Protestas e indignación por el accidente de trenes en Grecia: “Los vagones se arrugaron como un papel”

Helena Smith

Atenas (Grecia) —

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Ante la creciente indignación por las causas que provocaron el choque frontal entre dos trenes la noche del martes, el Gobierno griego ha dicho que los proyectos ferroviarios del país se han visto afectados por “males crónicos del sector público”. En lo que representa el primer reconocimiento oficial de las dificultades que aquejan a la red ferroviaria, las autoridades también han admitido que el actual Gobierno de centro-derecha ha fracasado en sus intentos de mejorar el sistema.

“Todos estamos devastados por este trágico incidente”, ha dicho un portavoz del Gobierno, Giannis Oikonomou, durante una rueda de prensa mientras el número de muertos ascendía a 57. “La pérdida y el trauma que esto ha causado, el trauma físico y psicológico de los supervivientes, y la angustia de este país es enorme, y difícil de gestionar, especialmente en este momento”.

Mientras los equipos de rescate reanudaban las arduas tareas de búsqueda de muertos en los vagones más dañados, Oikonomou ha dicho que las autoridades investigarían las causas del accidente y los retrasos en la ejecución de proyectos ferroviarios que “tienen su origen en males crónicos del [sector] público griego que el Gobierno no ha conseguido erradicar”.

Privatizado durante la crisis

La indignación por el accidente, ocurrido a las afueras de Tempe, en el centro de Grecia, va en aumento. El miércoles por la noche, grupos de manifestantes lanzaron piedras contra las oficinas de la compañía ferroviaria en Atenas, antes de que la Policía antidisturbios los dispersara con gases lacrimógenos. También estallaron protestas en Salónica.

Los trabajadores del ferrocarril y del metro se han declarado en huelga el jueves. En un comunicado, la compañía de transporte ferroviario Hellenic Train explica que la huelga de 24 horas se ha convocado en protesta contra la “falta de respeto que [los sucesivos] gobiernos han mostrado hacia los ferrocarriles griegos, lo que condujo al trágico resultado de Tempe”.

Hellenic Train es uno de los muchos servicios públicos de Grecia que fueron privatizados durante la crisis de deuda del país.

Un magistrado griego ha pedido una investigación urgente sobre las acusaciones de señalización inadecuada en un largo tramo de vía que lleva al aeropuerto internacional de Atenas, usado cada año por millones de turistas de otros países. La Federación de Empleados Ferroviarios ha formulado las acusaciones y han llegado hasta la televisión para pedir que se tomen medidas.

La operación de rescate está resultando particularmente complicada por la necesidad de usar máquinas cortadoras especiales para desenredar los restos destrozados.

Lleno de estudiantes

Se cree que había varios estudiantes reunidos en el vagón restaurante, el segundo vagón, que recibió todo el impacto de la colisión frontal cuando chocaron las dos formaciones, a las 23:20 horas del martes. Se habían subido en Atenas al tren nocturno con destino a Tesalónica tras un fin de semana festivo de tres días.

“Era un tren de estudiantes, lleno de chavales de unos 20 años”, dijo a la cadena Skai TV Costas Bargiotas, médico ortopédico jefe del hospital. “Ha sido algo verdaderamente estremecedor, los vagones se arrugaron como si fueran de papel”.

La búsqueda continuará en los próximos días, pero no hay muchas esperanzas de encontrar supervivientes, según los trabajadores de emergencias, que dicen que en los dos vagones delanteros las temperaturas habrían superado los 1.300 grados centígrados cuando estallaron en llamas.

Los testigos que se apresuraron en llegar al lugar del accidente, 378 kilómetros al norte de Atenas, presenciaron una escena de devastación. Los pasajeros que habían logrado huir del tren, o los que habían salido despedidos por las ventanas, hablaban de caos y pánico. Una superviviente describió el terror de tener que decidir en una fracción de segundo entre “quemarme viva o saltar y romperme todos los huesos”. Es una de las 66 personas heridas que fueron trasladadas a un hospital. Al menos seis de los heridos están con respiración asistida.

Duelo nacional

Según los medios, el funesto proceso de identificación de víctimas se está complicando porque en gran medida los forenses solo han podido trabajar con partes del cuerpo incineradas. Los familiares que buscan desesperadamente a sus seres queridos se han visto obligados a proporcionar muestras de ADN que se comparan con el de los cadáveres para poder entregarlos a sus allegados.

Grecia está inmersa en un duelo nacional y el primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, ha ordenado que las banderas ondeen a media asta durante los tres días de luto oficial. “Vivimos días especialmente oscuros para nuestro país”, ha dicho a los periodistas Giorgos Gerapetritis, el nuevo ministro de Transportes tras la dimisión el miércoles de Kostas Karamanlis, que renunció “en memoria de las víctimas”. “Tras este trágico accidente, el país atraviesa momentos extremadamente difíciles”, ha dicho Gerapetritis.

El primer ministro Mitsotakis ha prometido una investigación independiente con un comité de expertos formado por todos los partidos.

El jefe de estación de Larissa, la ciudad más cercana al lugar del accidente, ha aceptado parte de la responsabilidad en la tragedia, pero también influyeron otros factores, según su abogado. Stefanos Pantzartzidis ha declarado a la prensa que su cliente, detenido en las horas posteriores al accidente, ha sido acusado de perturbar el transporte y poner vidas en peligro. “Está literalmente destrozado”, ha dicho Pantzartzidis. “Desde el primer momento, ha asumido una responsabilidad proporcional a él... [pero] ha habido una negligencia convergente de muchos otros factores”.

Mitsotakis y otros miembros de su Gobierno se han apresurado a hablar de “error humano” pero cada vez está más extendida la creencia de que la tragedia podía haberse evitado. “No se trata de un error, sino de un crimen”, dice en su portada el periódico de la oposición Syntaktwn, donde se explica que los sindicatos ferroviarios llevan tiempo advirtiendo de los peligros inherentes al sistema.

Traducción de Francisco de Zárate.