El 'sí' a la Unión Europea se ha impuesto por un estrecho margen en el referéndum de Moldavia. Un 50,39% de los votantes se ha posicionado a favor de incluir el ingreso en la Unión Europea como objetivo nacional en la Constitución, según los resultados preliminares proporcionados por la Comisión Electoral Central (CEC) de esa antigua república soviética. Se trata del resultado con el 99,41% de los votos emitidos, a falta de completar el escrutinio del voto en el extranjero en un reférendum marcado por las denuncias de interferencias de Vladímir Putin.
Según los últimos datos, 742.335 ciudadanos moldavos se pronunciaron a favor de la opción europeísta, mientras que 734.571, o el 49,61% de los participantes en la consulta, se manifestaron en contra, según recoge la Agencia EFE. Aún quedan los votos desde el exterior, aunque es improbable un vuelco teniendo en cuenta que la diáspora moldava es mayoritariamente proeuropea. El Tribunal Constitucional de ese país tendrá que ratificar los resultados.
El comienzo del escrutinio dio ua victoria a los partidarios del 'no', pero a medida que ha avanzado el recuento el empate se ha acercado hasta que finalmente el 'sí' ha vencido por la mínima. El domingo por la noche, la presidenta de Moldavia, Maia Sandu, denunció un “ataque sin precedentes a la libertad y la democracia” en el país por parte de “fuerzas extranjeras”, mientras el referéndum sobre la adhesión a la UE seguía muy reñido con la mayoría de los votos escrutados.
Los moldavos acudieron a las urnas a primera hora del día para votar en unas elecciones presidenciales y un referéndum sobre la adhesión a la UE que marcaron un momento clave en el tira y afloja entre la Rusia de Vladímir Putin y Occidente sobre el futuro de este pequeño país del sureste de Europa, sin salida al mar y con una población de unos 2,5 millones de habitantes, y que tiene una región independentista en la que hay tropas rusas.
Por su parte, los resultados de las elecciones presidenciales mostraron que la actual presidenta Sandu se impuso en la primera vuelta con cerca del 38% de los votos, pero ahora se enfrentará en la segunda vuelta a su competidor más cercano, Alexandr Stoianoglo, ex fiscal respaldado por los socialistas prorrusos.
La doble votación en uno de los países más pobres de Europa se consideraba una prueba crucial para la agenda pro-UE de Sandu, que había instado a los moldavos a votar “sí” en el referéndum para afirmar la adhesión a la UE como objetivo constitucional “irreversible”.
Los resultados decepcionarán a los partidarios de Sandu y a sus aliados en Bruselas. Las encuestas previas a las elecciones indicaban que Sandu mantenía una cómoda ventaja sobre su principal rival, Stoianoglo, y otros candidatos, mientras que los sondeos sugerían que alrededor del 60% de los votantes apoyaban la vía proUE en el periodo previo al referéndum.
Sandu, ex asesora del Banco Mundial de 52 años, fue elegida presidenta por primera vez en noviembre de 2020, en medio de una ola de popularidad como reformadora anticorrupción con un programa proeuropeo.
Desde la desintegración de la Unión Soviética, Moldavia ha gravitado entre ciclos pro-occidentales y prorrusos, pero bajo Sandu había acelerado su impulso para alejarse de Moscú, especialmente a partir de la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
Los dos comicios se celebraron en medio de las afirmaciones de las autoridades moldavas de que Moscú y sus apoderados habían orquestado una intensa campaña de “guerra híbrida” para desestabilizar el país y descarrilar su camino hacia la UE.
“Moldavia se ha enfrentado a un ataque sin precedentes contra la libertad y la democracia de nuestro país, tanto hoy como en los últimos meses”, dijo Sandu a sus partidarios en la capital, ChiÈinÄu, el domingo mientras se contaban los votos, y añadió que “grupos criminales” habían intentado “socavar un proceso democrático. Estamos esperando los resultados finales y responderemos con decisiones firmes”.
Las acusaciones contra la Rusia de Vladimir Putin apuntaban a la financiación de grupos de la oposición favorables al Kremlin, la difusión de desinformación, la intromisión en elecciones locales y el respaldo a una importante trama de compra de votos.
En concreto, las autoridades acusaron al empresario prorruso Ilan Shor, firme opositor al ingreso en la UE, de dirigir una campaña desestabilizadora desde Moscú.
A principios de este mes, el jefe de la policía nacional, Viorel CernÄuÈanu, acusó a Shor y a Moscú de establecer un complejo sistema de compra de votantes “de tipo mafioso” y de sobornar a 130.000 moldavos –casi el 10% de la participación electoral normal– para que votaran en contra del referéndum y a favor de candidatos favorables a Rusia, en lo que calificó de “ataque directo sin precedentes”.
El jueves, la policía afirmó que también habían descubierto un programa en el que cientos de personas eran trasladadas a Rusia para recibir formación sobre cómo organizar disturbios y agitación social.
Así, las autoridades moldavas afirmaron que Rusia había gastado unos 100 millones de dólares este año en los procesos electorales de Moldavia.
Moldavia solicitó la adhesión a la UE tras la invasión de la vecina Ucrania por Rusia, que fue condenada por Sandu, mientras decenas de miles de refugiados ucranianos huían a ChiÈinÄu.
Moldavia inició oficialmente las negociaciones de adhesión a la UE en junio, aunque persiste el escepticismo en Bruselas sobre la capacidad del país para llevar a cabo las reformas democráticas y judiciales necesarias en un futuro próximo.
Aún así, la Comisión Europea ha reiterado que mantiene el apoyo a “las aspiraciones, ambiciones y esfuerzos” de ese país candidato a integrarse en el club comunitario y que ha ido de la mano de Ucrania en todo el proceso. El portavoz de exteriores del gobierno comunitario, Peter Stano, ha asegurado que las votaciones del domingo se produjeron bajo una “interferencia sin precendentes e intimidación de Rusia y sus proxys” que tenían por objetivo “desestabilizar los procesos democráticos en la República de Moldavia”. Según Bruselas, esas campañas no se han producido sólo “en los días y semanas previas a las elecciones”, sino que se remontan a la invasión rusa de Ucrania.
Los observadores creen que Sandu podría enfrentarse ahora a una difícil segunda vuelta contra un frente unido de oposición anti-UE –y más afín a Moscú– liderado por Stoianoglo.
Stoianoglo, ex fiscal general destituido por Sandu, instó a la población a boicotear el referéndum o votar “no”, describiéndolo como una maniobra “cínica” para aumentar la popularidad de Sandu.
En una entrevista con The Guardian, Stoianoglo negó estar trabajando en nombre de Rusia. Pero se negó a criticar al Kremlin por su invasión de Ucrania y abogó por mejorar las relaciones con Moscú.