Por qué la vacuna de Oxford y AstraZeneca contra la COVID puede pasar del 70% al 90% de eficacia y otras claves sobre sus primeros datos

Ian Sample y Sarah Boseley

23 de noviembre de 2020 13:29 h

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Los primeros resultados del estudio de la fase 3 de la vacuna del laboratorio anglo-sueco AstraZeneca y la universidad británica de Oxford muestran que tiene una eficacia media del 70,4%, según han dado a conocer este lunes. Estas son algunas preguntas y respuestas sobre lo que sabemos hasta ahora:

¿Cómo de eficaz es la vacuna?

Los resultados provisionales de la fase 3 de los ensayos en Gran Bretaña y Brasil muestran que la vacuna tiene una eficacia del 70,4%. Más de 20.000 voluntarios participaron en los ensayos, la mitad de ellos en Reino Unido. Los investigadores registraron 30 casos de COVID-19 en personas que recibieron dos dosis de la vacuna y 101 en el grupo de control que recibió una inyección inocua. En aquellos que recibieron dos dosis completas, la vacuna tuvo un 62% de protección.

Pero parece funcionar mejor cuando se administra inicialmente como media dosis seguida de una dosis completa, con una eficacia que se eleva al 90%.

¿Es segura?

El análisis de seguridad proviene de una base de datos de 24.000 voluntarios que participaron en los ensayos clínicos en Reino Unido, Brasil y Sudáfrica, con seguimientos desde abril. No se han identificado problemas de seguridad graves relacionados con la vacuna, dicen los científicos. Esto será tranquilizador, ya que los ensayos se interrumpieron después de que enfermase un voluntario de Reino Unido. Aún no se han dado a conocer los detalles de efectos secundarios leves, como dolor en el brazo o fatiga, después del pinchazo.

¿Protege a todos al mismo nivel?

Las personas mayores son las que corren mayor riesgo si se contagian de COVID-19, por lo que los científicos están deseosos de lograr una buena respuesta en los voluntarios mayores en los ensayos. Muchas vacunas contra otras infecciones son menos eficaces en los ancianos porque el sistema inmunológico disminuye con la edad, pero los datos de Oxford apuntan a que ha habido una respuesta “similar” en adultos jóvenes y mayores.

¿Cómo funciona?

En el corazón de la vacuna Oxford/AstraZeneca hay un virus que causa el resfriado común en los chimpancés. El virus de los chimpancés se modifica para que no pueda multiplicarse y causar la enfermedad en el cuerpo. Luego se introduce el gen de la proteína S (del inglés spike, espícula), presente en el coronavirus, que le da su característico aspecto de punta y corona en la superficie y se usa para penetrar en las células humanas.

Cuando se inyecta la vacuna, el virus del chimpancé lleva el gen del coronavirus a las células humanas, que empiezan a producir la proteína S. Estas son detectadas por el sistema inmunológico que produce anticuerpos y otras respuestas que pueden atacar al verdadero coronavirus en caso de que la persona se infecte en el futuro.

¿En qué se diferencia de otras vacunas?

La vacuna de Oxford, llamada ChAdOx1 nCoV-19, se basa en una tecnología diferente a las dos recientes vacunas de ARNm de Pfizer y Moderna, ambas con buenos resultados contra la COVID-19. Ninguna vacuna de ARNm ha sido aprobada por los organismos reguladores, pero el sistema de Oxford ha sido utilizado en vacunas administradas con seguridad a miles de personas de todas las edades para enfermedades que van desde la tuberculosis y la malaria, hasta el MERS (otro coronavirus) y el ébola (en las que utilizan ahora en Uganda y República Democrática del Congo). Oxford optó por el virus del chimpancé porque tiene el potencial de generar una fuerte respuesta inmunológica y, como no puede crecer en los humanos, debería ser seguro.

Otras dos vacunas de vanguardia, las de BioNTech (desarrollada con Pfizer) y Moderna (desarrollada con el Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos), funcionan bien, según los resultados provisionales de la fase 3 de los ensayos en humanos, logrando más de un 90% de eficacia. Se basan en una tecnología que es nueva en el campo de las vacunas. Ambas usan material genético llamado ARNm, o ARN mensajero, que le dice a las células humanas cómo hacer proteínas S de coronavirus.

Las vacunas utilizan nanopartículas lipídicas para llevar el ARNm a las células musculares que fabrican la proteína S y preparan el sistema inmunológico, protegiéndolo de las infecciones. En principio, las vacunas de ARNm pueden ser más rápidas de desarrollar y más fáciles de fabricar.

Mientras que la vacuna de Pfizer precisa temperaturas de entre -70 ºC y -80 ºC para su almacenaje, haciendo que la distribución sea un complejo desafío logístico, la vacuna de Moderna puede ser almacenada en una nevera a temperaturas de entre 2ºC y 8ºC durante un mes. La vacuna de Oxford también puede ser almacenada en frigoríficos estándar, lo que facilita la distribución.

Se están desarrollando otras vacunas contra el coronavirus que utilizan el propio virus en una forma debilitada o inactiva. Este es el mismo sistema utilizado en las vacunas altamente efectivas para la polio y el sarampión.

¿Cuánto costará?

La vacuna de Oxford es mucho más barata que otras que han demostrado eficacia. El objetivo de AstraZeneca es vender la vacuna de Oxford por 2,50/3,40 euros por inyección, en comparación con los 17 euros que cuesta la de Pfizer y los 21 euros de Moderna.

¿Cuántas dosis fabricará Oxford?

AstraZeneca ha llegado a acuerdos para fabricar 2.000 millones de dosis de su vacuna para el próximo verano. A través de la 'Alianza Inclusiva por la Vacuna de Europa', se suministrarán hasta 400 millones de dosis de la vacuna Oxford a las naciones europeas, comenzando en 2020.

Reino Unido ya tiene cuatro millones de dosis de la vacuna de Oxford, y le faltan otros 96 millones. Otros pedidos incluyen 40 millones de dosis de la vacuna de Pfizer y cinco millones de dosis de la de Moderna.

¿Qué no sabemos?

Una gran pregunta que rodea a todas las vacunas contra el coronavirus es si previenen las infecciones asintomáticas además de las enfermedades causadas por el virus. Reducir las infecciones asintomáticas, en las que la gente puede propagar el virus sin saber que lo tiene, podría tener un gran impacto en la contención de la propagación de la enfermedad. Los datos de Oxford han hallado algunas pruebas de la reducción de las infecciones asintomáticas en aquellos que recibieron la media dosis seguida de una dosis completa más tarde.

Nadie sabe por cuánto tiempo proporciona protección la vacuna de Oxford, o cualquier otra vacuna contra el coronavirus. Algunas vacunas son eficaces durante años, pero, por razones obvias, esto requerirá más tiempo para confirmarse.

Traducido por Lara Lema