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Entrevista

La periodista que empujó al Gobierno de Estados Unidos a tomarse en serio los ovnis

En la imagen, Leslie Kean.

Soo Youn

15 de junio de 2021 22:13 h

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Si no fuera por ese informe francés, los ovnis no habrían dominado la vida de Leslie Kean durante las últimas décadas.

En 1999, la periodista independiente recibió una exclusiva de un colega francés: un informe de 90 páginas sobre avistamientos de ovnis entre pilotos aeronáuticos militares y civiles. El documento, titulado Ovnis y Defensa: ¿Para qué debemos prepararnos? (en francés: Les OVNI et la Défense: À Quoi Doit-On Se Préparer?) fue publicado posteriormente por un think tank militar francés.

“Pensé: 'Por Dios, esto es importante'. Generales y almirantes creían en la posibilidad de que nos visitan naves extraterrestres... No decían poder probarlo. Pero decían que era una muy buena hipótesis que habían investigado durante tres años”, dice Kean en una conversación telefónica desde la casa de campo de su familia en Massachusetts.

“Fue una historia importante. ¿Y si tenían razón? ¿Y si las personas en cargos comparables en Estados Unidos decían lo mismo?”

Su primer artículo

Entonces, Kean presentaba un programa en la radio pública de San Francisco. Cuando se acercó por primera vez a los editores, evitó usar la palabra “ovni” por el estigma que rodeaba al tema. Le dio vueltas, habló del informe francés como si se refiriera a “fenómenos aéreos inusuales”. Tardó seis meses más en encontrar un medio dispuesto a trabajar con ella, que finalmente fue The Boston Globe, aunque su artículo fue “editado profundamente” con “cosas estrafalarias y graciosas”.

Sin embargo, desde entonces se quedó pendiente del tema.

“No es como ningún otro tema. Esto tiene una cualidad trascendente para mí. ¿Y cuántos periodistas investigan sobre ovnis? No muchos”.

Hoy, la hipótesis que Kean había extraído del informe francés –que los líderes del ejército y del Gobierno estadounidense hablan abiertamente sobre los avistamientos de objetos voladores inexplicables– está aquí.

Se espera que para el 25 de junio el director de inteligencia del Departamento de Defensa de Estados Unidos entregue al Congreso un informe desclasificado, con testimonios detallados de fenómenos aéreos no identificados de pilotos militares. Sería la publicación más transparente y sustanciosa jamás hecha sobre este tipo de información.

Más de 20 años de trabajo

A pesar de trabajar con intensidad sobre un tema marginal durante más de 20 años, lo más extraño de Kean es que ella no resulta extraña. Su relato no es el de una loba solitaria excéntrica que antes de tener un golpe de suerte se dedicó al mundo paranormal.

“Mi objetivo ha sido sacar este tema de lo raro. Quizás sea en parte porque yo misma no soy rara”, dice.

Kean, que suplica que no incluyamos su edad, da la impresión de ser medida y práctica. Tiene el pelo corto y rizado, y por teléfono suena como una maestra de escuela primaria. Es descendiente de una de las familias políticas más antiguas de Estados Unidos y tienen ingresos fijos de su familia. No quiere contar la suma que recibe, pero admite que sin este complemento nunca habría podido dedicarse a los ovnis a tiempo completo.

A veces, su voz adopta un timbre ensoñado o excitado, aunque no irradia la energía tan frecuente en los periodistas de Nueva York, ni tampoco un entusiasmo evangélico. Cuando le menciono a los ufólogos, reacciona: “No me gusta ese término. Nunca me describiría de ese modo. Soy periodista de investigación. Los ufólogos, al menos en Estados Unidos, son investigadores autoproclamados”.

Al ser preguntada por el póster “Quiero creer” de la serie Expediente X que cuelga de la pared de su oficina de casa, como la del personaje del agente especial Fox Mulder, dice que lo ha encontrado en un mercadillo en Santiago de Chile, y lo compró porque le sorprendió que estuviera ahí y le gustaba.

Puede que su simplicidad al hablar venga de su personalidad, o que sea el resultado de años de estudio y práctica del budismo, que comenzó en el Bard College en Nueva York. También puede ser resultado del aislamiento del privilegio. Kean creció en Nueva York entre cuatro hermanos. Se graduó de Spence, una escuela privada de niñas en el Upper East Side, el barrio pijo de Manhattan. Ninguno de sus hermanos comparte sus intereses (además de escribir sobre ovnis, Kean se tomó cuatro años para escribir Sobrevivir a la muerte: Una periodista investiga la evidencia de una vida después de la muerte). Pero la apoyan, dice.

En Bard comenzó estudiando guitarra clásica; dos años después, cambió su carrera por la biología. Sin importar de dónde venga, esa seriedad patricia le ha sido útil durante sus obstinadas investigaciones.

Después de recibir el informe francés, a Kean le llevó años ponerse al día. Tuvo que rastrear las fuentes, y la curva de aprendizaje para diferenciar a quienes eran honestos de quienes no fue empinada.

“Hice ruedas de prensa, presenté una demanda legal contra la NASA [para obtener información sobre el avistamiento de un objeto del tamaño de un coche que cayó del cielo en 1965 en Kecksburg, Pensilvania]. Realmente trabajé para que los ovnis sean parte del conocimiento público. Y trabajé mucho en ello”, dice en otra conversación en su apartamento de Nueva York.

“No tenía problemas con que la gente me ridiculizara. Porque la forma en la que lo representé ni siquiera admitía la ridiculización. No hice cosas raras sensacionalistas y conspiratorias, solo hice cosas como las que están en mi libro – muy directas, con buenas fuentes”.

La aceptación de los ovnis por políticos e instituciones

En el camino, se alió con personas influyentes que pudieran ayudarla a seguir con su investigación. Eventualmente conectó con otro aficionado a los ovnis, John Podesta, el jefe de gabinete de Bill Clinton y posteriormente asesor de Barack Obama.

En 2007, Kean y James Fox, el director de la película documental The Phenomenon, coordinaron una entrevista donde oficiales de alto rango del ejército y personal gubernamental discutieron los encuentros cercanos con ovnis. Cada uno de los 14 participantes tuvo cinco minutos para contar su historia, y Kean tuvo la idea de que cada uno escribiera su testimonio para convertirlo en un libro, que se convertiría en el bestseller de 2010 Ovnis: Generales, pilotos y oficiales del Gobierno hablan on the record. En ese libro propuso la creación de un instituto centralizado para recolectar información sobre los ovnis (Podesta escribió el prólogo, pero rechazó participar de este artículo).

Kean llegó a su punto más alto en 2017, cuando fue invitada por una de sus fuentes más antiguas a conocer a Luis “Lue” Elizondo el día de su renuncia como director de un programa clandestino del Pentágono que recolectaba información sobre ovnis, el Programa de Identificación Avanzado de Amenazas Aeroespaciales (AATIP, por sus siglas en inglés).

En esencia, él le reveló la existencia del programa por el cual ella había hecho campaña.

Kean trabajó con los periodistas con Ralph Blumenthal y Helene Cooper para escribir su primicia para el New York Times, “Auras radiantes y 'dinero negro': el misterioso programa de ovnis del Pentágono”. La historia reveló la existencia del programa del Pentágono entre 2007 y 2012, fundada por iniciativa del antiguo líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, y sus compañeros Ted Stevens y Daniel Inouye.

Reid es un fan entregado de Kean. Ha leído todos sus libros y le atribuye haber cambiado, al menos parcialmente, la aceptación cultural de los ovnis. “Es una periodista sensacional y tiene un gran talento. Parece que escribe con el corazón. Me da la idea de que realmente cree en lo que dice”, dice Reid.

La publicación de esa historia cambió todo, según Kean. “Yo estuve en todo el trayecto. He sido recompensada al ver cómo han cambiado las cosas desde 2017”.

Desde entonces, ha escrito sobre el tema para el New York Times, ha hecho entrevistas de campo y ha trabajado en documentales. En 2018, el director Lasse Hallstrom y la productora Laura Bickford anunciaron que harían una película basada en el libro sobre ovnis. En mayo, HBO Max se sumó al proyecto.

Finalmente, Kean se vio plenamente reivindicada. Este marzo, la revista New Yorker publicó el artículo titulado “Cómo el Pentágono comenzó a tomarse en serio a los ovnis”, que presenta el trabajo de Kean como anticipación del informe desclasificado. En mayo, el programa de televisión 60 Minutes emitió un segmento sobre ovnis, otorgándole todavía más peso a la conversación.

Incluso Obama tocó el tema en su aparición en The Late Late Show con James Corden el mes pasado.

“Hay grabaciones y registros de objetos en los cielos, que no sabemos exactamente qué son, no podemos explicar cómo se mueven ni sus trayectorias”, le dijo Obama a Corden. “No tienen un patrón fácilmente explicable. Y bueno, ya sabes, creo que la gente todavía se toma en serio el tratar de investigar y averiguar lo que es”.

“No sabemos a qué nos enfrentamos”

La teniente comandante Alex Dietrich, una piloto de aviones de combate, ha hecho una peregrinación casi anual al Pentágono o al Congreso para informar sobre lo que ha sido conocido como el “incidente Nimitz”, detallado en el artículo que publicó Kean en 2017 en el New York Times.

En 2004, Dietrich fue una de las pilotos que vio un objeto blanco alargado, con la forma de un caramelo Tic Tac, que se movía más rápidamente de lo que permitiría nuestra tecnología actual.

“Ese día nos preocupó no solamente que representara una amenaza a la seguridad nacional. No supimos si era una amenaza potencial desde un punto de vista cinético, o algo que pudiera causar daño, o una situación de algún tipo de espionaje. Nos pusimos a la defensiva porque éramos una unidad militar haciendo ejercicios militares”.

En referencia a su entrenamiento en la marina, Dietrich dice: “Estamos condicionados a pensar sobre todo en términos de amigo o enemigo. Y cuando no podemos identificar, asumimos que es un enemigo hasta corroborar lo contrario”.

Informó sobre el encuentro de inmediato, y ha contestado preguntas del Gobierno desde entonces. Ocasionalmente le han pedido que mire otros registros y los compare con lo que vio aquella vez. Más allá de eso, no se ha involucrado en la conversación sobre ovnis: nunca había escuchado de Kean o ningún otro actor involucrado. Habló públicamente sobre su experiencia por primera vez en una entrevista reciente en 60 Minutes.

Dietrich, al igual que Kean y Podesta y Reid, apoya la financiación de un estudio sostenido de fenómenos aéreos inusuales.

“Es una burocracia y trabajan dentro de los límites y las restricciones de lo que tienen permitido. Eso significa en parte que necesitan financiamiento, o que necesitan contratar empleados para contestar la línea telefónica para fenómenos aéreos inusuales, hacer el análisis de big data y buscar las tendencias y decir: 'Bien, ¿son similares estos informes? ¿Son mentira?'”.

Tecnología avanzada

En esencia, es lo mismo que dijo Elizondo, el antiguo director del programa del Pentágono, en un encuentro digital con el Washington Post hace unos días. Cuando le preguntaron si creía que los objetos voladores no identificados podrían ser aeronaves desarrolladas en el extranjero, por los rusos o los chinos, o si eran de origen extraterrestre, contestó con cuidado.

“A través de las observaciones estamos bastante convencidos de que nos enfrentamos a tecnología que es multigeneracional, que está varias generaciones por delante de lo que consideramos tecnología de la próxima generación. Algo que podría estar entre 50 y 1.000 años por delante de nosotros”.

“Puede superar, francamente, cualquier cosa que tengamos en nuestro inventario, y que nuestros adversarios tengan también... Entonces sí, obviamente, como seres humanos tendemos a descender por la madriguera de la especulación”, dijo Elizondo.

“Siempre he dicho que exactamente por esto necesitamos un grupo de trabajo dedicado a los fenómenos aéreos inusuales. De hecho, necesitamos una capacidad mucho mayor y más duradera del Gobierno, porque al final no sabemos a qué nos enfrentamos”.

Kean dice que sigue siendo agnóstica con respecto a los hallazgos. “Si tengo un propósito es llegar a la verdad, porque siento que el público tiene derecho a ella”, dice.

“Eso no significa que digamos que son alienígenas de otros planetas. Pero decimos que hay un fenómeno que no se puede explicar. Y hay mucha información que lo demuestra. Por fin, nuestro propio Gobierno lo está diciendo ahora. Este es de verdad un momento sin precedentes, y es un punto de no retorno”.

Traducido por Ignacio Rial-Schies

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