Los primeros 100 días de Trump, comparados con los de sus cinco predecesores

Tom McCarthy

El lugar de un presidente en la historia se determina a menudo una vez superada la marca de los 100 días, gracias a sus grandes logros (sistema de salud, Barack Obama, día 428) o a acontecimientos determinantes (los ataques del 11-S, Geoge W. Bush, día 235).

Sin embargo, la rúbrica de los 100 primeros días ha demostrado ser una prueba irresistible desde que Franklin Delano Roosevelt la utilizó para enmarcar la intensa actividad de su Administración frente a la catástrofe económica global. Roosevelt firmó 15 leyes de gran importancia en su “luna de miel de los 100 días”, abandonó el patrón oro, creó múltiples y destacados programas de empleo y salvó al sistema bancario. “El Congreso ya no aprueba nuevas leyes, simplemente les dice adiós a medida que pasan por la Cámara”, se dice que bromeó el cómico estadounidense Will Rogers.

Para no quedarse atrás, Donald Trump sugirió la semana pasada que está un paso por delante de Roosevelt o, mejor dicho, de todos sus predecesores. “Ninguna Administración ha conseguido tanto en los primeros 90 días”, declaró Trump en un mitin en Wisconsin. Fue justo un mes después de su excusa por no haber conseguido acabar con el Obamacare: “Nunca he dicho que fuese acabar con el Obamacare y sustituirlo por otro en 64 días”.

Parece que hasta ahora Trump no está al frente, ni de lejos, de la presidencia con más logros de la historia. ¿Pero puntuaría mejor el presidente si se limita la comparativa a los últimos cargos? Damos un vistazo rápido a los 100 primeros días de los últimos cinco presidentes: acontecimientos, logros legislativos y popularidad.

Pienses lo que pienses de la actuación de Trump, es innegable que, en comparación, las anteriores “lunas de miel” han estado repletas de acción: intentos de asesinato, derrames de petróleo, piratas y un infierno a las afueras de Waco, Texas.

Ronald Reagan

Ceremonia de inauguración: 20 de enero de 1981

Brevemente

Sonrió a las cámaras de televisión; cortejó al Congreso, a los demócratas y a todo el mundo; y sobrevivió a un intento de asesinato.

Luces y sombras

La presidencia de Reagan empezó con la liberación, mientras juraba el cargo, de los rehenes estadounidenses en Irán. Reagan se vio rápidamente involucrado en múltiples frentes en el extranjero. Advirtió a los soviéticos de que se mantuviesen alejados de Polonia y declaró un prototipo de guerra antiterrorista contra las guerrillas izquierdistas de El Salvador.

En un mes, el nuevo presidente ya había enviado al Congreso un plan presupuestario y fiscal radical. Para sacar su plan adelante, Reagan inició una serie de reuniones personales con numerosos miembros del Congreso y empezó un agresivo cortejo al presidente demócrata en la Cámara Baja, Tip O'Neill, que cooperó con el presidente en un ejemplo de bipartidismo que se sigue utilizando como modelo.

Después vino el intento de asesinato en el Hotel Hilton de Washington el 30 de marzo (día 70). En el hospital, el día después del ataque, el presidente firmó su primera ley, recortando los subsidios a los productos lácteos. Estuvo un mes de baja mientras se recuperaba.

Popularidad

El intento de magnicidio disparó su nivel de popularidad brevemente. En total, la popularidad de Reagan aumentó 17 puntos en sus 100 primeros días, del 51% al 68%, según Gallup.

Una cita clave

“Lo destacable de la presidencia de Reagan es su habilidad de mantenerse enfocado en su estrategia económica. Sin lugar a dudas, ha habido un elemento de suerte: no se han producido explosiones perturbadoras en el extranjero ni graves distracciones políticas a nivel interno” — editorial de the Washington Post.

George HW Bush

Ceremonia de inauguración: 20 de enero de 1989

Brevemente

Una especie de Snooze-a-Thon [programa de televisión estadounidense que se emite de la Nochebuena a la mañana de Navidad en el que solo aparecen personajes de la cadena durmiendo con villancicos de fondo] en el que no pasa nada, con muchas conversaciones sobre el gasto militar y el déficit presupuestario –gracias, Reagan– y un inmenso vertido de petróleo.

Luces y sombras

En un año que posteriormente haría historia en Tiananmén y Berlín, mientras la economía de Japón crecía y Sadam Hussein ponía el ojo en Kuwait, George HW Bush comenzó su presidencia con la promesa de controlar el gasto militar y acabar con el déficit de Reagan.

Bush sufrió una importante derrota política el 10 de marzo (día 50), cuando el Senado rechazó a su elegido para convertirse en secretario de Defensa, John Tower, en lo que sería el primer revés de este calibre para un presidente en tres décadas.

Pero las peores noticias de los primeros 100 días de Bush –aunque su alcance, en un principio, no estaba claro– llegaron el 24 de marzo (día 64), cuando el petrolero Exxon Valdez chocó contra un arrecife en Alaska y empezó a verter al mar lo que finalmente serían cerca de 38 millones de litros de crudo. El accidente envió al mundo impactantes imágenes de aves acuáticas cubiertas de petróleo y moribundas, costas arruinadas y montañas de bolsas de basura.

El resto fue una caja de sorpresas: política contra las drogas, lluvia ácida, indigencia, aborto y la crisis de las cajas de ahorros (savings & loans). Bush celebró sus 100 primeros días con una gira arrolladora de seis estados en cuatro días para promocionar sus logros.

Popularidad

La tasa de popularidad de Bush aumentó cinco puntos en sus primeros 100 días, del 51% al 56%, de acuerdo con Gallup.

Una cita clave

“Estos ajustes al legado de Reagan no son el resultado de un gran plan, opción preferida de los estudiosos de la presidencia. Estos fueron unos primeros 100 días de improvisación” — editorial de The New York Times.

Bill Clinton

Ceremonia de inauguración: 20 de enero de 1993

Brevemente

Llegó a la Casa Blanca con grandes ideas y elaboró un boceto presupuestario en tiempo récord, pero después tropezó en el “prohibido preguntar, prohibido decir” (don't ask, don't tell) —expresión con la que se conoce la política sobre homosexualidad en las Fuerzas Armadas de EEUU desde 1993 a 2010; la ley prohibía a cualquier militar homosexual revelar su orientación sexual— y vio cómo Waco, Texas, se consumía por las llamas.

Luces y sombras

Clinton arrancó con una rápida reunión política con el líder ruso Boris Yeltsin en una cumbre en Vancouver y le prometió más de 900.000 millones de euros en ayuda. Posteriormente, a principios de abril y batiendo todos los récords de velocidad, envió al Congreso un proyecto de presupuesto de 1,5 billones de dólares.

Pero tan solo nueve días después de entrar en el Despacho Oval, Clinton se vio a sí mismo explicando en rueda de prensa la política “prohibido preguntar, prohibido decir”, un torpe acuerdo (considerado por muchos como cobarde) para permitir a los homosexuales servir en el ejército.

Otra polémica temprana: menos de una semana después de tomar la presidencia, Clinton anunció que su mujer, Hillary Clinton, estaría al cargo de un equipo especial encargado de sanidad. “Tenemos una primera dama con muchos talentos”, declaró Clinton, dando pie a 25 años de quejas.

Los 100 primeros días de Trump acabaron de forma trágica. El 19 de abril (día 90), agentes federales atacaron un complejo a las afueras de Waco, Texas, donde estaba concentrada la secta de la Rama Davidiana. Cuatro agentes murieron en un tiroteo en febrero, se iniciaron varios incendios y murieron 76 miembros del grupo.

Popularidad

La tasa de popularidad de Clinton bajó tres puntos en sus 100 primeros días, de un 58% a un 55%, de acuerdo con Gallup.

Una cita clave

“Sigue siendo pronto y 100 días realmente no son tanto, pero una lección que puede aprender de su bajón en Washington y en las encuestas es no confundir movimiento con progreso”. —editorial de The New York Times.

George W Bush

Ceremonia de inauguración: 20 de enero de 2001

Brevemente

Llegando al cargo bajo la sombra del fraude en el recuento, Bush entró en un par de escaramuzas en política exterior y preparó una gran reforma de reducción de impuestos y otra educativa. Además se ganó la reputación de llegar puntual a sus reuniones.

Luces y sombras

¿Buenas notas por puntualidad? En serio, Bush obtuvo buenas notas por su puntualidad en el mundo previo al 11-S. Dado ese cisma que define toda una era, el continuismo entre los primeros 100 días de Bush y el resto de su presidencia es notable. En ese periodo temprano, el 43º presidente lanzó bombardeos aéreos para imponer una zona de exclusión aérea en Irak e impulsó una inmensa reducción de impuestos de más de un billón de dólares aprobada en ambas cámaras.

El acontecimiento más dramático de este periodo llegó el 1 de abril (día 72), cuando un avión espía estadounidense chocó con un avión de combate chino y tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia en la isla china de Hainan. Bush pidió perdón por la muerte de un piloto chino y por violar el espacio aéreo. La tripulación estadounidense volvió a casa tras 11 días.

Tres días después de llegar al Despacho Oval, Bush presentó la ley de reforma educativa 'Ningún niño atrás', en la que trabajó sin pausa hasta su aprobación un año después.

Popularidad

La tasa de popularidad de Bush aumentó cinco puntos en sus 100 primeros días, desde el 57% hasta el 62%, de acuerdo con Gallup.

Una cita clave

“Me siento libre y relajado. Me siento cómodo; quizá sea porque me arrodillo cada mañana, pidiendo guía y consuelo. Sea cual sea la razón, estoy disfrutando”. — George W Bush.

Barack Obama

Ceremonia de inauguración: 20 de enero de 2009

Brevemente

Entrando con una ola de optimismo, se enfrentó a una economía en derrumbe, una industria automovilística fracasada y al despliegue de 80.000 soldados en dos escenarios de guerra. Y, posteriormente, a un ataque pirata.

Luces y sombras

En lo actos de campaña de 2016, a Obama le encantaba decir: “Cuando ocupamos el cargo, el país se enfrentaba a su peor crisis económica desde la Gran Depresión”. En retrospectiva, era cierto: la economía perdía 800.000 puestos de trabajo en enero de 2009, el sistema bancario estaba en crisis, el colapso del mercado inmobiliario continuaba y la confianza en mínimos.

El nuevo presidente firmó una ley de estímulo económico de 724.000 millones de euros (17 de febrero, día 29), un rescate financiero a la industria automovilística (30 marzo, día 70), un programa de ampliación de la cobertura médica a menores y una ley de gasto de 377.000 millones de euros. También empezó a preparar el terreno para una ley de reforma sanitaria que tardaría otro año en ser aprobada.

Los deberes domésticos se interrumpieron cuando, el 8 de abril (día 79), unos piratas somalíes secuestraron un buque de carga estadounidense, el Maersk Alabama, y tomaron como rehén a su capitán en un bote salvavidas cerrado. Cuatro días más tarde, los francotiradores de la fuerza naval mataron a los secuestradores y el presidente se ganó los aplausos de los estadounidenses.

Popularidad

La popularidad del presidente Obama bajó tres puntos durante sus primeros 100 días, pasando de un 68% a un 65%, según Gallup. Esa cifra, sin embargo, es bastante elevada y se sitúa a la par de la popularidad de Reagan tras el intento de asesinato.

Una cita clave

“Nos reuníamos todo el día y todos los días, incluidos los fines de semana. Me empecé a dar cuenta que, aunque teníamos una gran experiencia, Larry Summers, Tim Geithner, Paul Volcker, Warren Buffet, nadie sabía exactamente cómo arreglar el sistema financiero. Hacíamos las mejores suposiciones en términos de lo que podría funcionar”. — Barack Obama.

Donald Trump

Ceremonia de inauguración: 20 de enero de 2017

Brevemente

El análisis puede variar. O bien es un populista convencido cuyos esfuerzos para “secar el pantano” (referencia a limpiar Washington) se han encontrado, como era de esperar, con una poderosa resistencia; o es un bufón y un timo cuyos gestos demuestran su total incompetencia, además de que juega mucho al golf (y probablemente también sea malo en eso).

Luces y sombras

Un análisis empírico ha revelado que los presidentes disfrutan en sus 100 primeros días de una “luna de miel” con el Congreso, durante la cual es más probable que se apruebe la legislación que apoya el presidente.

Si esto es cierto en el caso de Trump, está en apuros. Sus esfuerzos por llegar a un acuerdo sobre la reforma sanitaria han resultado ser tan inefectivos como exagerados. Su promesa de sacar adelante una reforma fiscal también está en duda. La única ley de gasto que ha logrado firmar hasta ahora es una partida de la NASA de 18.000 millones de euros, algo insignificante y secundario. Ha derribado al menos 10 regulaciones importantes de Obama relativas a la limpieza de los ríos, la privacidad en internet y la compra de armas por personas con problemas mentales, pero no todo el mundo considera que eso sean logros.

Muchos estadounidenses, más de la mitad en muchas encuestas, creen que Trump está defraudando como presidente. Los ataques contra él incluyen los polémicos y fracasados vetos migratorios, sus falsedades descaradas respecto al fraude electoral y a la asistencia a su ceremonia de inauguración, su comportamiento impulsivo en política exterior, su fracaso a la hora de desmarcarse de la corporación Trump Organization, su apoyo a Wall Street y a dictadores extranjeros, su adicción a la televisión por cable y una falta de seriedad que le lleva a confundir Irak y Siria, confundir la dirección en la que navega la fuerza naval y a decir cosas como: “Nadie sabía que el sistema de salud podría ser tan complicado”.

Los defensores de Trump ven su presidencia de otra manera. Se le alaba por responder a un ataque químico en Siria con ataques aéreos, por proyectar una imagen de fuerza en política exterior, por deshacer las regulaciones de la era Obama sobre medio ambiente y empresas, por instalar un Tribunal Supremo conservador, por proteger los empleos estadounidenses y por no dejar que la gente le diga lo que no puede hacer. También estuvo genial cuando subió a ese camión y tocó la bocina.

Popularidad

La tasa de popularidad de Trump ha bajado alrededor de cuatro puntos en sus primeros 100 días, de un 45,5% a un 41,7%, de acuerdo con FiveThirtyEight.

Una cita clave

“Ninguna Administración ha logrado tanto en los 90 primeros días”. —Donald Trump.

Traducido por Javier Biosca Azcoiti