sobre Ucrania, porque –en palabras del ministro de Defensa británico, Ben Wallace– “llevaría a una guerra contra Rusia en toda Europa”, ya que implicaría que los aviones occidentales tendrían que tomar el control del espacio aéreo.
Pero Tobias Ellwood, presidente conservador de la comisión de Defensa en Reino Unido, se ha quejado de que Wallace desechara la idea, al menos de forma tan pública. “Esto muestra que hemos olvidado las reglas del arte de gobernar en la era de la post Guerra Fría, al exhibir debilidad y no mantener al enemigo en vilo. Incluso aunque hayas descartado esa opción en privado”, dijo el diputado británico.
Fuerzas terrestres en Ucrania y Europa del Este
Durante una visita de Boris Johnson a Estonia el pasado martes, el primer ministro británico dijo que Reino Unido, al igual que otras naciones occidentales, “no luchará contra las fuerzas rusas en Ucrania”. Y aseguró que duplicar las fuerzas británicas a cerca de 2.000 efectivos en el país balcánico “no es más que una medida defensiva”.
No ha habido voluntad política de permitir la entrada de Ucrania en la OTAN, lo que ha provocado que Kiev tenga que valerse ahora por sí misma ante el ataque ruso. Un enfoque más realista, según el analista Malcolm Chalmers del think-tank Rusi, sería que la OTAN “siguiera reforzando su flanco oriental”, aumentando el tamaño de las guarniciones militares desde Rumanía en el sur hasta Estonia en el norte.
La OTAN ya ha dicho que desplegará a “miles” de militares de sus fuerzas de respuesta rápida en los territorios de sus Estados miembros en Europa del Este. Solo Estados Unidos ha enviado más de 12.000 efectivos. Pero eso apenas ayudará de forma directa a Kiev. Hacerlo directamente significaría también entrar en guerra.
Armas y ayuda militar
Estados Unidos y Reino Unido habían proporcionado armas antitanques a Ucrania antes de que comenzaran los combates. Tras la invasión de Rusia, muchos más países se han unido al suministro de armas antitanques y antiaéreas, incluidos España, Alemania, Suecia y Países Bajos. Sin embargo, para soportar la ofensiva rusa, sería necesario que los suministros continúen.
“Lo más importante es proporcionar armas con las que los ucranianos estén acostumbrados a manejar, como los sistemas portátiles de defensa antiaérea y muchos misiles antitanque”, dice Chalmers. Las fuerzas ucranianas también necesitarán lo básico: munición y combustible, y líneas abiertas de suministro, lo que significa que la logística dentro y fuera de Ucrania será crítica.
Pero esta semana se ha venido abajo un plan más ambicioso para enviar aviones desde Polonia, Eslovaquia, Rumanía y Bulgaria. Eran MiG-29 y Su-25 de fabricación rusa, el tipo que conocen los pilotos ucranianos. No está claro hasta qué punto era realista la propuesta, pero si el plan reviviera, podría proporcionar ayuda a las asediadas fuerzas aéreas de Kiev para soportar la ofensiva, lo que también implica prolongar el conflicto.
Ayuda humanitaria
Los expertos señalan que aunque avance ruso sobre Kiev y otros lugares importantes es lento está progresando. Mathieu Boulègue, del think-tank Chatham House, dice que se avecina una “guerra sin restricciones”, donde los bombardeos de saturación sobre un área reemplazarán los ataques de precisión y que probablemente las víctimas civiles aumenten.
Dicen que hay falta de víveres en el este de Ucrania, mientras que la ayuda humanitaria está retenida en la frontera polaca y tarda 48 horas en entrar. “En general, los vecinos de Ucrania deben prepararse para un desastre humanitario”, dice Keir Giles, de Chatham House. Y añade que la situación requiere un gran esfuerzo de donantes gubernamentales e individuos.
Bloquear la exportación de energía
Se considera que el mayor paso que podría dar Occidente para herir a la economía rusa sería bloquear las exportaciones de energía. Hasta ahora se resisten, por el daño que causaría a los países europeos dependientes del suministro de gas.
Se calcula que Reino Unido, Estados Unidos y la UE compran a diario hasta 700 millones de dólares (unos 633 millones de euros) en petróleo, gas y otras materias primas, lo que alimenta la economía rusa y ayuda al Kremlin. Rusia representa cerca del 40% de las importaciones de gas natural a la UE, hasta un 65% en Alemania y un 100% en algunos países de Europa del Este.
Pero existen opciones para reemplazar el gas ruso, incluida la búsqueda de más suministros de gas natural licuado de otros países, como Qatar –una dictadura–. También podría haber un aumento del uso del carbón, o Alemania podría retrasar su plan para cerrar los tres reactores nucleares que aún mantiene.
Sanciones financieras más contundentes
Las sanciones a los bancos rusos y al banco central del país son las que están teniendo un mayor impacto en su economía. Como primeras señales del daño causado, la Bolsa de Moscú se mantiene cerrada, y el rublo cayó casi un 30% este lunes después de que se dieran pasos para congelar las reservas del banco central ruso en el extranjero.
Se siguen barajando medidas para excluir a más bancos rusos del sistema Swift para pagos internacionales. Pero existe el temor de que una ampliación demasiado extensa de esta medida repercuta sobre el sistema financiero mundial, que nunca ha afrontado una crisis como ésta.
La lucha contra los oligarcas
La UE, Estados Unidos y Reino Unido han anunciado la imposición de sanciones a los oligarcas rusos. Reino Unido, con lazos especialmente intensos con el dinero ruso, únicamente ha señalado a nueve individuos por ahora, mientras que la UE ha impuesto sanciones a muchos más.
La idea es que imponer un daño financiero a la élite rusa, a la que se considera facilitadora del régimen de Vladímir Putin y cuya riqueza está distribuida por todo el mundo entre propiedades e inversiones empresariales, acabará ejerciendo presión sobre el propio presidente.
En Reino Unido, ha habido llamamientos para ampliar la red de oligarcas sancionados, y hacerlo de forma más rápida. Margaret Hodge, diputada laborista, ha urgido al Gobierno británico a incluir a 105 oligarcas más. “Somos cómplices de esto y lo estamos facilitando al no atajarlo”.
Traducido por María Torrens Tillack.
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