Qué ha pasado en Belgorod, la región fronteriza rusa atacada por milicias desde Ucrania
Moscú dice haber repelido el ataque en suelo ruso de unas milicias alineadas con Ucrania que, sin embargo, desmienten esa afirmación y aseguran que su misión continúa.
En la noche del martes, el gobernador de la región rusa de Belgorod anunció que ponía fin al “régimen antiterrorista” de restricciones equivalentes a las de una ley marcial. También dijo que el Ministerio de Defensa y los organismos de seguridad rusos siguen involucrados en una campaña de “limpieza”.
Antes de su anuncio, el Ministerio de Defensa de Rusia decía haber “atrapado y liquidado” a unidades de combatientes rusos contrarios al Kremlin cuyo objetivo declarado es liberar al país de Vladímir Putin.
El Ministerio de Defensa ruso publicó varios vídeos que describió como ataques de artillería y bombardeos contra miembros de dos milicias: el Cuerpo de Voluntarios Rusos y la Legión de la Libertad de Rusia.
Esos vídeos no han podido ser verificados de forma independiente. Uno de ellos muestra un ataque aéreo contra un edificio que parece el puesto fronterizo de Grayvoron, el mismo que aparecía en un vídeo anterior de las milicias con un guardia de fronteras ruso tendido en un charco de sangre.
Los miembros de esas unidades han rechazado las afirmaciones del Kremlin, que asegura haber matado a decenas de sus integrantes. En un vídeo publicado por el Cuerpo de Voluntarios Rusos se ve a un grupo de combatientes sobre un vehículo blindado en la que llaman una “pequeña, pero ya [liberada] parte de nuestra patria”. En otra grabación aparecen disparando proyectiles de mortero desde un lugar que, según ellos, está dentro de Rusia.
Los combates comenzaron el lunes. En Rusia se publicaron vídeos de helicópteros lanzando bengalas sobre una ciudad y en Ucrania los medios difundieron grabaciones hechas por drones de un pueblo con humo tras un bombardeo. Una escena que se repite en las ciudades y pueblos ucranianos atacados por Rusia, pero que hasta ahora es poco frecuente en el lado ruso de la frontera.
La incursión transfronteriza ha sido vista por algunos como una posible operación preliminar para desviar la atención de Rusia en el campo de batalla antes de la comentada contraofensiva ucraniana.
Kiev ha negado tener ninguna relación con los ataques, pero lo cierto es que estas unidades tienen su base en territorio ucraniano y parecen estar equipadas con vehículos militares de fabricación estadounidense, entre los que hay Humvees y lo que parecen ser vehículos blindados International Maxxpro 1224. En 2022, Estados Unidos había anunciado que entregaría al ejército ucraniano varios centenares de esos vehículos.
En Washington, las autoridades ponen en duda que las armas utilizadas hayan sido suministradas por Estados Unidos. “Diré que en este momento somos escépticos en cuanto a la veracidad de estos informes”, ha dicho el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller. “Como principio más general, como ya hemos dicho y creo que dije ayer, no fomentamos ni permitimos ataques dentro de Rusia, y así lo hemos dejado claro; pero como también hemos dicho, es Ucrania quien debe decidir cómo lleva a cabo esta guerra”.
Los miembros de las unidades anti Kremlin, entre los que hay combatientes anti Putin vinculados a la extrema derecha de Rusia, aparecen en los vídeos diciendo que la frontera está “abierta en canal” y que han secuestrado un blindado ruso para el transporte de tropas.
Según estimaciones conservadoras, el número de milicianos asciende a 80. Según blogueros rusos especializados en asuntos militares y cercanos al Ministerio de Defensa de Rusia, el número podría llegar a 500.
Según la inteligencia militar ucraniana, estos rusos contrarios al Kremlin podrían hacer de “corredor defensivo” y ayudar a evitar bombardeos contra Ucrania a través de la frontera. Las autoridades ucranianas los han comparado directamente con los “hombrecillos verdes”, o soldados sin identificación, que Rusia empleó en la anexión de Crimea y en las primeras fases de la guerra en el Donbás.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo el martes que el ataque ha generado una “profunda preocupación” y que implica que Rusia tendrá que continuar su guerra en Ucrania. Putin dijo que Rusia vive “tiempos difíciles” durante una ceremonia de entrega de premios en Moscú y pidió un “robustecimiento nacional” en torno al esfuerzo de guerra.
“En las regiones fronterizas, Rusia se enfrenta a una amenaza de seguridad cada vez más grave, con pérdida de aviones de combate, ataques en líneas ferroviarias con explosivos improvisados y ahora acciones rebeldes”, decía este martes un informe de los servicios británicos de espionaje. “Es casi seguro que Rusia utilizará estos incidentes para apoyar la narrativa oficial de que es una víctima en esta guerra”, añadía el documento.
“En serio, es hora de que el régimen ruso piense en la realidad objetiva: cuanto antes abandone todos los territorios de Ucrania, menor será la catástrofe que acabará sufriendo Rusia”, dijo el asesor del Gobierno ucraniano Mykhailo Podolyak.
En la noche del martes seguían conociéndose nuevos detalles sobre la incursión y el número de víctimas. El periódico ruso Kommersant informó de que la base rusa Belgorod-22 había sido bombardeada, provocando la muerte de dos soldados rusos, un ataque del que no se había publicado nada hasta ese momento. La base ha sido utilizada en otras ocasiones como almacén de cabezas nucleares.
El Ministerio de Defensa ruso ha culpado a las fuerzas armadas ucranianas. Anunció que más de 70 “combatientes ucranianos habían muerto y que se habían destruido cuatro blindados y cinco camionetas”. Viacheslav Gladkov, gobernador de la región de Belgorod, declaró que “las fuerzas armadas ucranianas” habían matado a un civil.
A última hora del lunes los drones también atacaron edificios administrativos de Belgorod que son usados por el Ministerio de Interior y por el servicio de espionaje ruso FSB, junto con un puesto de control de aduanas. El jefe adjunto del distrito fronterizo de Grayvoron resultó herido durante un bombardeo.
El gobernador Gladkov dijo el martes por la noche que Belgorod había sido objeto de un nuevo ataque en el que un artefacto explosivo lanzado por un dron ocasionó daños en un coche. Más tarde anunció que habían derribado a un segundo dron.
Tras el estallido de los combates el lunes, cientos de habitantes de Belgorod fueron evacuados de sus casas y reubicados en alojamientos provisionales. El martes, en medio de los combates incesantes, el gobernador pidió a la población que no regresara a sus hogares.
Traducción de Francisco de Zárate
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