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The Guardian en español

Oleg Deripaska, el ‘favorito’ de Putin con fuertes vínculos en la política británica

El presidente de la compañía minerometalúrgica Rusal, Oleg Deripaska, en una fotografía de archivo. EFE/ Yuri Kochetkov

Rob Davies

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Dicen que es el empresario favorito de Vladímir Putin, con profundos vínculos en el establishment británico y en el ruso. A diferencia de algunos de sus compatriotas, Oleg Deripaska ha cultivado sus relaciones discretamente, manteniéndose alejado de los focos. Pero el magnate metalúrgico no ha podido evitar ser el centro de una serie de disputas políticas de alto nivel que concluyeron la semana pasada con la decisión del Gobierno británico de añadirlo a la lista de personas sancionadas como reacción a la guerra de Ucrania.

El razonamiento británico es que Deripaska es “un prominente empresario ruso y un oligarca pro-Kremlin” que está “estrechamente asociado con el gobierno de Rusia y con Vladímir Putin”, tal y como se recoge en la lista de sancionados. Según ese texto, “Deripaska está o ha estado involucrado en la obtención de beneficios del Gobierno de Rusia o en su apoyo”, en virtud de sus intereses en los “sectores extractivos y energéticos rusos, sectores de importancia estratégica para el Gobierno de Rusia”.

Este lunes, en Londres, un grupo de anarquistas ha ocupado una mansión propiedad del oligarca para ofrecerla a refugiados ucranianos, ha informado Reuters. Durante su acción, han desplegado una pancarta en la que podía leerse “esta propiedad ha sido liberada”. “Ocupando esta mansión queremos mostrar solidaridad con los ucranianos, pero también con los rusos que nunca han estado de acuerdo con esta locura”, han dicho a través de un comunicado. 

Deripaska, de 54 años, ya había estado en el candelero por sus vínculos políticos en Reino Unido. En 2008, se vio envuelto en una dura pelea que dejó al descubierto sus relaciones con dos de los personajes más poderosos en la política británica moderna: Lord Mandelson y George Osborne.

Todo comenzó con la noticia de que el laborista Peter Mandelson, entonces secretario de Comercio, había bajado los aranceles de importación que afectaban a Rusal, el imperio del aluminio de Deripaska, tras ser agasajado frente a la isla de Corfú en el Queen K, como se llama el “superyate” de 73 metros del oligarca.

La trama se complicó cuando el financiero Nat Rothschild escribió al periódico británico The Times para decir que en la villa de su familia en Corfú también se había reunido con Deripaska el tory George Osborne, exmiembro del club Bullingdon de Oxford y, en aquel entonces, responsable de Hacienda en la oposición.

A Osborne, dijo Rothschild, “le pareció tan buena la oportunidad de encontrarse con el señor Deripaska”, que invitó a Andrew Feldman, responsable de recaudar fondos para el Partido Conservador, a visitar a Deripaska en su yate.

Rothschild añadió que se consideró la idea de canalizar las donaciones de Deripaska a los conservadores a través de una de sus empresas británicas, para evitar así la prohibición de financiación extranjera en los partidos políticos. Deripaska no estaba presente durante esa conversación y Osborne dijo después que la mención a las donaciones no había sido una sugerencia sino una explicación de las reglas.

Incluido en la lista de sanciones

Tras ser incluido en la lista de sanciones, Deripaska está sometido ahora a un conjunto de normas totalmente diferentes, como la congelación de sus activos en el Reino Unido y la prohibición de viajar, tampoco en sus aviones privados o en sus yates.

Los yates no formaban parte de la vida de este hombre de 54 años mientras crecía. Originario de Krasnodar, en el sur de Rusia, lo criaron sus abuelos después de que su madre enviudara y tuviera que mudarse para encontrar trabajo. Tras licenciarse en 1993 en física por la Universidad Estatal de Moscú, se hizo comerciante de metales.

Como muchos oligarcas, Deripaska debe gran parte de su riqueza al desordenado derrumbe de la Unión Soviética. Se hizo con el control de grandes activos de aluminio que hasta entonces habían pertenecido al Estado y más tarde los consolidó en el grupo Rusal asociándose con Roman Abramovich (otro de los sancionados).

Rusal, que ahora forma parte del Grupo En+ (propiedad de Deripaska), recaudó 1.500 millones de dólares cuando salió a la Bolsa de Londres en 2017. Pero como reacción a la “actividad maligna mundial” desplegada por Rusia, Estados Unidos incluyó en 2018 a la empresa, así como al propio Deripaska, en la lista de entidades y oligarcas sancionados.

Ese mismo año, la modelo y escort bielorrusa Anastasia Vashukevich afirmó tener pruebas de la implicación de Deripaska en los intentos de injerencia en las elecciones de EEUU. Vashukevich había pasado un tiempo en el Elden, otro de los yates de Deripaska. Fue detenida a su llegada a Moscú tras ser deportada desde Tailandia.

Las sanciones impuestas por EEUU a En+, aunque no las que pesaban contra Deripaska, se levantaron gracias a la mediación del diputado conservador británico Greg Barker. Se dice que la bonificación que obtuvo por su negociación con el Tesoro de EEUU superó los 3 millones de libras (unos 3,6 millones de euros). En virtud del acuerdo, Deripaska aceptó abandonar el consejo de administración de En+ y reducir su participación a menos del 50%. El diputado tory Barker fue presidente de En+ hasta que abandonó el cargo a principios de esta semana.

Para sus intereses empresariales en el Reino Unido, a Deripaska le vino bien haber aprendido inglés en la London School of Economics durante la primera década de los años 2000. Su esposa entre 2001 y 2018, Polina Yumasheva, era la hija de un alto asesor del expresidente ruso Boris Yeltsin y ya conocía el idioma porque de adolescente había estudiado en el colegio público Millfield, de Somerset.

Deripaska tiene fuertes lazos con Reino Unido pero una persona que conoce bien la empresa En+ y a Deripaska dijo que se había vuelto “cada vez más antiestadounidense” y que su visión de Occidente se había visto “distorsionada” por el rechazo que sentía contra él.

“Es divertido, inteligente, elocuente y tiene sentido del humor”, dijeron sobre él. “Le gusta el yoga y está muy en forma, es un tipo muy inteligente que estudió física en la universidad, pero se debate entre amar a Occidente y, por otro lado… En el fondo es un ideólogo ruso”. “No creo que sea especialmente partidario de Putin, pero es patriota ruso hasta la médula”.

Los yates de Deripaska ya han estado en el centro de dos grandes escándalos políticos, en Reino Unido y en Estados Unidos. El jueves por la tarde pasó navegando por el Canal de Suez uno de ellos, el Clio. Ya había sido identificado entre otros cinco superyates amarrados o navegando cerca de las Maldivas, todos ellos propiedad de multimillonarios rusos.

Traducido por Francisco de Zárate.

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